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RUGBY / División de Honor

El Recoletas Burgos Universidad de Burgos sale de un lío

Un ensayo en los últimos compases y en inferioridad sella un valioso empate ante el Ciencias / Los locales mostraron un gran nivel defensivo hasta el descanso, pero perdieron el norte lastrados una vez más por la acumulación de golpes y las imprecisiones

Vázquez intenta romper la línea defensiva del Ciencias en un lance del encuentro disputado en San Amaro. RICARDO ORDÓÑEZ

Publicado por
DIEGO ALMENDRES

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Actualizado:

RECOLETAS BURGOS UNIVERSIDAD DE BURGOS  20

CIENCIAS  20

Recoletas Burgos Universidad de Burgos:

Vázquez, Argerich, Luna, Sacovechi, Wagenaar, Lastra, Sánchez, Bustos, Rocaries, Carrió, Núñez, Rascón, Zabalegui, Beltramino y Casteglioni. También jugaron: Wozniak, Silvestre, Pisapia, Stein, Masuyama, Soria y López.  

Ciencias de Sevilla:

Muñoz, O’Brien, Cuadrado, Bobo, Kirkwood, López, Serrano, Wasley, Roldán, Fox, Mateu, Rutolo, Domínguez, Reina y Barnett. También jugaron: Allen, Salazar, Pérez y Bouhraqua. 

Árbitro:

Luis Fernández

Tarjetas amarillas:

A los locales Lastra (min. 43) y Stein (min. 75), ambos por juego sucio.

Tarjetas rojas:

No hubo.

Tanteo

:  3-0, min. 7: golpe de castigo de Carrió; 8-0, min. 29: ensayo de Carrió; 8-7, min. 44: ensayo de López que transforma Fox; 13-7, min. 47: ensayo de Argerich; 13-14, min. 54: ensayo de castigo; 13-17, min. 68: golpe de castigo de Fox; 13-20, min. 74: golpe de castigo de Fox; 20-20, min. 77: ensayo de Silvestre que transforma Carrió.

Aún no es tarde para corregir los males endémicos que tantos puntos han costado en el primer tercio de temporada. Sin embargo, hoy toca ver el vaso medio lleno después de rescatar un valioso empate en una situación límite.

El Recoletas Burgos Universidad de Burgos asegura las distancias con respecto a los puestos de peligro y mantiene sus opciones de alcanzar la fase final de la Copa. Lo hizo después de levantar un partido perdido y en inferioridad, de esas que tanto castigan a los gualdinegros.

Los locales sumaron dos amarillas a la colección. Son ya 12 en seis partidos, una cifra altísima. Sin embargo, en todas esas jornadas los rivales de los burgaleses vieron una cartulina en contra.

Una vez más, el Aparejadores acabó frustrado. Las indisciplinas y errores propios frenan la proyección de los castellanos, pero los golpes siempre se acumulan en el mismo lado. Todo, sin entrar en otras situaciones evidentes incluso para el ojo de cualquier neófito como  son las interpretaciones de los golpes por retención o los saques de touche parciales.

Esta preocupante tendencia instalada este curso no justifica el bajón protagonizado por el Recoletas Burgos Universidad de Burgos en un partido que tuvo controlado hasta el descanso.

Los gualdinegros quisieron llevar a su terreno un encuentro condicionado en parte por las condiciones del terreno de juego. San Amaro presentó zonas con nieve y era importante evitar situaciones de peligro en zonas de riesgo.

Los locales alejaron el oval de su campo. Las acciones ofensivas a la mano se contaron con los dedos de una mano, así como las fases con continuidad en 22 contraria. Sin embargo, el trabajo defensivo fue impecable durante 40 minutos.

La presión alta provocó el primer error andaluz y el pateo inaugural de Carrió (3-0). Como es habitual, el bloque de José García se agarró con fuerza al pie de su apertura para ganar metros en un partido en el que esta suerte cobró una relevancia mayor. 

El ‘10’ se hartó de lanzar balones al espacio o a la espalda de los zagueros. Sin acciones a la mano, las imprecisiones impidieron que alguno de los dos equipos se hicieran con el mando. Los burgaleses dieron por bueno este guion y de nuevo sacaron petróleo de la presión para hacer su primer ensayo.

El robo de una melé a cinco metros permitió al Aparejadores lanzar un rápido ataque hasta llevar el balón al ala. Era el 8-0, pero Carrió no tuvo el acierto habitual en una transformación compleja.

Los burgaleses debían ganar la orilla del descanso como fuera y lo hicieron con un perfecto ejercicio defensivo. El Ciencias se armó de paciencia, transmitió de lado a lado y chocó con fuerza, pero encontró la respuesta de la muralla castellana en una bella acción que puso el colofón a la primera parte.

Todo se torció tras el descanso. De repente, volvieron las indisciplinas, la mala toma de decisiones y los errores. Un cóctel perfecto para generar problemas y el rival lo aprovechó. Lastra vio la amarilla y, a renglón seguido, el único fallo de bulto en defensa abrió una puerta que significó el 8-7.

Aun en inferioridad y sin muchos recursos en su juego ofensivo, el Recoletas Burgos Universidad de Burgos echó mano de la garra para salir del apuro. Todo el equipo empujó con el alma un maul montado en línea 22 para alcanzar la marca. 

Era el 13-7, todo un balón de oxígeno. Sin embargo, la inercia del encuentro era muy negativa. El Ciencias jugó cada uno de sus ataques en ventaja y ni siquiera el regreso de Lastra impidió el segundo posado sevillano al transmitir muy bien el oval hasta el lado contrario. Ensayo de castigo y un 13-14 en el marcador muy inquietante.

Y es que los burgaleses perdieron el sitio. Daba igual lo que ocurriera porque los intentos ofensivos acabaron en pérdida o retenido y cada esfuerzo defensivo se saldó con golpe en contra. 

Los nervios y las imprecisiones acabaron por sacar de punto a los anfitriones y el Ciencias agarró la victoria con una mano. Los pateos de Fox sellaron el 13-20 y los castellanos tenían cinco minutos para salir del lío, de nuevo en inferioridad por la amarilla de Stein.

Todo parecía perdido, pero aún quedaba una última baza con el maul. A falta de lucidez, el empuje del colectivo volvió a llevar el balón hasta el objetivo. El mejor Carrió apareció en el momento decisivo y el 20-20 dejó un regusto dulce a pesar de la nueva ocasión desperdiciada.