Juan Gómez Bárcena y su viaje por la soledad, la epidemia del siglo XXI

Desde que el ser humano es consciente de que su vida es mejor, más rica y más segura en comunidad, el sentimiento de soledad siempre ha estado ahí. La soledad buscada, la soledad repentina, la soledad terapéutica, la soledad pasajera, la soledad permanente... La soledad y todas sus caras han amanecido en el escritorio de Juan Gómez Bárcena (Santander, 1984) en su último trabajo literario, ‘Mapa de soledades’ (Seix Barral).

Gómez Bárcena es uno de los mejores escritores de su generación. Su exquisita prosa perfila en cada libro un mundo diferente y sorprendente al del anterior. Desde los cuentos de ‘Los que duermen’ (2012) y la novela ‘El cielo de Lima’ (2014) ha acumulado una obra literaria cuajada de premios y reconocimientos. Este jueves llega a Burgos con el citado ensayo ‘Mapa de soledades’ para seguir con la celebración del quinto aniversario de Círculo Creativo. Será en el salón de actos de la Fundación Círculo de plaza de España a partir de las 20 horas, en un acto con entrada libre hasta completar el aforo y realizado en colaboración con la librería Luz y Vida. El autor estará acompañado en la presentación por la periodista Eneka Moreno.

Si su anterior y sobresaliente obra, ‘Lo demás es aire’ -Premio Ciudat de Barcelona de Literatura- fue uno de los títulos más aclamados del pasado año, ‘Mapa de soledades’ acaba de llegar a las librerías como un ciclón. Es un ensayo, pero se puede leer como una novela-río de pequeñas historias que discurren y se entretejen en distintos paisajes y territorios a lo largo del mundo: selva, isla, jardín, ciudad, desierto, frontera, casquetes polares o el último reducto de nuestra vida: la piel.

Una extensa galería de personajes reales, los ‘solitarios’ de la narración, pueblan las páginas del libro del autor de ‘Ni siquiera los muertos’. Entre otros, el escritor uruguayo Horacio Quiroga, cuyo espíritu fue el germen de este libro; el capitán español Pedro Serrano, que inspiró a Daniel Defoe para su ‘Robinson Crusoe’; el astronauta Al Worden, que pilotó la nave Apolo XV y se convirtió en el hombre más aislado de la Historia; la cantante Miley Cyrus o el escritor Henry David Thoreau, cuyo ‘Walden’ es uno de los grandes textos de vida y literatura sobre la soledad.

Tal como el autor confesó en El Mundo, «la soledad ayuda a construir las emociones y las experiencias que son necesarias para la escritura, pero sólo el tiempo da perspectiva». Flaubert decía que él no escribía «desde el fuego, sino desde las brasas, ver las brasas permite reconstruir el fuego».

Porque la literatura, como otros tantos oficios creativos, es una dedicación muy solitaria. La necesaria concentración, vivir inmerso en ese mundo -y muy alejado de otros- que quieres engendrar entre las páginas de un texto, la mirada única hacia la labor creativa y ahuyentar otras inercias de la vida...

Gómez Bárcena convoca en su ensayo términos que sorprenden como solitud -soledad sin carga de negatividad-, soledumbre -paraje solitario- o soledad sistónica -una soledad que, aun estando acompañados, sucede por no estar en conexión con el resto de personas-. Hagámoslos nuestros.

La soledad, hoy

«Reino Unido y Japón ya han incorporado la soledad a sus estructuras ministeriales. Es un peligro para la salud pública. Hay muchos estudios que indican que vivir solos es tan nocivo como fumar, conduce a adicciones como el alcohol o las drogas, y la insatisfacción te hace vivir menos», indicó en El Mundo. Las distancias geográficas, los eternos horarios laborales y las redes sociales e internet -que nos devoran- son algunos de los ingredientes que han hecho de la soledad «la epidemia del siglo XXI», protagonista del último libro de Juan Gómez Bárcena, que está regado de curiosidades y hechos históricos, de personajes de la Historia y la Literatura, de citas y obras literarias donde ha bebido durante la escritura, de episodios de la vida del autor marcados por la soledad.

Como curiosidad, Gómez Bárcena se recluyó durante unos días en el monasterio cisterciense de Santa María de Huerta, en Soria. Entre monjes, en un silencio apenas roto por el viento y el piar de los pájaros, totalmente desconectado del teléfono móvil y otros medios, el autor hizo una digestión emocional de la que brotaron profundas reflexiones, brillantes líneas de texto e ideas como que «una persona puede estar rodeada de gente y estar muy sola. El mejor modo de prevenir la soledad no es tener más vínculos, sino tenerlos mejores». Sea.