BALONMANO / DIVISIÓN HONOR PLATA
El UBU San Pablo se ahoga frente al Sporting Alicante
El cuadro de Nacho González acusó la falta de ritmo competitivo y el bajo estado físico en un encuentro que estuvo dominado de principio a fin por los valencianos
SPORTING ALICANTE 33
UBU SAN PABLO 27
SPORTING ALICANTE:
Moreno (4), J. Hernández (3), Villar (5), Padilla, Mancebo (2), González (1), Llopis (10), -siete inicial-; Vaquera (p), E. Martínez (1), Esteban (1), L. Hernández (1), Delgado, Borrás (1), Dorde, Moll (2), S. Martínez (2).
UNIVERSIDAD DE BURGOS SAN PABLO:
Mijuskovic, Cantore, Pinillos (6), Juli, Claudio Ramos, Dalmau (1), Tamayo, -siete inicial-; Ibrahim, Marcos Braga (1), Espinosa, Raúl Blanco (3), Samuel (6), Ernesto López (6), Javi Rodríguez (2), Torres y Joshua (2).
ÁRBITROS:
Gutiérrez y Martínez. Excluyeron a los locales Moll, Esteban (2) y Mancebo; y a los visitantes Claudio Ramos (2), Raúl Blanco, Cantore y Joshua.
PARCIALES CADA 5 MIN.:
2-0, 4-0, 6-3, 8-6, 11-7 y 14-10 (descanso); 17-14, 19-18, 22-18, 26-21, 29-24 y 33-27 (final).
BURGOS
Había dudas sobre el posible estado del UBU San Pablo después de tres semanas sin competir, con varios jugadores que habían pasado el Covid-19 y con el resto confinados por precaución. La respuesta llegó de forma clara y dolorosa en forma de contundente derrota en la cancha del Sporting Alicante (33-27). Los burgaleses no encontraron la clave para meterse en el encuentro, dominado por el equipo de casa desde el primer minuto.
El cuadro castellano comenzó el choque falto de concentración. Los rojinegros entraron fríos y los errores se sucedían, especialmente en ataque, donde el bloque burgalés no hallaba el modo de abrir la lata. No benefició tampoco la tempranera exclusión de Claudio Ramos en el minuto 2. Las buenas paradas de Mile aguantaron en parte la salida en tromba de los alicantinos, que se desmarcaron con un 3-0 de inicio, lo que obligó a Nacho González a solicitar tiempo muerto.
Las circunstancias se complicaban para los burgaleses con una segunda exclusión del pivote cubano en el 9 de juego. Sin embargo, esta contrariedad marcó un punto de inflexión en la deriva del juego burgalés. Marcos Braga estrenó el casillero burgalés -y el suyo particular- y el equipo ganó en confianza.
Cada acción requería de la máxima concentración y un plus de intensidad para superar al bien plantado cuadro de la Costa Blanca. Con mucho trabajo, los cidianos igualaron en el 18 de juego el partido (6-6) pero la alegría duró poco, ya que cada error era penalizado por los locales. La renta del Sporting creció hasta los cinco goles. Se notaba la pesadez de piernas del UBU y en el último tramo del primer periodo la escuadra castellana solo pudo sujetar la diferencia para que no hubiera distancias insalvables en la reanudación (14-10).
La vuelta a la cancha se complicó nada más arrancar. A la exclusión que ya se arrastraba del anterior tiempo de Raúl Blanco, se sumó la de Cantore en el 31. Aunque el rival vivió una circunstancia idéntica ya que comenzó con un jugador menos y perdió un hombre en el 32. Poco a poco, el cuadro de Nacho González comenzó a recuperar terreno. El amago de renacer burgalés se cimentó en la solidez de su bloque defensivo y en la portería defendida en esta ocasión por Ibrahim.
Con la retaguardia bien armada, el ataque se sentía mas confiado para situarse a un gol de distancia en el minuto 38. Pero como sucedió en el primer acto, cuando los de Nacho González apretaban, los locales lo hacían aún más y no tardaron en recuperar su renta. El conjunto castellano luchaba contra su oponente y contra su propia falta de fuerzas, que se apreciaba en el bajo ritmo, muy lejos de la habitual dinámica rojinegra de robo y contraataque.
El UBU San Pablo pasó a defensa a 5-1 para intentar evitar los goles desde el exterior de los alicantinos, pero nada parecía funcionar a los cidianos que se mostraban exhaustos en el último tramo. Sin posibilidad de remontar, lo intentó hasta el final, pero pundonor no compensó ni el empuje rival ni la falta de forma propia.