La galería Río 10 'se envalentona' ante la crisis y abre sede en Torrelavega
El espacio, nacido tres años después que el de Quintanilla de Vivar, se inaugura el día 24 con las creaciones de Solaguren y Francisco Ortega
A.S.R. / Burgos
El arte entiende de crisis, pero cuando se alía con la valentía y la ilusión es capaz de traspasarla y, además, salir fortalecido. Mónica Freijo y Manuel Perales, propietarios de la galería Río 10 de Quintanilla de Vivar, lo confirman. Ambos se han dejado llevar por el sueño de hacer del arte su modo de vida y compartirla con los demás y abrirán una nueva sede en Torrelavega (Cantabria). Cumplen uno de los objetivos marcados cuando el 1 de diciembre de 2006 escribían los primeros capítulos de esta historia.
El pintor Solaguren y el escultor Francisco Ortega, burgaleses los dos, protagonizarán Allí donde me recreo, la primera exposición de esta nueva sala, a inaugurar el 24 de octubre.
«¡Somos así de valientes!». Es la expresiva y rápida explicación dada por Mónica Freijo cuando se le pregunta por esta nueva aventura en plena crisis económica, con un mundo cultural trufado de lamentos. «Nosotros somos muy optimistas y no esperamos grandes beneficios. Nos va yendo bien, lo justo para no podernos quejar», prosigue y desenfunda de nuevo la valentía como su arma más eficaz. No encuentra una mejor para definir «a unas personas que se arriesgan a tener una galería diferente en un pueblo, a siete kilómetros de una ciudad donde las galerías de arte no duran porque cierran».
Intercambio creador
Río 10 cumplirá tres años el 1 de diciembre. La experiencia ha sido buena. Y sus artífices vieron que con más esfuerzo, trabajo y dedicación podían dar un paso adelante. Sus viajes por motivos familiares a Torrelavega les pusieron en la pista de hacia dónde podían dirigirse. «Creímos que podía ser buena idea hacer un intercambio de artistas. Autores cántabros que vinieran aquí y burgaleses que mostraran su trabajo allí», comenta y recuerda el éxito de la exposición Azul, programada hace unos meses en Quintanilla de Vivar, con creadores de una y otra tierra.
Río 10 continuará con la misma filosofía que inspiró su apertura en 2006. La de hacer un centro de arte abierto a todas las disciplinas, a todos los públicos y a todos los bolsillos. Ese abanico de géneros y de precios es, según Freijo, el secreto del éxito en tiempos difíciles.
No es que los propietarios de este espacio vivan en la luna. Son conscientes de la crisis que azota al mundo. También tienen clara una cosa: «Cuando en momentos duros alguien decide gastarse un dinero lo hace en algo que vale la pena y el arte es para toda la vida, es un patrimonio que permanece, incluso pasa a hijos y nietos, lo vas a disfrutar todos los días de tu vida y es un valor seguro porque nunca va a valer menos, como mínimo lo mismo».
Mónica Freijo asegura que el público sigue apostando por el arte. Ellos también, aunque ni se lo piensa cuando se plantea la posibilidad de saltar a otras ciudades. «De momento paramos aquí», apunta abrumada y sonriendo.