El Correo de Burgos

Fútbol sala / Primera Nacional A

El HCB hace un 'siete' al Colmenarejo

El cuadro blanquinegro, a medio gas, arrolla a los madrileños y mantiene intactas sus opciones para aspirar a la primera plaza

Burgos

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HOTEL CIUDAD BURGOS 7

COLMENAREJO 1

D. O. C. / Burgos

El Hotel Ciudad de Burgos hizo un auténtico ‘siete’ al Colmenarejo y se mete de lleno en la lucha por el título de campeón del Grupo 3 de la Primera Nacional A de fútbol sala. El combinado blanquinegro arrolló a un débil Colmenarejo que llegaba a Burgos obligado a puntuar para evitar las posiciones de descenso y que salió del Talamillo con la impresión de haberse estrellado contra un tren de mercancías.

A medio gas y pisando el acelerador sólo en momentos puntuales, el cuadro de Taxio Gutiérrez sacó de la pista a los madrileños cumpliendo con su objetivo de partida: sumar tres puntos en su casillero para llegar a los tres últimos partidos de la campaña regular con todas las opciones intactas de luchar por la primera posición y hacerse de paso con una plaza para la fase de ascenso a la categoría de plata nacional.

La superioridad de los burgaleses quedó patente desde el pitido inicial frente a un rival que contaba con un hándicap añadido en forma de una plantilla muy corta (se presentó al choque con tan solo ocho jugadores, dos de ellos porteros).

La conexión de los hermanos Rodríguez Encinar pronto sirvió para que el Hotel Ciudad de Burgos diera un golpe en la mesa y anticipara sus intenciones. Zurdo, actuando de cierre levantó la vista y vio el desmarque de Rodri. Le sirvió un perfecto balón en largo que controló el ‘7’ burgalés para sortear la salida del portero y hacer subir el 1-0 al luminoso. Eficacia y belleza a partes iguales.

Los blanquinegros se adelantaron demasiado rápido, a tenor de lo visto a continuación. Pareció que lo vieron tan fácil tras este buen arranque que bajaron pronto el pistón en la presión en todo el campo con la que obligaron a su rival a permanecer agazapado en su campo en los primeros compases.

Poco a poco los madrileños fueron ganando en presencia ofensiva y comenzaron a plantarse con relativa facilidad en las inmediaciones de Dela. Pero afortunadamente el Colmenarajo dejó patente su preocupante pelea con el gol. En unas ocasiones las acciones del meta del HCB y en las más los clamorosos errores en la definición de sus artilleros (alguna incluso a puerta vacía), evitaron que el Colmenarejo equilibrara la contienda.

El preparador local se vio obligado a solicitar un tiempo muerto para pedir más concentración a los suyos, que se estaban dejando llevar. La arenga surtió efecto prácticamente de inmediato. Los blanquinegros volvieron a la presión inicial y encarrilaron la contienda en el tramo final de la primera mitad, en apenas un abrir y cerrar de ojos.

Así las cosas Rodri estableció el 2-0 de disparo raso y cruzado en una combinación con Zurdo. Y Apenas 10 segundos después, tras el saque de centro de los madrileños, los locales robaron un balón. El omnipresente Rodri, desde la derecha, puso un balón perfecto al segundo palo para que Del Val cruzara al fondo de las mallas.

A 26 segundos del final gozaron los madrileños de una buena opción para recortar distancias con un doble penalti que lanzó Luispe y Dela detuvo con los pies. Con un claro 3-0 se llegó al descanso.

Y en una buena salida tras el paso por los vestuarios sentenciaron por completo en apenas seis minutos de juego. Luego se dedicaron a nadar y guardar la ropa, manteniendo la posesión del esférico ante un enrrabietado rival, pero sin el ‘hambre’ necesario para haber hecho una auténtica escabechina con los madrileños.

Moro tuvo un protagonismo especial en los primeros compases de la segunda mitad. El siempre oportuno goleador local dio una lección de buena colocación para dar la puntilla al Colmenarejo. Una gran acción de Zurdo y Rodri dejó el balón a los pies del ariete blanquinegro, que junto al palo batió con frialdad a Miguelón. Acto seguido, en una salida al contragolpe, los visitantes vieron portería por primera y última vez (4-1), pero ello ni hizo mas que enrrabietar más al Hotel Ciudad de Burgos, que respondió de forma contundente. Moro aprovechó un mal despeje del guardameta visitante para hacer el quinto de la tarde. Y en la siguiente jugada, otra vez muy atento, recibió un regalo de la zaga local que otra vez envió al fondo de las mallas. Y en pleno acoso local llegó el séptimo, obra de Zurdo, tras un despeje del meta visitante. Ahí acabó el partido, pues el HCB se dedicó a dormirlo y esperar el pitido final.

