FÚTBOL / SEGUNDA DIVISIÓN B
El Burgos se desquita y ya es segundo
Impone su ley frente a un inofensivo Marino y aprovecha los tropiezos de Cultural y Numancia para superar a ambos en la general / No supo sentenciar el duelo en el primer acto y se dejó llevar en el segundo hasta que Pisculichi dio la puntilla
BURGOS CF 2MARINO DE LUANCO 0Burgos CF: Barovero, Álvaro Rodríguez, Lobato, Zabaco, Elgezabal, Cerrajería (Miki Muñoz, min. 62), Raúl Navarro, Alarcón (Javi Gómez, min. 62), Saúl Berjón (Pisculichi, min. 83), Juanma (Rosales, min. 83) y Guillermo (Claudio, min. 66).
Marino de Luanco: Aramburu, Borja (Castellano, min. 73), Guaya, Orviz (Arias, min. 62), Trabanco, Prado, César, Luis Morán, Lora (Borja, min. 73), Nino y Míchel (Mendi, min. 81). Árbitro: Sesma Espinosa (comité riojano). Mostró cartulina amarilla a los locales Saúl Berjón y Alarcón.
Goles: 1-0, min. 13: Zabaco y 2-0, min. 86: Pisculichi.Venció, pero sigue sin convencer el Burgos CF. El combinado blanquinegro cubrió el expediente frente a un endeble Marino y se acostó en la segunda posición de la tabla del Grupo 1B. La escuadra castellana se desquitó del tropiezo del pasado fin de semana en un duelo que se le puso muy pronto de cara y que no supo sentenciar en el primer acto ante un rival inferior al que dio vida con su apatía en la reanudación. Tuvo que esperar hasta el último suspiro para certificar la victoria con un tanto de Pisculichi que da oxígeno al equipo en vísperas del duelo regional contra la Cultural.
No concedió ninguna opción a su inofensivo oponente -la retaguardia es su frente más notable-, pero tiene todavía mucho camino por recorrer el cuadro de El Plantío, por momentos anodino y reservón, para convertirse en un aspirante al ascenso.
Julián Calero ha depositado desde el inicio su confianza en un once tipo y pese a que los resultados no terminaban de acompañar, mantiene inalterable su esquema. Estaba obligado a introducir un cambio por la sanción de uno de sus intocables, Undabarrena, y cuando parecía que había llegado la oportunidad de que Miki Muñoz se convirtiera en la pareja de baile de Cerrajería en la medular, el madrileño volvió a tirar de su comodín, Raúl Navarro. Desplazó al andaluz al mediocentro y dejó las bandas para Berjón y Alarcón.
Los resultados de varios de los llamados a convertirse en sus rivales directos en la lucha por las tres primeras plazas (Cultural, Numancia o Valladolid B) permitían al Burgos afianzarse en la zona noble si retornaba al camino del triunfo. Un aliciente más.
Enfrente le esperaba un rival mermado que no competía desde hacía tres semanas tras un largo confinamiento obligado por la detección de un caso de Covid en su plantilla. Y que apenas había completado tres sesiones de trabajo antes de pisar El Plantío.
El Burgos saltó al césped con la obligación de sumar los tres puntos para no dejar escapar el tren de cabeza. De inmediato se hizo con el control territorial del duelo frente a un rival que acumulaba muchos efectivos por detrás del balón.
Y muy pronto se le puso el choque de cara, pues convirtió en gol una de sus primeras aproximaciones al área asturiana. La jugada arrancó en el costado derecho con un centro de Saúl Berjón que Juanma, ganando la partida a sus oponentes, prolongó en el primer palo. Y en el segundo Zabaco, muy oportuno, cazó el cuero para empujarlo sin oposición al fondo de las mallas.
Un tanto que sirvió sin duda para serenar los ánimos de los blanquinegros, ansiosos por demostrar que pueden estar a la altura de las altas expectativas que se han depositado sobre ellos.
