Estudian el traslado del Archivo de la Catedral a la antecubierta de las naves laterales
El arquitecto apunta que es la única ubicación alternativa a la actual, sobre la capilla del Corpus Christi. El escollo: el difícil acceso
A.S.R. / Burgos
El traslado del Archivo Catedralicio, ahora encima de la capilla del Corpus Christi en el claustro alto, empieza a ser urgente. Este tema ocupa al Cabildo desde hace tiempo y ahora ha encontrado en las antecubiertas de las naves laterales una posible nueva ubicación con el espacio necesario para albergar esta ingente documentación que no deja de crecer. La estancia, situada entre la bóveda y la cubierta, tiene una altura mínima de dos metros y medio y una máxima de algo más de cuatro. José Manuel Álvarez, arquitecto de la Catedral, sólo encuentra un pero a este emplazamiento: el difícil acceso al mismo, que ahora sólo se puede realizar a través de unas estrechas escaleras de caracol, muy inclinadas, utilizadas para el mantenimiento.
«Es un tema que estamos estudiando, pero sin concretar nada. Estamos mirando la manera en la que se podría subir», comenta Álvarez, quien insiste en que es el único espacio disponible en todo el templo con capacidad para albergar el abultado Archivo Catedralicio, que no deja de crecer y cuyos volúmenes más antiguos precisan de más holgura para su mejor conservación. «Sería el lugar idóneo», repite.
La solución al difícil acceso se presume complicada. Desde luego que el actual a través de estas escaleras «no parece lo más correcto para los investigadores que acuden a estas dependencias».
¿Un ascensor? «No lo sé. Habría que estudiarlo. Es complicado».
El Archivo de la Catedral nace en 1068 con la restauración de la antigua Diócesis de Oca y atesora valiosos y cuantiosos documentos, que se empezaron a catalogar desde el desprendimiento de la estatua de San Lorenzo, el 12 de agosto de 1994, para investigar los secretos de construcción de la Seo que ella misma custodia.
En torno a la restauración
Muchos son los andamios, cada vez menos, que visten la Catedral a punto de celebrar el 25 aniversario de su declaración como Patrimonio de la Humanidad. Los de la capilla de la Natividad están a punto de ser retirados y ya han pasado a cubrir la Sacristía Mayor. El trabajo pronto llegará también al Claustro alto.
Pocos espacios en el interior están pendientes de pasar por el quirófano. En la lista de espera está la capilla de San Gregorio, situada en la cabecera, junto a la de Los Condestables, cuyo proyecto ya ha sido autorizado por la Junta, pero está pendiente de la financiación de los 250.000 euros que costaría la limpieza de la piedra, la eliminación de las humedades y las sales de las bóvedas, la recuperación de la vidriera... «Es una obra sencilla porque no tiene muchas policromías», destaca el arquitecto sobre esta capilla, de las más antiguas de la Seo, fechada a finales del siglo XIV.
Al lado de ésta se encuentra la de La Anunciación, cuya limpieza no tiene fecha ni proyecto. Y en el claustro alto, las del Corpus Christi y Santa Catalina buscan patrocinador para su acicaladura.
Poco resta en el interior y poco en el exterior.
Álvarez apunta que están redactando el proyecto de las cubiertas de las capillas de Santa Ana y Santa Tecla y los paramentos del tramo comprendido entre las puertas de Coronería y Santa María. La Junta se encargará de poner el dinero. Mientras que el Ayuntamiento hará lo propio con las techumbres de la cabecera, es decir la de la girola y las naves laterales.
Sin fecha y sin crédito se encuentra la limpieza del exterior entre Pellejería y Los Condestables.Sin noticias de los relieves del trasaltar, de la calefacción y del presbiterio
La erosión de los relieves del trasaltar de Felipe de Vigarny, la instalación de la calefacción y la eliminación de cinco escalones del presbiterio son tres de los temas candentes en la Catedral y desde hace tiempo no hay nuevas noticias sobre ninguno de ellos, según apunta José Manuel Álvarez.
Los relieves de Felipe Vigarny datan del siglo XV y su erosión es más que evidente. El proyecto de la Junta, comenta el arquitecto, era la realización de un estudio completo, con examen de las sales, la piedra, el microclima de esa zona... «que permita ver qué posibilidades hay de detener ese deterioro que es continuo hasta el momento». Pero este trabajo, del que depende la toma de una decisión, aún no se ha iniciado.
«El problema es muy complejo. No hay una idea clara. Se sabe que la piedra tiene mucha sal, que provoca su rotura, pero hay dudas sobre dónde proviene y cómo eliminarla es muy complicado», detalla y añade que es un problema complejo que no se encuentra en ninguna otra zona de la Catedral. Álvarez cree que se puede deber al tipo de piedra, caliza de Briviesca, que únicamente aparece en la capilla de Santa Ana, aunque no presenta el lamentable estado del trasaltar.
Sobre la instalación de algún sistema de calefacción que alivie el frío del templo y la reducción del presbiterio para acercar la liturgia a los fieles no se sabe nada nuevo. La Junta tiene la última palabra. Sobre lo primero no se pronuncia desde hace un año y lo segundo se ha perdido en el tiempo.