Pepe Pérez-Muelas: «Ahora somos muy sedentarios, pero el ser humano es un animal viajero»

«Viajar es un ejercicio de transparente imaginación. Empieza en los libros. Termina en un jardín extranjero. Entre ambos el ser humano aspira a vivir en la huella de los caminos que recorren el mundo».

Esta frase, una más entre los cientos de sobresalientes reflexiones que pueblan las páginas de 'Homo viator. El descubrimiento del mundo a través de los viajeros' (Siruela), podría condensar parte del espíritu de la primera obra del escritor y profesor Pepe Pérez-Muelas (Lorca, 1989), un libro fascinante sobre «esos hombres y mujeres que dejaron todo en pos de lo desconocido, en un tiempo en que los mapas no representaban la verdad de la geografía».

Este jueves, en el salón de actos de la Fundación Círculo de plaza de España y dentro de la programación de Círculo Creativo, el escritor murciano hablará con los lectores burgaleses de 'Homo viator' a partir de las 20 horas en un acto con entrada libre hasta completar el aforo y realizado en colaboración con la librería Luz y Vida. El escritor estará acompañado en el escenario por José Antonio Hoyos.

«Tenía mucha necesidad de contar la historia del mundo a través de los viajeros de la forma más original y, tras mucho trabajo, nació Homo Viator. El mayor problema que tuve fue poner coto, qué seleccionar, qué quitar...», explica con simpatía. «Es un libro que llevo escribiendo toda mi vida, porque desde muy pequeño me han atrapado las lecturas de viajes y las novelas de aventuras donde exploradores llegaban a lugares muy lejanos e inhóspitos».

«Yo no he estado en todos los sitios de donde hablo», continúa. «Sin embargo, me apoyo en la literatura que se ha escrito sobre esos lugares. Por ejemplo, una de mis primeras ventanas para conocer Egipto antes de pisar ese país fue la lectura de 'Sinuhé, el egipcio' [novela de Mika Waltari publicada 1945]. Entonces, ¿por qué no voy a citar esta obra si a mí también me ha supuesto un viaje de conocimiento, aunque sea una obra de ficción?».

El proyecto de esta fascinante obra nació, como muchos sueños, delitos y amores, en un viaje por Italia. «Hay una novela, 'El jardín de los Finzi-Contini' [Giorgio Bassani, 1962], que se desarrolla en Ferrara. Durante una estancia con mi familia fui buscando esa ciudad que he leído en la novela, las calles, las plazas, el cementerio... Días después, en Bolonia, tomándome un café con mi entonces novia y ahora mujer, le dije que en realidad lo que yo hacía en todos mis viajes era seguir las huellas de otros que antes han recorrido esos lugares. Ahí nació la idea de escribir este libro», confiesa.

El mapa de Urbano Monti

Trazar, nunca mejor dicho, el mapa de este proyecto literario no era fácil. Al bagaje cultural de Pérez-Muelas se unía la ambición de una idea que iba gestándose en su cabeza desde hacía muchos años. «Cuando descubrí el mapa de Urbano Conti [que ilustra las cubiertas del libro] me sentí muy inspirado por él, porque es el primero que aspiró a representar todo el mundo. Hasta la Antártida, que apenas era una intuición», subraya. «Lo curioso es que Urbano Monti nunca salió de Milán y eso me hizo sentirme identificado con él, aunque yo he viajado mucho. Pero algunos de los lugares que aparecen en el libro no los he visitado, como China, pero a través de las lecturas que he hecho de viajeros y exploradores que sí lo hicieron yo lo he podido hacer... En ese sentido, mi libro es muy transparente, yo no engaño al lector. Donde he estado lo digo y en los que no, también», admite.

A través de este cartógrafo y visionario milanés del siglo XVI, Pérez-Muelas despliega en su obra una historia de la humanidad a través de las vivencias de escritores, aventureros, conquistadores, exploradores y también las suyas propias. «Ahora somos muy sedentarios, pero el ser humano es un animal viajero. Y en el libro hay muchísimos testimonios que lo confirman».

China, India, Japón, Egipto, La Meca, las antiguas Grecia yRoma, África, las Américas, los océanos y hasta el cielo. Personajes como Colón, Aristóteles, Napoleón, Hernán Cortés o los hermanos Wright desfilan por las páginas de 'Homo Viator' junto a una congregación de figuras que siempre miraban más allá. Hay una especial atención para cartógrafos como Ptolomeo o el santoñés Juan de la Cosa, «un hombre inteligente y muy valiente que cambió todo lo conocido hasta su época en cuanto a los mapas».

Un capítulo singular, que seguro gustará a los lectores burgaleses, es el dedicado al Camino de Santiago, ruta que recorre la provincia de este a oeste desde el medievo como sendero de peregrinos y ruta comercial. «Burgos está muy presente en el libro. Reúne la esencia de lo que es el Camino. Tanto en la capital como en los pueblos por donde pasa se percibe que son territorios que han crecido en torno a un itinerario que lleva ahí desde hace siglos. Lo notas en la gente, en la traza de las ciudades, en la arquitectura de las iglesias...», asevera el escritor y profesor de Literatura en Sevilla.

«Ensayo vivencial»

A veces, el gesto o el deseo de enmarcar una obra literaria en un género puro es algo que sólo interesa a libreros, editores y periodistas. En los últimos años, muchísimos títulos se vinculan a géneros híbridos y difícilmente clasificables, pero muy atractivos por el éxito  obtenido. «Irene Vallejo abrió un camino hace unos años con un tipo de ensayo que no es académico y que me gusta llamar ‘ensayo vivencial’. Abrió camino no porque fuera la primera, sino por el enorme éxito que tuvo y sigue teniendo 'El infinito en un junco'. Hizo la combinación perfecta de rigor, divulgación y cercanía con el lector. Hay otros autores como Óscar Martínez, Guillermo Altares, Sergio del Molino..., que escriben este tipo de obras que están gustando mucho al público. Son un espejo en que mirarme», concluye Pepe Pérez-Muelas.