Los castellanos cargaban su juego ofensivo por el costado diestro, con un Álvaro Rodríguez muy incisivo. Superado el cuarto de hora de juego, de una de sus internadas nació un nuevo acercamiento peligroso a la meta del Marino. Juanma, de espaldas en la frontal, dejó el balón de cara sobre la llegada de Alarcón. El disparo del extremo, duro y raso, lo repelió el meta Aramburu.
El Burgos CF buscaba abrir brecha frente a un rival falto de ritmo. Algo que pudo conseguir en el ecuador del primer acto en un centro perfecto de Saúl Berjón desde la izquierda al que no llegó por centímetros en boca de gol Juanma.
Casi 25 minutos necesitó el Marino para asomarse al área de los anfitriones en una acción de Orviz por el centro que concluyó con un disparo lejano que se perdió por encima del travesaño.
La réplica de los de Julián Calero llegó de la mano de Cerrajería, que tras una buena pared por el centro probó fortuna con un disparo con la zurda desde la corona del área que no encontró por poco los tres palos.
Y acto seguido se sumó a la fiesta Alarcón en una acción individual desde el costado derecho. Se fue haciendo sitio para el disparo, pero su potente chut con la zurda, aunque centrado, puso en aprietos a Aramburu, que se convirtió en el jugador más destacado de su equipo.
En la continuación de la acción el meta asturiano evitó el segundo del Burgos CF en un cabezazo picado de Elgezabal que salvó con una notable intervención.
Con el paso de los minutos, ya en el tramo final del primer acto, el Marino dio un paso adelante y ganó metros sobre el césped, aunque sin inquietar en absoluto la meta de un Barovero que se marchó al intermedio prácticamente inédito.
Tras el paso por los vestuarios el Marino salió más ambicioso. No le quedaba otra que arriesgar para intentar enjugar la mínima ventaja de los blanquinegros. Los de Luanco se apoderaron del esférico y volcaron por momentos el juego en el terreno de juego de un Burgos CF que se mostraba demasiado contemplativo.
Ante la falta de ideas el cuadro blanquinegro recurría a los balones en largo desde la defensa. Situación que aprovechaban los asturianos para intentar llevar peligro a la meta de Barovero, quien en un despeje de puños dejó el balón muerto en el área. Aunque un atacante del Marino no anduvo fino en la definición.
Los castellanos dejaban hacer a su oponente y buscaban la sentencia a la contra o en las acciones a balón parado -siempre ejecutadas por Saúl Berjón-. No le gustaba la forma en la que se estaban desarrollando los acontecimientos a Julián Calero, que de inmediato trató de revitalizar su juego ofensivo dando entrada a Miki Muñoz y a Javi Gómez en los puestos de Cerrajería y Alarcón.
Y en la siguiente acción tuvo que mirar de nuevo al banquillo, pues Guillermo solicitó el cambio por unas molestias físicas. Con los cambios el Burgos CF ganó en posesión de balón y consiguió controlar el duelo, aunque con un ritmo un tanto cansino.
La primera oportunidad de los blanquinegros en el segundo acto no llegó hasta el minuto 69 en un disparo con rosca de Javi Gómez desde la frontal que se perdió junto al poste.
Quedaba mucho tiempo por delante, pero los locales parecían más preocupados por proteger su ventaja que por sentenciar el choque. Y cuando lo intentaban, carecían de velocidad en las transiciones.
Solo Juanma parecía seguir conectado al partido en la punta del ataque, pero a 7 minutos para el final del tiempo reglamentado dejó su sitio sobre el terreno de juego a un centrocampista como Rosales (y Berjón cedió su puesto a Pisculichi). Un doble movimiento que resultó clave para el resultado final.
Pudo sentenciar poco después el Burgos en un saque de esquina botado por Pisculichi que se paseó por la línea de gol sin que Elgezabal ni Miki Muñoz llegaran a empalmar el balón.
Sí que acertó en la siguiente llegada local el ex jugador de River Plate, recién incorporado al terreno de juego. El argentino bajó el balón con el pecho en un centro desde la derecha. Y batió de disparo cruzado a Aramburu para matar el partido.