El Correo de Burgos

FÚTBOL / Tercera División

El Real Burgos sigue en pie

Un tanto de Juli en los últimos compases da un triunfo vital a los locales / El cuadro rojipadillo aprovecha la expulsión del visitante Andrew en el minuto 61

Manrique protege el balón ante el acoso de un contrario, ayer.-ISRAEL L. MURILLO

Manrique protege el balón ante el acoso de un contrario, ayer.-ISRAEL L. MURILLO

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DIEGO ALMENDRES
Burgos

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REAL BURGOS 2

SD ALMAZÁN 1

REAL BURGOS: Pana, Boris, Manrique, Tato (Óscar, min. 29), Javier, Taborda, Rebollo, Mota, Rubén (Mica, min. 73), Juli (Óliver, min. 88), Carolo.

SD ALMAZÁN: Javi, Andrew, Gonzalo, Anto, Cule, Rubi, Pablo (Santa, min. 65), Elvira, Pascu (Losilla, min. 80), Plaza y Héctor.

ÁRBITRO: Reinoso Mangas (colegio vallisoletano). Amonestó a los locales Javier, Taborda, Carolo y Mota y al visitante Pascu. Expulsó por doble amarilla al soriano Andrew (min. 62).

GOLES: 1-0, min. 3: Rebollo; 1-1, min. 46: Pascu; 2-1, min. 83: Juli.

BURGOS

A buen seguro, este Real Burgos no hubiera pasado demasiados apuros para salvar la categoría. Sin embargo, las circunstancias extremas vividas en el primer tercio de temporada obligan al conjunto rojipardillo a competir sin red. Los locales juegan cada fin de semana al borde del precipicio y con una pesada mochila a la espalda. El margen de error es mínimo y cada duelo directo adquiere una relevancia crucial para la suerte del proyecto.

El bloque dirigido por Guti necesita continuidad en el trabajo para tener la ansiada regularidad. Mientras, el equipo sobrevive a base de impulsos y se refugia en casa para cimentar sus opciones de permanencia.

Precisamente, San Amaro tiene la llave. El Real Burgos, que tanto criticó su forzosa mudanza al campo de rugby, ha sumado 10 de los últimos 12 puntos en juego como local, una estadística fundamental para entender la mejoría experimentada.

Ayer, los burgaleses tuvieron la dosis de fortuna necesaria para salir airosos del trance. Rebollo, el jugador con más calidad ante la ausencia por lesión de Tepa, se sacó de la manga un derechazo desde 30 metros para sorprender al portero del Almazán cuando solo se habían disputado tres minutos.

El 1-0 condicionó, en parte, el desarrollo de una primera mitad en la que el Almazán mereció más. A renglón seguido, Pablo falló de forma incomprensible en boca de gol para alivio de un Real Burgos que echó el resto para defender su marco.

El adversario tuvo el control del balón. No fue un acoso y derribo, pero los de Guti no se sentían cómodos con balón y los sorianos se mostraron más incisivos en ataque. Los visitantes lo intentaban una y otra vez por banda y en una de esas llegadas Pascu cabeceó fuera.

Con el paso de los minutos el Real Burgos se asentó sobre el terreno de juego, aunque solo cabe destacar un lanzamiento de Óscar desde la línea divisoria que no encontró puerta.

Los burgaleses debían cambiar el guión tras el descanso, pero llegó lo peor. En la acción inaugural de la segunda mitad empató el rival en un balón ganado a trompicones y convertido en gol por Pascu con un disparo cruzado.

El Real Burgos estaba obligado a reaccionar y lo hizo con más deseo que ideas. De hecho, el Almazán tuvo el 1-2 en el 52, cuando Pablo incrustó el balón en el palo en el mano a mano con Pana.

El visitante perdonó y el equipo local dio un paso al frente en la presión para plantarse en campo contrario, invitado también por la expulsión del lateral Andrew. Así, el partido pudo cambiar en el 77 en un penalti de libro sobre Rebollo que el árbitro ignoró.

Los rojipardillos no daban con la tecla y sus balones colgados no encontraban rematador, hasta que Juli recogió un envío desde la izquierda para cabecear sutilmente a la red. Toda una bocanada de oxígeno para un Real Burgos que amarró un triunfo vital.

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