Zirrosis: «Se está perdiendo la esencia del bar, del buen rollo entre la gente»
Con el hígado intacto y un puñado de 'Canciones Robadas' que dan mucho juego, la banda arandina se reencontrará con viejos y grandes amigos en el BurgoRock el sábado 5 de octubre
«Quiero escribir en el aire cosas que no arrastre el viento. Utilizar la música para luchar, la única arma que tengo», cantaban los Zirrosis a principios del siglo XXI tras una década de existencia. El tiempo, en ésta y otras letras, les ha acabado dando la razón. Nadie les calló y ahí siguen, con treinta y pico primaveras de trayectoria, ofreciendo la misma kaña que al principio.
Aranda de Duero, su tierra, puede presumir de buen punk gracias a ellos. La mejor cosecha del 91 en adelante, sin duda. Clásicos en festivales con regusto a kalimotxo, Miguel (guitarra), Blas (voz), Montañés (bajo), Pascu (guitarra), Juanpe (batería) y Francis (vientos) esperan con ganas su cita con la primera edición del BurgoRock, el sábado 5 de octubre, en el Andén 56.
«Ojalá salgan más iniciativas como esta», comenta Miguel encantado de volver a Burgos, «al lado de casa», y reencontrarse con buenos y viejos amigos como Leize y Reincidentes, con los que la banda ha compartido escenario en multitud de ocasiones. Con Akaldo será la primera vez, aunque no cabe duda de que harán buenas migas.
Vienen los Zirrosis de tocar en el Sonorama Ribera. ¿Cómo fue? «La hostia», hablando en plata. Un «conciertazo», tal y como relata Miguel, por varios motivos. De entrada, porque contaron con invitados a los que adoran como Ana Andueza, Andrés Garrasparri y Sue, quien dejó al público estupefacto gracias a su danza tribal con fuego. Aparte, tiene su mérito conseguir que el respetable, presumiblemente más indie, se entregase «a tope». Con pogos y todo.
«Los nervios del principio no te los quita nadie», confiesa el guitarrista, que también arropa a Blas con su voz, tras remarcar que la banda lleva «33 años sin parar». La clave para resistir con la ilusión intacta no es otra que «llevarnos bien». Eso y que «el hígado nos aguanta», zanja entre risas.
La última incursión en el estudio resultó ser, sin duda, la más curiosa. Canciones Robadas (2023), su noveno trabajo, generó todo tipo de reacciones. No por un cambio de estilo radical, sino por el hecho de versionar temas de artistas que nada tienen que ver con la banda. Es una lata de Luis Aguilé, Cerrado por derribo de Joaquín Sabina o Felicidad de La Cabra Mecánica a lo Zirrosis. No obstante, también hubo hueco para grupos más afines como La Polla, Porretas, Cicatriz, Eskorbuto, Los Suaves e incluso Marea.
Esa es «la gracia del disco»: rendir tributo a gente tan dispar cuyas canciones «nos han gustado desde siempre» pero «dando una vuelta de tuerca». Los más puristas, apunta Miguel, prefieren los temas propios. Sin embargo, la mayoría de los oyentes -sobre todo en directo- «se lo toman a cachondeo». Y disfrutan, que al fin y al cabo es lo importante.
Gusten más o menos estas versiones, lo cierto es que hay himnos que nunca pueden faltar en el set list. La esencia de Zirrosis, a juicio de Miguel, se concentra fundamentalmente en Kaña y Ke no nos cierren los bares. Anda que no han llovido desde que salieron, pero la temática sigue de triste y rabiosa actualidad. Pinta «muy mal» el panorama y, visto lo visto, da la impresión de que «se está muriendo la esencia de los bares, del buen rollo entre la gente».
Aun con todo, los Zirrosis se niegan a darse por vencidos. Seguirán al pie del cañón, hasta que el cuerpo aguante, marcando su propia impronta a través de la música. De cara al próximo álbum, ya hay «algunas ideas» sobre la mesa aunque «está todo muy verde». Quizá pequen últimamente de «vaguetes», pero no tardarán en ponerse manos a la obra manteniendo la «misma línea», electrizante y reivindicativa, que tantas alegrías ha dado a los catadores del mejor punk-rock de la Ribera del Duero.
¿Dónde se venden las entradas para el BurgoRock?
Aparte de la plataforma Wegow, la organización del BurgoRock ha habilitado tres nuevos puntos de venta físicos para hacerse con las entradas. Hasta ahora, podían adquirirse en el bar Comuneros, La Playa y Fact4, pero ya están disponibles en la cafetería del Andén 56, Golden Rock & Beer y Jarra’N’Heavy.