BALONCESTO / ACB
El mejor Hereda San Pablo está de vuelta
El conjunto azul confirma su progresión, recupera las señas de identidad del proyecto y vuelve a asaltar el Buesa Arena / Un mágico tercer cuarto con un parcial de 8-30 premia al conjunto de Peñarroya, capaz de resistir a la reacción alavesa
BASKONIA 83
HEREDA SAN PABLO 94
Baskonia:
Henry (10), Polonara (14), Peters (18), Giedaritis (19) y Diop (5) -quinteto inicial- Raieste (4), Fall (6), Dragic (7), Kurucs (-).
Hereda San Pablo:
Renfroe (14), Benite (17), Salvó (-), Rivero (16) y Kravic (20) -quinteto inicial- Salash (-), McFadden (9), Sakho (-), Cook (3), Rabaseda (7) y Horton (8).
Árbitros:
Oyón, Perea y Fernández.
Eliminados:
No hubo.
Parciales:
25-18; 46-42 (descanso); 58-74 y 83-94 (final).
El mejor Hereda San Pablo Burgos ha vuelto. Justo a tiempo para sanar las heridas, para limpiar las mentes y para preparar el desenlace de la temporada con las máximas garantías posibles. Los azules olvidan el mal trago pasado por la Covid-19 y se liberan con otra victoria para el recuerdo.
Por segundo año consecutivo, el bloque de Joan Peñarroya asaltó el Buesa Arena y sorprendió al Baskonia. Lo hizo apoyado en un tercer cuarto mágico en el que los burgaleses tuvieron su particular catarsis tras un periodo tan complejo como el vivido en las últimas semanas.
Ese parcial de 12-32 quedará para siempre en la memoria y, además, dibujó una derrota que reserva un lugar al proyecto en el play off a la espera de que las matemáticas confirmen todas las variables posibles.
El conjunto burgalés llegó a la cita con fuelle en los pulmones después de la victoria lograda ante el Joventut. La visita a la cancha del Baskonia era una reválida, por mucho que los alaveses sumaran las bajas de hombres como Vildoza, Jekiri y Sedekerskis.
Peñarroya ya advirtió de la capacidad de un rival físico e intenso durante los 40 minutos. Ivanovic apostó de salida por un quinteto muy grande y bien hicieron los castellanos en acelerar con un 0-7 ilusionante.
El Hereda San Pablo confirmó su progresión, sobre todo por el despliegue realizado en defensa. Solo el acierto de un Giedraitis imparable frenó a los azules -blancos en esta ocasión-. Y es que lituano condicionó los planes de los burgaleses al anotar sus primeros cinco tiros de campo, con cuatro triples.
A pesar de la igualdad reinante con el 14-12, el ritmo del partido era de un Baskonia que colapsó el ataque castellano para salir en velocidad a lomos de Henry. El partido se complicó y, tras el 19-18, llegó un doloroso parcial de 8-0.
El 27-18 que abrió el segundo cuarto encendió la luz de emergencia en el banquillo visitante. Sin embargo, el triple y el giro de tuerca protagonizado en retaguardia gracias a Rabaseda y Horton devolvieron las buenas sensaciones.
La actividad defensiva taponó por un momento el caudal anotador baskonista, si bien los azulgranas mantuvieron siempre la delantera en el marcador. Un acierto lejanísimo de Cook sirvió para llamar a las puertas del rival (32-29) antes de entrar en un sprint final de cuarto en el que Kravic y Rivero se las ingeniaron para sostener a los castellanos en un intenso intercambio.
Entre los dos anotaron 11 puntos consecutivos para un Hereda San Pablo que con el 46-42 lamentó los altísimos porcentajes de los anfitriones desde el arco, con el 80% de efectividad en sus lanzamientos.
Eso cambió en un tercer cuarto para el recuerdo. El Baskonia se sintió cómodo con el 50-44, pero no esperó la tormenta que cayó sobre el Buesa.
Otro esfuerzo defensivo burgalés hizo mella en un rival al que, de repente, ya no le entraron los triples. El Hereda San Pablo aseguró el rebote y trabajó aún más las líneas de pase para lanzarse a campo abierto. Ahí, si está de dulce, es imparable (53-61)
Benite puso la directa y Kravic aportó equilibrio y puntos fáciles en la pintura. Sentadas las bases de la escapada, todo salió rodado. Renfroe y Horton se sumaron a la fiesta triplista y en este escenario la presencia de McFadden marca la diferencia.
El escolta forzó tres pérdidas casi consecutivas del cuadro alavés para disparar una ventaja que se fue hasta los 16 puntos con el 58-74. El Baskonia, negado por momentos ante el aro, encajó un 12-32 de parcial histórico para un club como el Miraflores.
En esa fase del encuentro el cuadro de Peñarroya jugó a placer y Kravic rubricó la tendencia alcista con un mate poderoso. Era el 60-78 ya entrado el último cuarto y solo entonces los anfitriones dieron señales de vida.
La victoria estaba en la mano, pero el encuentro aún no había terminado porque enfrente estaba el actual campeón de liga y un grande de Europa.
Así lo demostró el cuadro de Ivanovic. Los visitantes sofocaron el primer amago de reacción, pero con el 67-82 a falta de 6 minutos vieron cómo los anfitriones pisaron a fondo en busca de una remontada épica.
Dos errores no forzados, un rebote concedido, un 2+1... en un momento se juntaron varios detalles negativos que revitalizaron a los alaveses con un 10-0 que fijó un inquietante 77-82.
Peñarroya pidió tiempo muerto y ese paréntesis fue decisivo. Benite dio aire con cuatro libres consecutivos y la defensa rompió el ritmo al Baskonia. Paso a paso el triunfo estaba de nuevo en el bolsillo y así lo confirmó Rabaseda con un triple desde la esquina que puso el lazo con el 78-91.
Por fin, el Hereda San Pablo pudo soltar todo el peso acumulado en un mes de abril duro y exigente. Superadas las tres semanas con tres partidos oficiales, el calendario baja un poco el pistón para alegría de un equipo con margen para asentar su progresión en las próximas jornadas. Todo, con la mente puesta en el play off y en la Final a 8 de la BCL.