El Correo de Burgos

RUGBY / División de Honor

El rugby llega para quedarse

El ascenso del UBU Colina Clinic impulsa un deporte en constante crecimiento / Lacalle compromete un incremento sustancial de la aportación económica del Ayuntamiento y asegura que la nueva grada de San Amaro será una realidad en septiembre

Plantilla, cuerpo técnico y directiva del UBU Colina Clinic saluda desde el balcón del Ayuntamiento a los aficionados congregados en la Plaza Mayor, ayer.-RAÚL OCHOA

Plantilla, cuerpo técnico y directiva del UBU Colina Clinic saluda desde el balcón del Ayuntamiento a los aficionados congregados en la Plaza Mayor, ayer.-RAÚL OCHOA

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Algo está cambiando en el deporte burgalés. El fútbol y el baloncesto ceden espacio a un nuevo estandarte y los bombos dejan protagonismo a la gaita de Ángel Alfageme. Su evocadora melodía, tan característica en los partidos de San Amaro, se dejó sentir ayer en la Plaza Mayor durante los fastos oficiales por el ascenso del Aparejadores RC a División de Honor.

El rugby se ha ganado a pulso un lugar privilegiado en el corazón de los aficionados y ha llegado con la intención de quedarse. El deporte del balón ovalado gana adeptos en España a una velocidad vertiginosa y Burgos tiene el privilegio de ser una de las principales alternativas de un futuro que ya es presente. Así lo demuestran los éxitos de un proyecto en constante evolución y las dos mil personas reunidas el pasado domingo en San Amaro.

Quién iba a decir que las puertas del Ayuntamiento se abrirían de par en par para recibir a los protagonistas de una de las páginas más bellas de la historia reciente. En el Salón de Plenos esperaba el alcalde, Javier Lacalle, y otras personalidades de todos los signos políticos.

El primer edil actuó como maestro de ceremonias de un acto sencillo, pero de una importante carga emotiva para el rugby burgalés. Lacalle dio la «enhorabuena al campeón» y le deseó «lo mejor en el futuro». La aparición en División de Honor son «palabras mayores», pero supone un «orgullo» para una ciudad cuyo deporte está «en racha».

«Es una pasada lo que habéis hecho», indica un Lacalle consciente de que el Ayuntamiento de Burgos jugará un papel fundamental para la suerte del Aparejadores RC. El club necesita que la administración local triplique su aportación económica y que San Amaro luzca lo antes posible las mejoras previstas.

El regidor anunció que a partir del 1 de junio las obras iniciadas en la ribera del Arlanzón iniciarán una nueva fase para trabajar en la zona que afecta al terreno de juego. Así, se compromete a que la nueva grada sea una realidad «a finales de agosto o principios de septiembre». Justo a tiempo para el inicio de temporada. «Tendremos un campo a la altura de las circunstancias», garantiza.

Menos detalles ofreció Javier Lacalle sobre la futura colaboración económica, aunque sí garantizó una inversión superior a los 44.000 euros inyectados este curso. «Tenemos que estudiar el proyecto que nos presenten en los próximos días. Nos consta que al club le urge saber con qué pueden contar para cerrar su escenario económico. Hablaremos entre todos los grupos políticos», explica.

El equipo de Gobierno espera definir en «15 ó 20 días» este capítulo tan importante para el presupuesto del Aparejadores RC. Aunque el primer edil considera que aún es pronto para hablar de cifras, sí deja entrever la intención de ayudar al club gualdinegro al máximo de sus posibilidades siguiendo el planteamiento llevado a cabo con el San Pablo y el Burgos BH. «Estamos apostando decididamente por el deporte para promocionar la ciudad», recuerda, siempre con prudencia y contando con el resto de grupos. «Debe ser consensuado», añade.

Y es que el salto del Aparejadores RC a la elite supone una oportunidad «desde el punto de vista deportivo, social y económico». «Es fundamental estar ahí y colaboraremos hasta donde podamos. No habrá problema para ponernos de acuerdo», avanza. Incluso, queda por resolver si la aportación se articulará como subvención de elite o como patrocinio similar a los firmados con el baloncesto y el ciclismo.

De momento, el de ayer era un día para disfrutar. No todos los años se asciende a la máxima categoría ni se recibe el reconocimiento oficial de la ciudad. «Esto es una gozada», explica Álvaro González. El ala burgalés, improvisado medio melé en el partido decisivo, exprimió una experiencia única. «Solo subes al Ayuntamiento si logras algo con un equipo o si eres la reina y yo tengo complicado ser reina», bromea, feliz por vivir una situación así. «Ese balcón tiene algo emotivo y la vista es muy bonita», señala orgulloso de lo conseguido. «Quién iba a decir que nosotros llegaríamos tan lejos. El trabajo duro tiene su recompensa y ahora toca disfrutar del momento», apunta.

Esa es, en definitiva, la conclusión de un Aparejadores que asimila el éxito. «No podíamos pensar algo así, pero al final las cosas pasan gracias al esfuerzo de mucha gente durante muchos años», explica David Martín. El responsable deportivo agradece «el reconocimiento de la ciudad» y se aún se muestra «emocionado y en una nube». «Por fin llegamos a División de Honor y esperamos quedarnos muchos años». Ese es el mensaje.

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