El Correo de Burgos

«El boca a boca hace mucho. La gente habla maravillas de Mambrilla»

El gran encuentro artístico de la Ribera del Duero estrena lista de espera tras llenar el cupo de su octava edición / «Crecer más sería perder señas de identidad. No puede haber más dibujantes que habitantes»

Gorka Belasko, de 'Dibujando x Mambrilla', junto al río Vena en Burgos capital.

Gorka Belasko, de 'Dibujando x Mambrilla', junto al río Vena en Burgos capital.SANTI OTERO

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La pregunta es complicada, así que Gorka Belasko se toma su tiempo. Al final se rinde. «No encuentro la manera de resumir Dibujando x Mambrilla en una sola palabra», responde a sabiendas de que hacerlo sería simplificar demasiado. Explicar lo que allí ocurre cada verano, y lo que está por venir el fin de semana del 9 al 11 de agosto, requiere una reflexión bastante más profunda. Desde el pasado, con los usos, costumbres y saberes como punto de referencia; hasta un presente marcado por el éxito de una convocatoria que a punto está de celebrar su octava edición.

Mambrilla de Castrejón, «metáfora de la Ribera del Duero». Belasko siempre lo remarca porque es una verdad indiscutible. El entorno, las bodegas y la actividad vitivinícola forman un todo que evoca arte en cualquier instante. Cualquiera que haya acudido a la cita lo sabe de sobra. Y muchos ejercen, de manera involuntaria, de «jefes de marketing». Donde sea. Incluso en Teruel, tal y como comprobó el propio Belasko hace no mucho durante un encuentro. «El boca a boca hace mucho. La gente habla maravillas de Mambrilla». Hasta el punto, asegura, de llegar a convertirse en un «tema de conversación habitual».

El éxito también se mide por la capacidad de convocatoria. Y este año Dibujando x Mambrilla ha superado con creces sus expectativas. Por eso, los organizadores decidieron abrir una lista de espera. «Siempre puede haber alguna baja de última hora», precisa Belasko sin descartar la búsqueda de alternativas para que alguno de los interesados «pueda venir». No en vano, lo primordial es mantener la esencia de un encuentro diseñado «a la medida de Mambrilla». Ese es -siempre lo fue- un principio inamovible.

«Crecer más sería perder señas de identidad». Aparte, los promotores tienen claro que «no puede haber más dibujantes que habitantes». Porque lo que se busca, a grandes rasgos, es propiciar la «convivencia». Es decir, ofrecer la posibilidad a los artistas -tanto amateurs como profesionales- de «interaccionar con la propia gente del pueblo». Siempre desde el respeto, sin invadir espacios y celebrando «un acto importante de la vida social del pueblo»,

Éste es, sin duda, un hito que diferencia a Dibujando x Mambrilla de cualquier otra cita del mismo ámbito. Pero no el único. Y uno que pasa desapercibido quizá sea el hecho de que «tampoco hay ponencias». Por lo tanto, «no hay jerarquías y se comparte mucho conocimiento, pero siempre en horizontal». Maestros y aprendices pisan el mismo suelo, pasean por las mismas bodegas, disfrutan los mismos aromas. Nadie mira de reojo a la persona de al lado. Nadie sube a un estrado mientras el resto escucha. Aquí se convive y se intercambian experiencias con papel y lápiz.

Otro aspecto clave, por supuesto, son los propios vecinos de Mambrilla. Las catas dibujadas en Alidis-Viña Mambrilla, Vizcarra y la bodega tradicional de Gonzalo vuelven a formar parte del programa. La acogida de sus responsables marca la diferencia y los participantes lo agradecen sobremanera. Y qué decir de las mujeres, protagonistas indiscutibles de una octava edición cuyo título es Casas, cocinas y corrales.

Muchas de esas vecinas colaboran de manera desinteresada cada año. Lo hacen de mil amores, pero estaba «pendiente» devolver el favor con un más que merecido homenaje. Echando la vista atrás, Belasko advierte que «a la hora de socializar, muchas actividades estaban ligadas al género masculino». Por ejemplo: «al mediodía, en la bodega estaban los hombres y las mujeres en casa cocinando». Los tiempos, por suerte, han ido cambiando. Sin embargo, era de justicia poner en valor esas labores indispensables que apenas gozaban de reconocimiento.

«Las casas, las cocinas y los corrales, aunque han ido cambiando con el tiempo, han estado asociadas al género femenino». La idea, apunta Belasko, es que «nos inviten a entrar en esos espacios más íntimos, más cerrados, en los que menos se socializa». Que conste, eso sí, que «no queremos que la gente cambie su vida cotidiana y que nos lo enseñe como si fuera una revista de decoración. Lo que hay ya es suficientemente interesante de por sí».

La fecha se acerca y los organizadores pulen los últimos detalles para que todo el mundo se sienta como en casa este fin de semana. Se espera la llegada de dibujantes de Burgos, Palencia, Segovia, Valladolid, Vitoria-Gasteiz, Bilbao, Donostia, Irún, Madrid, Barcelona, Girona, Zaragoza, Cantabria, Valencia, Málaga e incluso Lisboa. El sábado, además, se llevará a cabo una jornada abierta que requiere inscripción previa por «cuestiones de infraestructura». Lo más probable, según augura Belasko, es que se animen viejos amigos de Mambrilla procedentes de diferentes puntos de Castilla y León que, por lo que sea, no pueden estar todo el fin de semana.

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