La ciudad más pequeña de España, una musa «sumamente fotogénica»

Infinidad de obras, algún que otro enclave repetido, distintos puntos de vista. Inmortalizar Frías, la ciudad más pequeña de España, es un reto y un placer para cualquier artista. El acceso desde el sur, con las casas colgadas y el castillo al fondo, inspira y enamora. También cualquiera de los recovecos de su casco urbano, quizá menos llamativos pero merecedores de un óleo. Sea cual sea el enclave elegido, el pionero Concurso Nacional de Pintura Ciudad de Frías ha logrado poner en el mapa, desde 1988, a esta joya patrimonial de Las Merindades.

Fueron los Amigos de Frías quienes pusieron en marcha este certamen que cada año atrae, sin despeinarse, a cerca de 400 participantes. Se trata, sin lugar a dudas, del «buque insignia» de una asociación que cumple medio siglo de vida ejerciendo como «referente hacia el exterior». Para celebrar este aniversario, era lo suyo poner en valor el concurso. Y qué mejor manera de hacerlo que con una exposición, recién inaugurada en la sala Círculo Solidario de la capital burgalesa, que permanecerá abierta hasta el 26 de julio.

Las dos primera décadas del concurso contaron con el patrocinio de Nuclenor y de la Fundación Círculo, de ahí el enclave elegido para una muestra que recoge veintidós obras galardonadas de dicho periodo. Lo que se busca, tal y como reconoce el portavoz de Amigos de Frías, José Ignacio Sainz, es «rendir homenaje a los dos patrocinadores que tuvimos y a los pintores que nos trajeron su arte y que después llevamos por distintas plazas con una exposición itinerante que seguimos haciendo todavía».

Para Emilio de Domingo, presidente de la Fundación Círculo, acoger esta muestra retrospectiva supone todo un lujo porque Frías es «sumamente fotogénica». Se nota, entre otras cosas, porque «infinidad de buenos pintores han captado su imagen y su esencia desde distintas técnicas y desde distintos puntos de vista». Incluso las propuestas más abstractas, tal y como se puede observar en la sala, tienen cabida y son dignas merecedoras de un galardón.

Prácticamente desde sus inicios, el Ciudad de Frías se convirtió en el mejor embajador posible para atraer turistas a través del arte. En sus 37 años de andadura, han participado afamados pintores y jóvenes promesas atraídas por la cuantiosa recompensa, que en tiempos del Círculo y Nuclenor rondaba el millón de pesetas.

Aún con todo, el mérito de que la ciudad más pequeña de España sea actualmente «referente en el norte de Burgos» en lo que a turismo se refiere no solo se debe a esta convocatoria. Sería injusto, tal y como apunta Sainz, no poner en valor otras actividades culturales de primer orden como el Festival Internacional de Órgano Barroco o el Concurso de Fotografía.