El Correo de Burgos

RUGBY / Fase de ascenso a División de Honor

Un campeón sin corona

Un ensayo transformado en el último suspiro deja a un heroico UBU Colina Clinic sin ascenso / Los burgaleses merecieron más / Los visitantes siempre fueron por delante en el marcador, pero se quedaron a dos puntos del objetivo

Momento en el que Gonzalo Pérez posa el oval en la línea de marca burgalesa a pesar del esfuerzo defensivo de RubénDomínguez, ayer, en El Pantano.-LUIS CONTE / CR LA VILA

Momento en el que Gonzalo Pérez posa el oval en la línea de marca burgalesa a pesar del esfuerzo defensivo de RubénDomínguez, ayer, en El Pantano.-LUIS CONTE / CR LA VILA

Burgos

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LA VILA 10

UBU COLINA CLINIC  13

CR La Vila: Ponce (Viotti, min. 55), Lacoste, Pérez, Paco Martínez, Morales (Peruyero, min. 55), Vinaches, Guillem Carrión, Pajaujis, Lamboglia, Javier Carrión, Jara, Gutiérrez, Gonzalo Pérez, Luciano Martínez, Fernández.

UBU Colina Clinic: Valverde, Fuente, Caballero (López, min. 51), Wagenaar (Colina, min. 66), Cabrera, Snyman (Carrasco, min. 25), Aristemuño, Ascroft-Leigh, Rocamán, Imo, Sauls, Martín, Bianco, Domínguez y Storm.

Árbitro: Iñaki Muñoz.

Tarjetas amarillas: Al visitante Wagenaar en el minuto 38 por falta reiterada de equipo.

Tarjetas rojas: No hubo.

Tanteo: 0-5, min. 2: ensayo de Storm; 3-5, min. 7: golpe de castigo de Jara; 3-8, min: 30, golpe de castigo de Bianco; 3-13, min. 64: ensayo de Sauls; 10-13, min. 79: ensayo de Gonzalo Pérez que transforma Jara. El UBU Colina Clinic maldice su suerte. No hay consuelo para un equipo burgalés que se quedó a un milímetro de conseguir el ascenso a División Honor después de acumular méritos durante 160 minutos tan intensos como emocionantes de una final jugada al límite.

Sin duda, el club de San Amaro mereció mejor suerte en un empate técnico decidido con una moneda al aire que salió cruz. El CR La Vila se llevó el premio en el último instante del partido de vuelta con un ensayo cuya transformación se vio favorecida por la fortuna. El dios Eolo y el poste quisieron que la balanza se decantara en favor del cuadro levantino en un cruce en el que los detalles sonrieron al favorito.

El conjunto burgalés, que aún dispondrá de una última oportunidad en la repesca a disputar ante el Getxo de División de Honor, se lamenta porque fue mejor a lo largo de la eliminatoria. Anotó más ensayos que su adversario, llevó la iniciativa del juego y ayer dominó en el marcador desde que en el minuto dos Storm conquistara la línea de marca.

Pero no fue suficiente, como tampoco sirvió de nada que el UBU Colina Clinic derrotara al La Vila en su estadio cuatro años después. Los jugadores burgaleses hicieron (casi) todo bien, pero fallaron con el estoque y vivieron una de las experiencias más amargas del deporte al ceder su ventaja cuando ya no había margen para nada más.

El acierto en el pateo fue una de las principales claves de la serie. Esta suerte ya jugó un papel decisivo en la ida y ayer castigó con dureza a un UBU Colina Clinic que aplicó su planteamiento en el arranque.

Los gualdinegros estaban preparados para batallar en un interminable cuerpo a cuerpo. El desgaste era una buena baza a favor de un Aparejadores RC que pronto encontró el premio deseado. Bianco rompió la cortina defensiva blanquiazul en una acción que tuvo continuidad hasta encontrar a Storm. El zaguero se lanzó con todo y clavó un 0-5 que el argentino no fue capaz de convertir. El centro, vital a lo largo del curso con su acierto desde el tee, falló en el lance decisivo.

A pesar de ello, el bloque de Marcelo Chorny había completado su primera premisa. Los burgaleses tomaron ventaja a las primeras de cambio para ganar confianza y trasladar la presión a un favorito obligado a cumplir como local. Cierto es que La Vila respondió de inmediato al aprovechar un golpe de castigo cometido por Wagenaar, pero la puesta en escena fue positiva con el 3-5.

Los gualdinegros mostraron sus intenciones al rival. Los visitantes presionaron y adelantaron su línea defensiva para impedir las rápidas transiciones del CR La Vila, obligado a jugar con el pie para buscar la espalda a los castellanos y sacudirse el agobio.

Con el paso del tiempo, los problemas se multiplicaron. Ruan Snyman, pieza fundamental en la tercera línea de la delantera, tuvo que abandonar el campo en el minuto 20 por una lesión en el cuello que no reviste gravedad. Carrasco, su sustituto, se multiplicó para minimizar esta sensible ausencia. Después, fue David Martín quien sufrió un aparatoso corte en la cabeza.

La Vila se benefició de la falta de continuidad en el juego para plantarse en campo contrario en un tramo final de primera parte en el que el UBU Colina Clinic se vació para salvar su ventaja. En su esfuerzo, los burgaleses perdieron durante 10 minutos a Wagenaar por reiteración de faltas, pero salvaron los muebles.

La situación en el marcador y en el campo obligó al cuadro levantino a pisar el acelerador en el inicio de la segunda parte. Aún en inferioridad, el bloque de Chorny respondió con entereza para salir airoso de cada trance y vencer en cada pequeña batalla.

Los minutos pasaban y el desgaste hacía mella en un partido con incontables melés. Los burgaleses necesitaban ampliar su distancia para llegar al desenlace sin agobios y a punto estuvieron de completar el plan. El UBU Colina Clinic suspiraba por un par de golpes de castigo, pero fue capaz de generar una buena acción ofensiva culminada por Martin Sauls.

El sudafricano anotó el 3-13 a falta de 15 minutos para el final. De haber transformado Bianco la eliminatoria habría quedado sentenciada, pero un nuevo error de cálculo en el pateo permitió a La Vila llegar al tramo final a tiro de ensayo transformado para dar la vuelta a la eliminatoria.

Y así fue. A los levantinos no les quedó otra que jugársela a la desesperada en una agónica y eterna jugada final. Las mil y una fases disputadas a cinco metros de la línea de ensayo hicieron que las ilusiones de una temporada se decidieran en un cara o cruz.

El esfuerzo titánico de los burgaleses intentaba provocar la rendición de un La Vila que acabó por encontrar la rendija y salirse con la suya. Con el 8-13 los gualdinegros aún estaban clasificados y la ilusión dependía del pateo final de Jara. Unos segundos después, todo se vino abajo.

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