BALONCESTO
Lacalle tiende la mano, pero no concreta
El alcalde muestra su «moderado optimismo», pero condiciona toda acción del equipo de Gobierno a un cambio de modelo en el baloncesto español y se desmarca del convenio ideado en su día para el Tizona
BURGOS
El baloncesto burgalés ha adoptado la buena costumbre de encadenar éxitos deportivos. Llega el momento de las felicitaciones y de saborear los logros conseguidos, pero la realidad obliga a los dirigentes del CB Miraflores a tomar posiciones en los despachos para formalizar su ascenso a ACB.
El club azul es novato en estas lides. Además, el proyecto necesita ayuda y en estas circunstancias el Ayuntamiento de Burgos debería jugar un papel clave. El alcalde, Javier Lacalle, asegura que la ciudad se merece «como nadie» la posibilidad de disfrutar de la máxima categoría y asume que la administración local sería protagonista llegado el caso.
La experiencia invita al primer edil a esperar acontecimientos, ya que el éxito pasa por un cambio de escenario. «La situación aún es difícil, pero hay elementos nuevos a tratar», valora un Lacallle «moderadamente optimista».
El regidor pide que impere «el sentido común» por parte de ACB para «buscar una salida razonable para todos». «Sería un sueño hecho realidad y es positivo que se haya creado un grupo de trabajo para avanzar», indica.
El alcalde la ciudad reconoce que competir en ACB «supera el acontecimiento deportivo», ya que supone «una proyección importantísima de la ciudad y de la provincia». «Vamos a ver si entre todos somos capaces de recibir buenas noticias», explica.
Asumida esta situación, ¿cuál sería la postura del equipo de Gobierno? Lacalle condiciona cada acción y cada detalle al ingreso oficial del CB Miraflores en la liga. «Lo más importante es que cambien la reglas del juego. En caso contrario, no hay nada que hacer», insiste una y otra vez, para anunciar la implicación municipal en caso de dar el salto.
«Si estamos en ACB hay que hacer un mayor esfuerzo económico por parte de las empresas, del club y de las administraciones», apunta. Sin embargo, solo garantiza una inyección superior a los actuales 120.000 euros porque, entre otras cosas, aún desconoce la postura concreta del resto de grupos políticos.
El primer edil adelanta su «llamamiento» al sector privado para colaborar con la causa. «Llamaríamos a las puertas que hicieran falta porque sería un dinero bien invertido», indica, antes de desmarcarse del plan ideado en su día para el Autocid.
Aquel convenio proponía una colaboración global de 2.2 millones de euros en cuatro años para el anterior club, «pero si cambian las reglas ahora no sería necesario. No tendría sentido porque aquel plan era consecuencia de las antiguas normas», concluye.