Fútbol / Tercera División Grupo VIII
El Villaralbo fue mucho rival para el Caja Rural BP
Los burgaleses encajaron el tanto de la derrota cuando mejor controlados tenían a los zamoranos, que fueron dueños territoriales de la contienda
CAJA RURAL PROMESAS 0
VILLARALBO 1
EL PLANTÍO
Caja Rural Promesas: Carlos, Xabi (Omar, min. 78), Tito, Jordan, Jairo, Sergio (Soto, min. 78), Marti, Gallo, Dani Aparicio, Dani González y Mena.
Villaralbo: José Luis, Regino, Bastida, Charly, Vilarchao, Gonzalo, David Carmona (Trujillo, min. 88), Obispo, Ramón (Héctor Marcos, min. 71), Luis Zambrano y Manu (Marco, min. 90+).
Árbitro: Becerril Gómez (colegio palentino). Mostró cartulina amarilla a los locales Jairo, Sergio y Gallo; y a los visitantes Charly y Gonzalo. Además, expulsó por doble amarilla al jugador del Villaralbo Zambrano (min. 80).
Goles: 0-1, min. 73: Héctor Marcos.D. O. C. / Burgos
El Villaralbo fue demasiado rival para un voluntarioso Caja Rural BP. El trabajo colectivo de los burgaleses se quedó sin premio ante un rival llamado a luchar por el ascenso de categoría. Un despiste defensivo en una acción de calidad del ataque zamorano dio los tres puntos en juego a los visitantes, que perfectamente podían haber ganado el partido a los puntos anteriormente.
Los visitantes controlaron el encuentro de cabo a rabo. Su mayor calidad técnica les permitió hacerse con la manija del juego desde el pitido inicial. El Villaralbo convirtió el encuentro en un monólogo en la primera mitad. Los azulones triangulaban con criterio y sin prisa en la zona ancha esperando un hueco en la bien plantada defensa local.
Su primer aviso llegó de inmediato. No habían transcurrido ni dos minutos de juego cuando David Carmona, una auténtica pesadilla para la zaga local en la primera mitad, disfrutó de una doble ocasión para batir la meta burgalesa. El rápido extremo visitante, estrelló primero el balón en el cuerpo de Carlos en plena salida. Y luego recogió el rechace y trató de superar con sutileza al portero por arriba, pero lo atrapó sin problemas el meta local.
La única oportunidad reseñable del Caja Rural en el primer acto fue un golpe franco magistralmente botado por Marti con su pierna zurda. El interior superó por arriba a la barrera y el balón se dirigía a la escuadra, donde apareció José Luis para abortar el peligro.
En el minuto 24 el omnipresente David Carmona tuvo el 0-1 en sus pies en una veloz incursión por la izquierda. Tras regatear a Carlos se quedó sin ángulo y su disparo no encontró los tres palos. Poco después fue Vilarchao quien libre de marca en un saque de esquina conectó un zurdazo que salió lamiendo el larguero.
Y en la última acción de la primera mitad Regi, que se había sumado al ataque por la derecha, recibió un balón de Obispo y se sacó un zurdazo con rosca junto a la base del poste que detuvo bien situado el guardameta burgalés.
El descanso sirvió para que el Caja Rural ganara en aplomo y plantara más cara al Villaralbo. El Promesas había pasado el mal trago y comenzaba a creer en sus posibilidades de golpear primero. Dani González probó a José Luis con un disparo flojo y centrado tras recibir un pase atrás de su compañero Aparicio a la salida de un saque de esquina.
El duelo había perdido ritmo y en esa tesitura la defensa local controlaba con mayor solvencia las intentonas visitantes. Al menos hasta que el técnico visitante movió ficha y dio entrada a Héctor Marcos en el puesto de Ramón. Y el cambio resultó providencial pues la primera pelota que tocó el recién ingresado en el campo terminó en el fondo de las mallas. Luis Zambrano, que convertía en oro cada balón que tocaba, cedió el esférico entre los centrales para Marcos, que con su pierna zurda cruzó el balón mansamente junto a la base del poste sin que pudiera llegar la defensa local a interceptar el disparo.
Sin tiempo para que el Promesas se recupera por el golpe recibido el Villaralbo a punto estuvo de hacer el segundo tanto en una contra de libro llevada por Zambrano y Carmona. El primero abrió hacia el extremo, que casi sin ángulo disparó a la base del primer palo.
El técnico burgalés Diego Rojas puso entonces toda la carne en el asador en busca de la igualada. Colocó a una defensa de tres hombres y mandó a sus efectivos hacia delante, aunque no tuvieron ninguna opción para devolver las tablas al luminoso.
Ya en el tiempo de descuento Héctor Marcos recibió un buen balón de Obispo en la frontal y tras controlar se sacó un duro derechazo que se marchó ligeramente desviado.