BALONCESTO / ACB
El San Pablo sigue en caída libre
Los azules encadenan ya cinco derrotas seguidas y protagonizan un nuevo ejercicio de impotencia ante un Unicaja superior / El esperanzador debut de Gamble no sirve para impulsar a un equipo frágil y sin solución a corto plazo
UNICAJA 89
HEREDA SAN PABLO 78
Unicaja:
Abromaitis (11), Cole (17), Boutelle (15), Fernández (7) y Eric (7) -quinteto inicial- Brizuela (13), Nzosa (4), Barreiro (-), Alonso (6), Guerrero (4) y Díaz (5).
Hereda San Pablo:
Renfroe (20), Benite (15), Rabaseda (-), Braimoh (1), Kravic (10) -quinteto inicial- Díez (3), Gamble (13), Nikolic (8), Salash (2), McGee (6).
Árbitros:
García González, Martínez y Sánchez.
Eliminados
: No hubo.
Parciales:
26-17; 49-39 (descanso); 75-65 y 89-78 (final).
Este Hereda San Pablo quiere, pero no puede. Simplemente, no le alcanza con lo que tiene en este momento. Puede que la próxima semana sorprenda al Barcelona o que conquiste Gran Canaria en su próxima salida, pero poco invita a pensar en una reacción así a corto plazo.
El proyecto sigue inmerso en una dinámica muy peligrosa si no se toman soluciones a tiempo. Los azules encadenan ya cinco derrotas consecutivas y ante el Unicaja volvieron a mostrarse impotentes, sin recursos y vulnerables. Cada vez que igualaron el listón del rival la esperanza duró dos posesiones.
La visita a Málaga no parecía, sobre el papel, el mejor sitio para cimentar un esperado despegue que no llega. Las derrotas pesan toneladas y el lenguaje corporal del grupo transmite la cruda realidad del momento.
Gamble demostró que es un acierto, pero solo no va a cambiar el rumbo de un equipo a remolque de la situación. Ni siquiera la exhibición ofensiva de Renfroe en la primera parte sirvió para contener a un rival que jugó por momentos un baloncesto exquisito con el balón en las manos.
Los azules siguieron la estela verde desde el primer minuto. Eric hizo daño por dentro, pero la circulación del Unicaja marcó la diferencia por fuera. El 5/6 en triples firmado por los andaluces escoció y lo hizo aún más debido a que todos los lanzamientos fueron sin oposición.
La defensa burgalesa siempre fue un paso por detrás y los de Katsikaris se sintieron extremadamente cómodos. De ahí sus altos porcentajes para apretar a un San Pablo iluminado por Renfroe y castigado con la segunda personal del Braimoh.
El americano fue la única solución fiable. El 7-12 fue esperanzador, una gota de ilusión en el desierto. Sin Renfroe los burgaleses se frenaron y los triples catapultaron a un Unicaja que no tardó en recuperar la delantera. Díaz, Brizuela, Boutelle... la batería exterior sumó y tras el 15-14 llegó un nuevo parcial de 11-2 para afianzar la renta local.
Para entonces ya había debutado un Julian Gamble que fue a más. Sin duda, el americano debe jugar un papel fundamental para la supervivencia del proyecto y así lo demostró en la segunda parte.
Renfroe fue el encargado de reactivar a los suyos. Mientras, Kravic tuvo protagonismo con fortuna desigual. En ese escenario, todo pasó por el base, quien se fue a los 18 puntos y que contó con un par de chispazos de Nikolic.
El 31-27 y el 37-33 fueron otros dos pestañeos sin continuidad. La facilidad anotadora del Unicaja no encontró una respuesta sólida y, además, los verdes subieron la presión sobre el faro burgalés para provocar las pérdidas.
Lo que le faltaba al conjunto de Tabak, el cual se fue a los 12 de desventaja en un abrir y cerrar de ojos con el 47-35. Restaba minuto y medio para el descanso y el 49-39 del intermedio fue un pequeño alivio.
El Hereda San Pablo necesitaba bajar de inmediato los porcentajes de su rival porque en cualquier momento la goma podía romperse. Los visitantes quisieron llevar poco a poco el partido a su terreno, pero no lo consiguieron a pesar del nivel ofrecido por Kravic y de la aparición en escena de Benite.
La diferencia nunca acabó de bajar y Brizuela se bastó para acabar con la resistencia castellana. El 58-52 dibujaba una segunda parte igualada, pero no fue así. Una falta en el lanzamiento de tres y un 3+1 desestabilizaron a un Hereda San Pablo hundido desde la personal.
El partido se paró por las constantes interrupciones. Mientras Unicaja sumaba en cada visita al 4.60, los burgaleses mantuvieron su tónica habitual y ya sumaban un deficiente 15/24 en el tiro libre.
Eso acabó de sacar de punto a los azules, quienes se vieron una vez más con 15 puntos de desventaja. El 71-56 refleja una realidad ya demostrada antes por rivales como el Breogán, el Rytas, el Joventut o el Manresa, aunque un triple de un McGee desaparecido y la irrupción de Gamble rompieron la tendencia.
El Unicaja tenía deseo. Llegaba con fe a cualquier balón divido, a cualquier rebote sin dueño. El 0-7 alimentó la esperanza burgalesa. Sin embargo, la desventaja acumulada era demasiado grande y el adversario manejó la situación con calma y seguridad.
Gamble se hizo grande para confirmar su impacto en el proyecto (77-70), pero el tramo final del tercer cuarto y el comienzo del último evitaron cualquier ilusión de remontada milagrosa (84-72).
Benite ejerció de capitán. El esfuerzo colectivo solo sirvió para mantener un intercambio estéril en el que los castellanos salpicaron sus contados destellos con pérdidas de balón que cuestan muy caras.
A cuatro minutos del final el partido estaba sentenciado con el 87-72. A pesar del arreón final, poco en claro se podía sacar de una situación ya habitual esta campaña en un equipo que necesita nuevos impulsos para salir del lío en el que se ha metido.