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Balonmano / Asobal

El Villa de Aranda sufre ante un correoso Puente Genil

Tuvo que esperar a los últimos 10 minutos de la contienda para imponer su ley ante un rival que trata de eludir los puestos de descenso / Los burgaleses consolidan su quinta plaza

El extremo Bicho se dispone a lanzar a portería en el partido de ayer.-Alberto Calvo

Burgos

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Sufrió más de la cuenta, pero fue capaz de devolver la moneda a Puente Genil y consolida su quinta posición en la Asobal. El Villa de Aranda tuvo que apretar los dientes para brindar un triunfo a su afición ante un Ángel Ximénez muy rocoso (31-29). Solo en los últimos 10 minutos fue capaz de inclinar la balanza de su lado el cuadro ribereño aprovechando que los andaluces se habían quedado sin gasolina.

Necesitaba el cuadro anfitrión recuperar las buenas sensaciones para mantener su privilegiada posición en la general- que le da derecho actualmente a disputar competiciones europeas la próxima temporada-. Y saltó a la pista con el cuchillo entre los dientes para evitar cualquier sorpresa ante un necesitado rival obligado a puntuar para poner tierra de por medio con la zona de descenso.

Los de Jacobo Cuétara pusieron la directa de salida, con un 2-0 en el luminoso en el primer minuto de la contienda, pero la reacción cordobesa fue inmediata para dar por completo la vuelta a la tortilla obligando al técnico de los burgaleses a solicitar un tiempo muerto para refrescar conceptos a sus pupilos. Pero no terminaba de carburar el cuadro burgalés sobre la cancha del Príncipe de Asturias. Los cordobeses, que ya se habían impuesto en el choque de ida, tenían muy bien aprendida la lección y dificultaban en exceso la circulación del balón de los locales, que no encontraban huecos en la defensa de Puente Genil.

Y en esta tesitura era el Puente Genil quien siempre llevaba la delantera en el luminoso. Al menos hasta el ecuador del primer acto. En ese momento un parcial de 3-0 de los burgaleses dio un vuelco al partido. Padilla y Cakic asumieron el mando en labores ofensivas, si bien se encontraban siempre la réplica contundente de un entonado Rudovic en las filas visitantes. Las alternativas se sucedían en el tanteador para desesperación del técnico local, que no daba con la tecla para frenar a su oponente (10-12). Las defensas se impusieron a los ataques en el tramo final para llegar al descanso con una mínima ventaja de los visitantes (12-13).

No varió demasiado la decoración del partido tras el paso por los vestuarios. La solvencia defensiva de los andaluces asfixiaba el juego ofensivo ribereño -que sigue sin poder contar con su mejor referente, Oswaldo-.

Puente Genil no cedía el mando a los ribereños (16-17). Cada tanto de un rival venía inexorablemente secundado por otro de su oponente. El tanteador se movía en un pañuelo, aunque Rudovic se empeñaba en abrir hueco.

El Villa de Aranda mejoró sus prestaciones para frenar la vía de agua en campo propio, también de la mano de un Rangel Luan que sustituyó a Santana. Y a partir de ese momento el duelo iba de igualada en igualada en el electrónico y el choque convertido en un correcalles. Cuando el desgaste físico comenzó a pasar factura al Ángel Ximénez el cuadro burgalés puso la directa con un parcial de 4-0 que rompió el encuentro (29-24). Yya no volvió a mirar atrás con en un partido enloquecido.