El Hotel Ciudad de Burgos hizo un auténtico ‘siete’ al Colmenarejo y se mete de lleno en la lucha por el título de campeón del Grupo 3 de la Primera Nacional A de fútbol sala. El combinado blanquinegro arrolló a un débil Colmenarejo que llegaba a Burgos obligado a puntuar para evitar las posiciones de descenso y que salió del Talamillo con la impresión de haberse estrellado contra un tren de mercancías.

A medio gas y pisando el acelerador sólo en momentos puntuales, el cuadro de Taxio Gutiérrez sacó de la pista a los madrileños cumpliendo con su objetivo de partida: sumar tres puntos en su casillero para llegar a los tres últimos partidos de la campaña regular con todas las opciones intactas de luchar por la primera posición y hacerse de paso con una plaza para la fase de ascenso a la categoría de plata nacional.

La superioridad de los burgaleses quedó patente desde el pitido inicial frente a un rival que contaba con un hándicap añadido en forma de una plantilla muy corta (se presentó al choque con tan solo ocho jugadores, dos de ellos porteros).

La conexión de los hermanos Rodríguez Encinar pronto sirvió para que el Hotel Ciudad de Burgos diera un golpe en la mesa y anticipara sus intenciones. Zurdo, actuando de cierre levantó la vista y vio el desmarque de Rodri. Le sirvió un perfecto balón en largo que controló el ‘7’ burgalés para sortear la salida del portero y hacer subir el 1-0 al luminoso. Eficacia y belleza a partes iguales.

Los blanquinegros se adelantaron demasiado rápido, a tenor de lo visto a continuación. Pareció que lo vieron tan fácil tras este buen arranque que bajaron pronto el pistón en la presión en todo el campo con la que obligaron a su rival a permanecer agazapado en su campo en los primeros compases.

Poco a poco los madrileños fueron ganando en presencia ofensiva y comenzaron a plantarse con relativa facilidad en las inmediaciones de Dela. Pero afortunadamente el Colmenarajo dejó patente su preocupante pelea con el gol. En unas ocasiones las acciones del meta del HCB y en las más los clamorosos errores en la definición de sus artilleros (alguna incluso a puerta vacía), evitaron que el Colmenarejo equilibrara la contienda.

El preparador local se vio obligado a solicitar un tiempo muerto para pedir más concentración a los suyos, que se estaban dejando llevar. La arenga surtió efecto prácticamente de inmediato. Los blanquinegros volvieron a la presión inicial y encarrilaron la contienda en el tramo final de la primera mitad, en apenas un abrir y cerrar de ojos.

Así las cosas Rodri estableció el 2-0 de disparo raso y cruzado en una combinación con Zurdo. Y Apenas 10 segundos después, tras el saque de centro de los madrileños, los locales robaron un balón. El omnipresente Rodri, desde la derecha, puso un balón perfecto al segundo palo para que Del Val cruzara al fondo de las mallas.

A 26 segundos del final gozaron los madrileños de una buena opción para recortar distancias con un doble penalti que lanzó Luispe y Dela detuvo con los pies. Con un claro 3-0 se llegó al descanso.

Y en una buena salida tras el paso por los vestuarios sentenciaron por completo en apenas seis minutos de juego. Luego se dedicaron a nadar y guardar la ropa, manteniendo la posesión del esférico ante un enrrabietado rival, pero sin el ‘hambre’ necesario para haber hecho una auténtica escabechina con los madrileños.

Moro tuvo un protagonismo especial en los primeros compases de la segunda mitad. El siempre oportuno goleador local dio una lección de buena colocación para dar la puntilla al Colmenarejo. Una gran acción de Zurdo y Rodri dejó el balón a los pies del ariete blanquinegro, que junto al palo batió con frialdad a Miguelón. Acto seguido, en una salida al contragolpe, los visitantes vieron portería por primera y última vez (4-1), pero ello ni hizo mas que enrrabietar más al Hotel Ciudad de Burgos, que respondió de forma contundente. Moro aprovechó un mal despeje del guardameta visitante para hacer el quinto de la tarde. Y en la siguiente jugada, otra vez muy atento, recibió un regalo de la zaga local que otra vez envió al fondo de las mallas. Y en pleno acoso local llegó el séptimo, obra de Zurdo, tras un despeje del meta visitante. Ahí acabó el partido, pues el HCB se dedicó a dormirlo y esperar el pitido final.

