FÚTBOL
Guardiola: "Si Mourinho me invita a una copa de vino, aceptaré"
El tecnico del City se asoma tranquilo, pero con curiosidad al reencuentro, ahora en la Premier, con el técnico portugués
Pep Guardiola termina sus cartas a los seguidores del City con este mensaje: “Espero que todo el mundo disfrute del partido”. Escribe en el programa oficial. No solo se dirige a los suyos, el destinatario es global. Tampoco firma sus palabras, su autógrafo se reconoce en el terreno de juego. Viste elegante, con el traje Dsquared2 London que se enfundó el día de su primera rueda de prensa. Mira a un lado, entre preocupado y curioso. Le está dando vueltas a su última idea.
Pep está en el Manchester City por motivos personales, su amistad con Txiki Begiristain y las increíbles facilidades que el club ha dispuesto para su proyecto. Hubo un tiempo dónde la entidad, aún sin la cartera del jeque Mansour, era el segundo equipo de muchos aficionados del fútbol inglés.
El City caía simpático por sus continuas meteduras de pata, como cuando les metieron 100 goles en una sola temporada a mitad de los cincuenta. ‘Typical City’, típico del City, se convirtió en un eslogan ocurrente para amainar las desgracias con sentido del humor. La llegada de Guardiola y su estilo futbolístico impulsan al club desprenderse de la etiqueta de nuevo rico y volver a conquistar el afecto del público. Gustar a la gente, cautivar con su juego.
La rivalidad con Mourinho en el estreno del segundo acto de la función, Pep la rebaja: “La última temporada, cuando él estaba en Madrid y yo en Barcelona, no fue fácil. Pero nos encontramos hace unas semanas en un acto de la Premier y hablamos. Todo correcto. Tengo mucho respeto por él”, explicó en su rueda de prensa.
Escueto, casi monosilábico, añadió que aceptaría una copa de vino si el portugués le invita tras el partido. "Sí, si me invita a una copa de vino, aceptaré", ha dicho el técnico de Santpedor. Respeto, también conIbrahimovic: “Es un talento increíble, especialmente en el terreno de juego”.
En sus primeros meses en la ciudad, Guardiola ha captado la atención de quiénes no le conocían. “Es el mejor entrenador del mundo”, han dicho Fernandinho, Gündogan, Delph, Nolito y Claudio Bravo. No es muy hablador David Silva, pero también debe pensarlo. El canario nunca había jugado tan bien. “Los trabajadores están alucinados con su energía”, reconoce una persona muy influyente en el club. Simon, el jefe de prensa, asegura que le fascinan las respuestas del catalán en rueda de prensa. Profundas, extensas, tanto que a menudo le hacen perder la noción del tiempo. Seguía explicándose Pep: “El Clásico… Siempre decían que cada año era mejor que el anterior. Dejadme vivir este derbi. Con José es lo mismo. Él es nuevo, yo soy nuevo. Necesitamos tiempo”.
Guardiola aterrizó en Manchester con su equipo de confianza. El segundo entrenador Domènec Torrent, el preparador físico Lorenzo Buenaventura, el analista Carles Planchart y por supuesto Manel Estiarte, jefe de ayuda al jugador y protocolo. Llegaron de Múnich con un aviso de Xabi Alonso: La lluvia no era el elemento meteorológico más peligroso, lo realmente incómodo en el norte de Inglaterra es el viento. Esta clase de guía, así como las pistas sobre los rivales, las proporciona Mikel Arteta, que decidió colgar las botas para seguir a Guardiola.
En los entrenamientos, sin embargo, el de San Sebastián practica algunos ejercicios sentando cátedra como si aún fuera futbolista. Rodolfo Borrell, con pasado en La Masía y en la academia del Liverpool, también se ha unido al grupo. La retención de Xabi Mancisidor, entrenador de porteros con Manuel Pellegrini, se comprendió tras el fichaje de Bravo. Ambos se conocen bien de sus etapas en la Real Sociedad. El catalán Marc Boixasa, tras realizar con éxito la misma tarea en el City EDS, ha sido ascendido a delegado del primer equipo y tiene todos los detalles bajo control.
El Pep Team trabaja protegido en los confines de la ciudad deportiva, donde el sonido ambiente más destacado es el tac, tac, tac, de un balón que cada vez va más rápido. La ciudad, de momento, no puede disfrutarla: “Entro aquí a las ocho de la mañana, salgo por la noche. Voy a cenar con la familia… El otro día sí fui a un italiano. Los del United me dicen hola y los del City me abrazan”, sonríe Guardiola.
El City va a 120 km por hora y media. Esta fue la distancia que recorrieron como conjunto en la segunda jornada en Stoke, más que cualquier otro equipo esta temporada. Raheem Sterling, que ganó volumen y perdió desborde el año pasado, vuelve a deslizarse sobre el césped con la sutileza de una bailarina. Ha pasado por la báscula. La misma que indica queYaya Touré, aunque en la grada, ha perdido siete quilos.
El City progresa a imagen de su técnico y con la banda sonora de Oasis sonando de fondo. Puede que Pep no haya caído, pese a queNoel Gallagher, citizen acérrimo, fue de los primeros que le dio la bienvenida. ‘Definitely, maybe’, el álbum 1994, resume la esencia de un personaje decidido, valiente, pero a la vez lleno de dudas. “Necesito ser yo mismo”, dijo cuando trajo a Claudio Bravo para salir con el balón controlado. Los hermanos Gallagher ya lo plasmaron en las letras de sus canciones. La palabra ‘Wonderwall’ no existe pero los citizens se la imaginan con Guardiola.