Félix Pacho presenta 'Victoriano Crémer: el periodista' mañana en Madrid

A los ocho o diez años de edad, Victoriano Crémer ya voceaba un diario -El Castellano- por las calles de Burgos como vendedor callejero y a los cien años cumplidos todavía firma su columna en un periódico de León. ¿Fue aquel fajo de periódicos en brazos de un canillita de Burgos una premonición de la alianza de Crémer con la letra impresa?

Es la primera pregunta que se formula el periodista leonés Félix Pacho en el libro Victoriano Crémer: el periodista. Nacido a raíz del Congreso Internacional Victoriano Crémer. 100 años de periodismo y literatura celebrado en León en octubre de 2007, antes de la muerte del poeta ocurrida el pasado mes de junio, y editado por el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua en su colección Libros singulares, se presenta mañana en la Casa Regional de León en Madrid (19.30 horas) con la presencia del autor, al que acompañarán José Rafael Álvarez de la Puente, director del centro, Pilar Falagán Monroy, presidenta del Círculo de Periodistas Leoneses en Madrid, y Gonzalo Santonja, director del Instituto de la Lengua.

Victoriano Crémer: el periodista se centra en esta faceta del vate leonés, reconocido como uno de los grandes poetas de la España contemporánea.

Comienza con aquel niño que un día se encontró con un manojo de periódicos bajo el brazo «gritando y rogando a los escalofriados transeúntes que pasan por delante del Arco de Santa María, a dos pasos del aliento helado del Arlanzón, que por el amor de Dios me compraran uno de los diez ejemplares que manejaba como banderines de enganche. Pero pocos aceptaban la invitación». El mismo que más tarde fue cajista de imprenta y que se libró, según cuenta Félix Pacho, de ser fusilado cuando salió de la cárcel para montar los talleres del periódico falangista Proa, y el mismo que a lo largo de su centenaria vida llegaría a escribir alrededor de veinte mil artículos en la prensa diaria y otros tantos para emisoras de radio.

Fue -recalca el autor del volumen- un hombre que, al hilo de las tablas de la actualidad, supo mantener la dignidad de la palabra y logró esquivar las artimañas de la censura franquista durante años y años. Con más de cien años, Victoriano Crémer escribía todos los días una columna para el Diario de León.

El que se ha zambullido en esta faceta del autor de El fulgor de la memoria es un colega suyo, nacido en León, jubilado tras más de cuarenta años de oficio y con un trabajo desarrollado en varias cabeceras como El Correo Español, de Bilbao, Las Provincias, de Valencia, Diario de León o el madrileño Informaciones, además de colaborar con otros más como El Norte de Castilla.