BALONCESTO / ACB
Otra piedra en el camino
El Hereda San Pablo cae en Bilbao, confirma su irregularidad y pierde la ocasión de asentarse en la zona media-alta de la tabla / Los burgaleses resisten al festival ofensivo de los locales y desperdician sus opciones en un final apretado
BILBAO BASKET 87
HEREDA SAN PABLO 81
Surne Bilbao Basket
: Goudelock (12), Luz (7), Bigote (9), Masiulis (11), Delgado (12) -quinteto inicial- Withey (5), Rousselle (8), Reyes (9), Hakanson (12), Miniotas (2).
Hereda San Pablo Burgos
: Nikolic (15), Benite (16), Díez (5), Rabaseda (3), Zack (9) -quinteto inicial- Braimoh (4), Kravic (8), Renfroe (16), McGee (5).
Árbitros:
Jiménez, Torres y Sánchez.
Eliminados
: No hubo.
Parciales:
21-24; 48-45 (descanso); 67-65 y 87-81 (final).
En Miribilla se quedó otra victoria importante para un Hereda San Pablo que no acaba de tener la consistencia necesaria para tener un año tranquilo. La intensidad, el acierto, el empuje y la convicción del Bilbao Basket impidieron a los burgaleses sumar un triunfo que pueden echar de menos en el futuro. El cuadro de Tabak soportó el chaparrón de la primera parte y llegó con vida al final, pero en ningún momento tuvo el control o la iniciativa en el juego.
La primera parte se jugó a toda velocidad y esta vez el Hereda San Pablo Burgos encontró la respuesta ofensiva necesaria para seguir el ritmo anotador del rival, a la espera de hacerse con el mando en retaguardia.
Y es que resulta difícil contener a un equipo capaz de anotar 8 de sus primeros 11 lanzamientos intentados desde la línea de tres puntos. El Bilbao protagonizó un recital ofensivo y obligó a los azules a subirse a un tren en marcha. Lo consiguieron gracias a la inspiración de un Nikolic muy acertado hasta el descanso, puesto que ya de salida la cosa se puso complicada.
El cuadro vasco anotó en sus primeros ataques para marcharse al 9-2 de salida. Los problemas se multiplicaron para un Hereda San Pablo que, por un momento, logró bajar la eficacia de su rival.
Además, el triple también sonrió al conjunto de Tabak. Los burgaleses respondieron con un parcial de 2-14, aunque el 11-16 solo fue un pequeño respiro en mitad de la tormenta.
Los hombres de negro subieron dos marchas más su rendimiento y Renfroe salió al paso con dos aciertos exteriores consecutivos. No hubo tregua y, tras el 21-24, el Bilbao aún se había reservado lo mejor.
Mientras los castellanos intentaron conectar con un irreconocible Kravic, el Bilbao Basket sumó de tres en tres en cada visita a campo burgalés. De hecho, los de Mumbrú encadenaron cinco dianas más desde el perímetro para presionar al máximo a los visitantes.
A 7:44 del descanso los vizcaínos mandaban por 33-26 y el Hereda San Pablo Burgos se vio en apuros tras una antideportiva de Renfroe saldada con el 37-28. Era el momento de reaccionar para evitar una situación parecida a la vivida cinco días antes en Lituania porque Delgado dio a los locales equilibrio en la pintura.
Esta vez, los de Tabak se agarraron a la pista. Nikolic, con su momentáneo 4/5 desde el triple, condujo a los azules hasta el 40-38 y el toma y daca llevó el choque al descanso con un esperanzador 48-45 gracias a un 2+1 de un Zack que cuajó sus mejores minutos.
El Bilbao tenía un problema porque después del recital protagonizado solo disfrutaba de tres puntos de ventaja ante un San Pablo con margen de mejora.
Resultó muy difícil mantener el ritmo visto hasta ese momento y el partido entró en una nueva fase algo más controlada. Sea como fuere, la iniciativa siempre fue del Bilbao Basket. Delgado se multiplicó en su pelea en la pintura con Zack y Bigote estiró el chicle desde la larga distancia para mantener el 53-47.
Entonces, por fin entró en escena Vitor Benite para dar oxígeno al Hereda San Pablo. El brasileño se fue a los 10 puntos en este tercer cuarto y los azules sonrieron con el 60-61. Con el partido más atropellado, los de Tabak no acabaron de hacerse con el control de la situación. Como muestra, McGee clavó el 64-65 a 6 segundos para el final del cuarto y un pésimo balance defensivo permitió a Reyes llevar el 67-65 con diez minutos por jugar.
Los burgaleses demostraron en el último cuarto por qué no acaban de despegar esta temporada. Renfroe tomó el relevo anotador con detalles de inspiración individual contrarrestados por los chispazos de un Bilbao más seguro y convencido de llevar la nave a buen puerto (76-75).
Los azules no son fiables. Solo encontraron respuestas por fuera o por calidad y necesitaban tres ataques para anotar. Además, pronto se cargaron de personales y los MIB no perdonaron desde el 4.60 para avanzar.
Así, el 82-77 a 2:40 del final era todo un problema para un Hereda San Pablo al que le costó un mundo llevar el balón a la posición de tiro deseada. Por eso, aunque Benite dio otra vida a los visitantes con el 84-81, estos perdieron la opción de empatar en su último ataque.
Nikolic regaló la pelota al rival y Hakanson clavó el triple que sentenció el partido. Un desenlace que resume por qué los de Mumbrú se llevaron un partido que aumenta las dudas en el Coliseum.