Sonorama abre sus puertas con el objetivo de batir un nuevo récord

Si en la variedad está el gusto, con más de 200 artistas en cartel resulta complicado no acertar. La clave del éxito del Sonorama Ribera reside, precisamente, en su apuesta por toda clase de géneros musicales -desde lo más comercial hasta propuestas enmarcadas en el underground- para atraer públicos dispares que rara vez coincidirían en el mismo recinto. No es de extrañar, tal y como ha quedado demostrado, que el festival burgalés aspire a superar un nuevo récord de asistentes. Gracias a las actuaciones gratuitas en distintos escenarios repartidos por Aranda de Duero, el año pasado se dieron cita más de 150.000 personas.

Nadie hubiese imaginado un plantel así, en ningún lugar de España, a finales de los 90 o principios de los 2000. Sonorama, en sus inicios, era un festival indie. Un concepto, por entonces marginal, que no tardaría en expandirse hasta límites insospechados. Sin embargo, la asociación Art de Troya supo reconducir la situación incorporando bandas y artistas totalmente ajenas a un movimiento que, con el tiempo, acabó muriendo de éxito.

Aranda se prepara, desde este miércoles hasta el domingo, para una avalancha musical de enorme repercusión tanto social como mediática. Se espera, de nuevo, a varias generaciones. Los más veteranos, los que peinan canas desde hace tiempo, disfrutarán de viejas glorias como OBK, Hombres G, Cómplices o la eterna Luz Casal. Los indies de toda la vida, los fieles desde el principio, seguramente lo gocen con el Super 8 de Los Planetas desempolvado otra vez en directo o viejos amigos de la casa como La Habitación Roja, Mikel Izal o Shinova. Y la chavalería, que se apunta a un bombardeo, quizá explique a los mayores en qué consiste eso que llaman música urbana a través de gente como Bejo, Chill Mafia o Maikel Delacalle.

Veintisiete primaveras después, Sonorama sigue ampliando su abanico con importantes novedades como la inclusión de más escenarios. Gracias al itinerante, que recalará en el barrio de La Estación, el Polígono Residencial y Santa Catalina, la oferta se descentralizará por toda la ciudad para desmasificar una zona centro sobresaturada durante los conciertos diurnos.

También habrá, como suele ser habitual, actuaciones por sorpresa -cuatro por lo menos- en la mítica plaza del Trigo. Y ojo, porque la organización ha anunciado que esconderá, en diferentes puntos de la capital ribereña, bonos para asistir al Cosquín Rock, festival internacional que tendrá lugar el próximo 28 de septiembre, en la antigua Hípica Militar de Valladolid, con Steve Aoki, Hombre G, Arde Bogotá o Crystal Fighters como cabezas de cartel.