El Izarra frena en seco a la Arandina

La extraordinaria racha de la Arandina se rompió ayer en uno de los campos más complicados de la Liga a tenor de los datos, como es el navarro de Merkatondoa. Los burgaleses, que jugaron los últimos 20 minutos con un hombre menos por la expulsión de Gonzalo, merecieron más, seguramente el empate, gracias a una buena y valiente segunda parte después de una primera con claro dominio local.

Sin embargo, el Izarra, al que tanto le está costando hacer gol toda la temporada, supo adelantarse en una de sus múltiples llegadas antes del descanso y sentenciar en una contra con el tiempo ya cumplido para sumar tres puntos de oro en su lucha por evitar el descenso (2-0). De paso, se lleva el golaverage ante el equipo de Javi Bermúdez, que, eso sí, todavía les saca dos puntos en la tabla y que continúa muy lejos de los puestos de peligro.

El duelo comenzó con un Izarra más metido en el partido, mucho más que los ribereños, aunque algo espeso en la creación. Su presión en la línea de tres cuartos dificultaba la salida del balón de la Arandina, aunque cuando conseguían superarla la velocidad de Javilillo era sinónimo de peligro. El primer acercamiento con peligro de los navarros llegó en el minuto 15 con un buen centro de Pito que Hinojosa no llegó a rematar por muy poco.

Ante la dificultad de encontrar espacios el peligro local llegaba desde fuera del área. Primero lo intentó Ziganda tras una buena jugada de Bruno por la derecha, pero el disparo acabó manso en las manos de Álex (minuto 21). El segundo aviso, casi desde el mismo punto, lo hizo Briñol, pero esta vez el guardameta visitante detuvo en dos tiempos.

Precisamente Briñol fue el encargado de abrir la lata en una jugada casi idéntica. Otro balón servido desde la derecha dos minutos después acabó en sus pies y su disparo duro y raso no pudo atajarlo Álex a pesar de su buena estirada. Tras el gol llegaron los mejores momentos de un Izarra que sabe que cuando se adelanta en casa es difícil que deje escapar puntos, puesto que solo ha recibido dos goles en toda la temporada en Merkatondoa.

Y fruto de esa presión arriba y de un despiste de la zaga visitante estuvo a punto de llegar el 2-0, pero Hinojosa quiso sorprender al portero y disparó muy desviado. En el otro área la Arandina empezaba a llegar con algo más peligro. Mauri pudo aprovechar un balón suelto, pero no acertó. Y justo antes del descanso tuvo la mejor ocasión para irse al vestuario con tablas. Javilillo realizó una gran conducción y cedió a Ochoa, pero su disparo acabó golpeando en un defensor navarro cuando ya se cantaba prácticamente el empate.

Tras el paso por el vestuario el Izarra se echó mucho más atrás buscando sentenciar a la contra, pero la Arandina, con un extraordinario Pau Franch, no estaba dispuesta a entregar el partido. Es cierto que a los visitantes les costó mucho crear peligro fruto de elaboración, pero cada córner y cada falta que colgaban al área era sinónimo de nervios en la zaga local.

Primero fue el central Pablo quien estuvo a punto de empalmar un balón dentro del área (minuto 66) y después la tuvo Javilillo, pero faltó precisión.

Justo cuando más apretaban los de Bermúdez, que se quejaron ostensiblemente del arbitraje, llegó la expulsión de Gonzalo por doble amarilla. Fue una jugada en el centro del campo, sin aparente peligro, pero el colegiado interpretó como agresión el codo que soltó el blanquiazul. Todo se ponía cuesta arriba para los amarillos, el equipo revelación de la segunda vuelta, pero lejos de achicarse se crecieron, quizá con la seguridad que daban las cuatro victorias consecutiva con las que se presentaron ayer en Estella.

El Izarra seguía intentando machacar en una salida rápida, pero faltaba acierto en el último pase, por lo que Amatriain hizo los res cambios buscando frescura. Y cuando más apretaba la Arandina, que se quejó por dos fueras de juego señalados por el asistente, llegó la puntilla. El joven Hinojosa recibió un balón pegado a la cal y metió una gran pase al hueco que dejó a Francis Suárez solo ante Álex. El canario, con todo el tiempo del mundo para pensar, no falló.