El Hotel Ciudad de Burgos hizo un auténtico ‘siete’ al Colmenarejo y se mete de lleno en la lucha por el título de campeón del Grupo 3 de la Primera Nacional A de fútbol sala. El combinado blanquinegro arrolló a un débil Colmenarejo que llegaba a Burgos obligado a puntuar para evitar las posiciones de descenso y que salió del Talamillo con la impresión de haberse estrellado contra un tren de mercancías.

A medio gas y pisando el acelerador sólo en momentos puntuales, el cuadro de Taxio Gutiérrez sacó de la pista a los madrileños cumpliendo con su objetivo de partida: sumar tres puntos en su casillero para llegar a los tres últimos partidos de la campaña regular con todas las opciones intactas de luchar por la primera posición y hacerse de paso con una plaza para la fase de ascenso a la categoría de plata nacional.

La superioridad de los burgaleses quedó patente desde el pitido inicial frente a un rival que contaba con un hándicap añadido en forma de una plantilla muy corta (se presentó al choque con tan solo ocho jugadores, dos de ellos porteros).

La conexión de los hermanos Rodríguez Encinar pronto sirvió para que el Hotel Ciudad de Burgos diera un golpe en la mesa y anticipara sus intenciones. Zurdo, actuando de cierre levantó la vista y vio el desmarque de Rodri. Le sirvió un perfecto balón en largo que controló el ‘7’ burgalés para sortear la salida del portero y hacer subir el 1-0 al luminoso. Eficacia y belleza a partes iguales.

Los blanquinegros se adelantaron demasiado rápido, a tenor de lo visto a continuación. Pareció que lo vieron tan fácil tras este buen arranque que bajaron pronto el pistón en la presión en todo el campo con la que obligaron a su rival a permanecer agazapado en su campo en los primeros compases.

Poco a poco los madrileños fueron ganando en presencia ofensiva y comenzaron a plantarse con relativa facilidad en las inmediaciones de Dela. Pero afortunadamente el Colmenarajo dejó patente su preocupante pelea con el gol. En unas ocasiones las acciones del meta del HCB y en las más los clamorosos errores en la definición de sus artilleros (alguna incluso a puerta vacía), evitaron que el Colmenarejo equilibrara la contienda.

El preparador local se vio obligado a solicitar un tiempo muerto para pedir más concentración a los suyos, que se estaban dejando llevar. La arenga surtió efecto prácticamente de inmediato. Los blanquinegros volvieron a la presión inicial y encarrilaron la contienda en el tramo final de la primera mitad, en apenas un abrir y cerrar de ojos.

Así las cosas Rodri estableció el 2-0 de disparo raso y cruzado en una combinación con Zurdo. Y Apenas 10 segundos después, tras el saque de centro de los madrileños, los locales robaron un balón. El omnipresente Rodri, desde la derecha, puso un balón perfecto al segundo palo para que Del Val cruzara al fondo de las mallas.

A 26 segundos del final gozaron los madrileños de una buena opción para recortar distancias con un doble penalti que lanzó Luispe y Dela detuvo con los pies. Con un claro 3-0 se llegó al descanso.

Y en una buena salida tras el paso por los vestuarios sentenciaron por completo en apenas seis minutos de juego. Luego se dedicaron a nadar y guardar la ropa, manteniendo la posesión del esférico ante un enrrabietado rival, pero sin el ‘hambre’ necesario para haber hecho una auténtica escabechina con los madrileños.

Moro tuvo un protagonismo especial en los primeros compases de la segunda mitad. El siempre oportuno goleador local dio una lección de buena colocación para dar la puntilla al Colmenarejo. Una gran acción de Zurdo y Rodri dejó el balón a los pies del ariete blanquinegro, que junto al palo batió con frialdad a Miguelón. Acto seguido, en una salida al contragolpe, los visitantes vieron portería por primera y última vez (4-1), pero ello ni hizo mas que enrrabietar más al Hotel Ciudad de Burgos, que respondió de forma contundente. Moro aprovechó un mal despeje del guardameta visitante para hacer el quinto de la tarde. Y en la siguiente jugada, otra vez muy atento, recibió un regalo de la zaga local que otra vez envió al fondo de las mallas. Y en pleno acoso local llegó el séptimo, obra de Zurdo, tras un despeje del meta visitante. Ahí acabó el partido, pues el HCB se dedicó a dormirlo y esperar el pitido final.

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