BALONCESTO / ACB
Derrota cruel de un San Pablo con dos caras
Un triple de Brussino a 2 segundos del final castiga a un irregular Hereda San Pablo / Los azules levantaron 19 puntos tras una primera parte para olvidar / El Zaragoza volvió a tomar la iniciativa en los últimos minutos y tuvo acierto en los momentos decisivos
HEREDA SAN PABLO 95
ZARAGOZA 98
Hereda San Pablo:
Renfroe (13), McFadden (27), Rabaseda (2), Rivero (2) y Kravic (15) -quinteto inicial- Salash (-), Benite (16), Sakho (2), Cook (-), Salvó (5) y Horton (13).
Zaragoza
: Harris (22), Brussino (16), San Miguel (-), Ennis (15), Hlinasson (4) -quinteto inicial- Sulaimon (5), Justiz (4), Barreiro (17), Benzing (13), Wiley (2).
Árbitros:
Pérez Pizarro, Sánchez y Mendoza.
Eliminados
: No hubo.
Parciales:
22-24; 43-60 (descanso); 69-68 y 95-98 (final).
Aún necesita tiempo el Hereda San Pablo para mostrar la consistencia que persigue en este mes de abril. Esa irregularidad le hace vivir en una montaña rusa en la que combina derrotas inesperadas, importantes triunfos ante grandes rivales y dolorosos tropiezos como el sufrido ante el Zaragoza.
Brussino castigó con su triple a dos segundos del final de un partido loco. El bloque azul, a merced de su rival en una primera parte para olvidar, levantó 19 puntos en el tercer cuarto y mantuvo sus opciones hasta el último suspiro. Sin embargo, los maños recuperaron la iniciativa en el momento decisivo y gozaron del acierto que marca la diferencia.
Estaba advertido el Hereda San Pablo Burgos del potencial ofensivo de un rival que juega a toda pastilla. Aceptó el reto porque se siente cómodo en ese constante ida y vuelta por la cancha, pero esa apuesta exige llevar las riendas del juego para evitar el descontrol.
Los burgaleses se apoyaron de salida en Kravic y se agarraron con las dos manos al triple para vivir de sus pequeñas rachas. McFadden dio el primer impulso para poner el 10-8, aunque los de casa estaban incómodos.
Lastrados por las pérdidas no forzadas y por el abrumador dominio de los maños en el rebote, el Hererda San Pablo fue incapaz de imponer su criterio. El problema estaba en defensa, puesto que los aragoneses siempre encontraron una posición cómodo o disfrutaron de una segunda opción. Así, un parcial de 3-14 elevó la distancia hasta el 13-22.
El bloque de Peñarroya estaba en una situación compleja, resuelta en poco más de un minuto por Benite con tres triples consecutivos sin fallo. Estos chispazos no fueron suficientes para poner en marcha la maquinaria y la cosa fue a peor.
El 22-22 no inquietó al Zaragoza. El conjunto de Casimiro se mostró acertado en los lanzamientos (demasiado) liberados y devolvió la moneda. Los rojos rascaron puntos en cada visita al aro burgalés y su flujo anotador era constante.
El 27-35 a siete minutos del descanso era un problema, sobre todo por la tendencia. Era como si los burgaleses necesitaran hacer el doble de esfuerzo para conseguir el mismo premio que su oponente.
El Zaragoza, cada vez más sólido y asentado en defensa, aprovechó para abrir brecha. Harris, una pesadilla al poste, en carrera y abierto para lanzar, sumó y sumó en una fase del encuentro en la que los de casa sufrieron con el 29-46. Ennis se unió con dos triples seguidos y el partido pintaba muy negro con otro 4-16.
El cuadro maño era una apisonadora. Lo hizo todo bien y, además, tuvo el acierto buscado. Para colmo, el triple tampoco ayudó en este momento a un Miraflores a la deriva con el 35-54. Los burgaleses se contentaron con mantener el intercambio previo a un descanso doloroso con el 43-60.
Los 36 puntos encajados en el segundo cuarto resumieron lo ocurrido. Una vez tocado fondo, solo cabía esperar una reacción que no se hizo esperar. Todas las miradas se fijaron en la defensa y, ahí, los azules subieron el listón. El Hereda San Pablo llegó a tiempo al partido y entendió la importancia de cada rebote si quería dar la vuelta a la situación.
Con Kravic de ancla, el equipo local se subió a hombros de un Horton tocado por una varita durante esta fase del encuentro. Y es que el americano hizo de todo para impulsar a los de Coliseum.
El Zaragoza ya no disfrutaba del mando del encuentro y los burgaleses colapsaron atrás para salir a toda prisa. Horton fue la referencia y los demás se unieron para reducir punto a punto la desventaja.
Tras el 52-64, los de Peñarroya vieron que había partido y se lanzaron a pecho descubierto para remar con fuerza. Rabaseda, Renfroe y un 2+1 del ‘30’ redondearon un 12-0 que dejó el 59-64.
El Zaragoza, castigado por las pérdidas, mantuvo la serenidad en busca de su espacio en la pista, pero la tendencia era totalmente diferente y la técnica señalada a Casimiro dibujó el 66-68. El triple negó la remontada por un momento, hasta que McFadden anotó sobre la bocina desde 10 metros para situar un 69-68 que suponía un espaldarazo moral.
De los 36 puntos encajados en el segundo periodo a los 8 del tercero. El rebote ya era azul y quedaba por comprobar qué Hereda San Pablo se vería en el desenlace.
De momento, el encuentro se estabilizó y caminó por la cuerda floja con un constante cambio de liderazgo en el marcador. McFadden se convirtió en la única baza anotadora del San Pablo y el Zaragoza golpeó a tiempo para llevarse la victoria tras el 78-76.
Los visitantes tuvieron el acierto necesario en los instantes decisivos. Benzing clavó dos dagas en forma de triples y, mientras los locales se dejaron puntos de oro en el tiro libre, un gran Barreiro dio otro paso al frente.
Era el 81-88 a 2:55 para el final y la situación exigió al cuadro local un esfuerzo a la desesperada que encontró soluciones desde el arco. El Zaragoza aseguró desde el tiro libre y con 92-95, todo dependía de McFadden.
El escolta falló su primer intento, pero anotó de tres a falta de cinco segundos. Los locales estaban a una defensa de la prórroga y, entonces, Brussino se levantó desde 8 metros para premiar al Zaragoza en un partido que exige paciencia en el proceso de mejora del San Pablo.