BALONCESTO / Basketball Champions League
Lo de Benite es de locos
El enésimo recital del brasileño catapulta al Hereda San Pablo Burgos en el trascendental estreno europeo / El capitán hizo magia cuando el Besiktas tenía el partido controlado / El proyecto, aún inestable, ofrece detalles ilusionantes
HEREDA SAN PABLO 82
BESIKTAS 74
Hereda San Pablo
: Kravic (4), Dani Díez (9), Rabaseda (7), Nikolic (5), Benite (27) -quinteto inicial- McGee (9), Renfroe (10), Braimoh (5), Marc García (2), Zack (4).
Besiktas:
Bone (20), Lawson (8), Bluiett (7), Reaves (14), Haltali (7) -quinteto inicial- Hollis-Jefferson (15), Yagmur (-), Osmani (2), Aksu (-), Arna (1), Sayli (-).
Árbitros
: Mazzoni (ITA), Lanzarini (ITA) y Deman (FRA).
Eliminados:
No hubo.
Parciales
: 21-20; 44-43 (descanso); 58-58 y 82-74 (final).
Benite lo volvió a hacer. Por momentos, estaba desatado. Protagonizó, una vez más, una de esas actuaciones que ponen los pelos de punta. Porque el baloncesto es un juego colectivo, pero hay aportaciones individuales que emocionan. Y lo del ‘8’ es una bendita locura que lleva el nombre de Burgos en el pecho.
Puro espectáculo que sirve para ganar partidos tan importantes como el amarrado por el campeón en el estreno de la nueva campaña continental. El nuevo sistema de competición no ofrece el menor margen para el error y los azules salvaron un día muy complicado en un gran sprint final liderado por su capitán.
Día a día, el Hereda San Pablo ofrece muestras de su evolución. Del mismo modo, aún deja a la luz los defectos propios de un equipo en construcción y con un gran margen de mejora. Esa inestabilidad se deja notar en pista. De ahí el último cuarto ante el Andorra o el reparto de aciertos y errores protagonizado en el estreno europeo
Porque el conjunto burgalés comenzó con muy buenas sensaciones. La buena circulación de pelota y el acierto en las situaciones liberadas impulsaron a los de casa con un esperanzador 10-3.
La energía mostrada en defensa también fue positiva, aunque la carga de personales y las segundas opciones concedidas al rival arruinaron más de un esfuerzo. Del resto se encargó el recital de pérdidas no forzadas que ofreció el conjunto de Zan Tabak.
Cada fallo en la toma de decisión, cada pase forzado, cada precipitación, se convirtió en dos puntos fáciles para un Besiktas agradecido. Los turcos mostraron su capacidad a campo abierto, marcaron el ritmo y estuvieron más cómodos en el ida y vuelta.
Pronto se pusieron por delante con el 10-11, aunque fue un toma y daca constante en el que el San Pablo alternó acciones de mérito con regalos evitables (21-20).
Ya en el segundo cuarto la cosa se complicó. Los azules -de negro en Europa- sumaron nueve pérdidas en 13 minutos y el Besiktas se fue hasta el 23-28. Para entonces, los visitantes disfrutaron de ocho lanzamientos a canasta más que el campeón, una circunstancia compleja resuelta con talento y con la solidez aportada por Zack.
Aún irregular, el americano dio equilibro a un Hereda San Pablo guiado una vez más de la mano de Renfroe y, sobre todo, de Benite. El brasileño comenzó a enchufar y con dos triples consecutivos quiso asentar una ventaja que nunca pudo consolidar el cuadro local.
El 35-30 dio paso a un nuevo intercambio sostenido por Bone y Reaves en el bando blanquinegro para llevar el 44-43 al descanso. El Hereda San Pablo dio continuidad a la fórmula vista en algunos momentos del choque contra el Andorra al apostar por sus dos bases en pista. Una situación táctica que promete ser habitual durante el curso.
El descanso no sentó bien a los castellanos y Tabak tardó un minuto y medio en parar el partido ante la mala puesta en escena de los azules. La distancia (44-48) aún era irrelevante, pero era necesario provocar un cambio de tendencia que llegó desde la defensa.
El partido entró en una fase muy diferente a la vista en los dos primeros cuartos. Ya no había tanta alegría ni tanto ir y venir por la cancha. A los locales les costó coger el ritmo en estático, aunque saben que siempre pueden contar con Benite.
De nuevo, el brasileño desatascó a un equipo aliviado con un triple de Nikolic. Ese 54-50 era muy valioso y, una vez más, no hubo manera de asentar la ventaja. McGee apareció en escena para resolver el problema porque el Besiktas siempre encontró el recurso apropiado para sentirse cómodo (58-58).
Así lo demostró en el comienzo del último cuarto. Al Hereda San Pablo se le fundieron los plomos y su rival corrió la cancha a placer para abrir una brecha muy importante a 7:42 del final con el 58-64.
Sin embargo, el Besiktas no contaba con la aparición de Benite. Al menos, no con la versión estratosférica que ya ha ofrecido en más de una ocasión el brasileño.
Todo comenzó con una antideportiva forzada por Rabaseda y completada con un triple de Braimoh (62-64). El Hereda San Pablo se quitó un peso de encima y se agarró con las dos manos a la capa de superhéroe de su capitán para optar al triunfo.
En un final trepidante, el escolta se enfrentó a todo el Besiktas para dar oxígeno con canastas imposibles (67-67) o para recuperar el liderazgo cuando más quemaba el balón.
Dos nuevos aciertos desde fuera del ‘8’ situaron el 75-71. El internacional se fue a los 27 puntos en su cuenta y encontró la colaboración necesaria en el momento decisivo para poner el lazo a la victoria. La defensa, la carga del rebote ofensivo y dos nuevos triples convertidos por Renfroe y Dani Díez sellaron un triunfo tan sufrido como importante para comenzar con buen pie.