El Mirandés se diluye
Los rojillos caen con contundencia en Cartagena / El olfato goleador de Rubén Castro marca las diferencias / El cuadro de Lolo Escobar no estuvo inspirado con el balón
CARTAGENA 3
CD MIRANDÉS 0
CARTAGENA:
Marc Martínez, Silva (Nacho Gil, min. 80), Pablo, Alcalá, Delmás, Tejera (Neskes, min. 64), Bodiger, Cayarga (Ortuño, min. 64), De Blasis (De La Bella, min. 80), Álex Gallar, Rubén Castro (Mo Dauda, min. 84).
CD MIRANDÉS:
Lizoain, Carreira, Arroyo, Odei, Álex López (Marqués, min. 46), Meseguer, Brugué (Hassan, min. 46), Imanol (Iago López, min. 46), Riquelme (Iñigo Vicente, min. 76), Oriol Rey (Unai Rementeria, min. 64), Camello.
ÁRBITRO:
González Esteban (Colegio vasco). Tarjeta amarilla a Tejera.
GOLES
: 1-0, min. 22: Rubén Castro; 2-0, min. 40: Cayarga; 3-0, min. 59: Rubén Castro.
El Mirandés frena su progresión tras caer en Cartagonova ante un equipo local que aprovechó sus ocasiones y defendió con balón en la segunda mitad. Un Cartagena que le debe gran parte de esos tres puntos a Rubén Castro, al anotar dos goles y fabricar el tercero, además de ser una pesadilla para la zaga de un Mirandés que, por contra, no encontró inspiración.
Comenzó el partido con más posesión para el Cartagena. Los de Lolo Escobar tampoco renunciaron a nada y en el minuto 7 Riquelme tuvo una buena ocasión. Tras controlar el balón en la frontal del área, su disparo con la zurda se fue fuera.
Ninguno de los dos equipos quiso arriesgar más de la cuenta y el ritmo de partido fue lento, pero el Mirandés creció gracias a las acciones de Riquelme. En el minuto 10 se internó por la izquierda en el área contraria, pero su centro lo despejó la defensa del Efesé. Ahí quedaba todo y fue el Cartagena el que seguía ejerciendo algo más de control. Cada vez se acercaba con más peligro al área de un Lizoain que en el minuto 18 tuvo que emplearse a fondo para detener un potente disparo de Bodiger.
El equipo local encontró la manera de superar a la zaga rojilla y en el minuto 22 llegó el gol en un centro desde lejos de De Blasis para Bodiger. Este tocó lo justo para dejar el balón a Rubén Castro y delantero marcó a placer.
A partir de ahí el Cartagena dio un pequeño paso atrás y el Mirandés vivió sus mejores minutos. Pudo llegar el empate en el 32 en un lanzamiento de falta que desvió de puños Marc Martínez, o en el 36, en un remate de Brugué que se fue por encima del larguero.
Y ahí se le acabó la pólvora al Mirandés. El Cartagena volvió a tomar el mando del partido y a generar peligro, sobre todo en jugadas de Rubén Castro.
El delantero puso un balón de oro a Cayarga en el minuto 40 después de internarse por la derecha y dejar sentado a Arroyo. El atacante aprovechó el regalo e hizo el segundo. El gol dio tranquilidad a los locales, que de ahí al descanso optaron por dormir el partido.
Movió Lolo Escobar el banquillo en busca de algún tipo de reacción por parte de los suyos, dando entrada a Hassan, Iago López y Marqués. Este tardó poco en protagonizar una primera internada peligrosa, pero Alcalá salió al paso.
Parecía que con el 2-0 en el marcador los locales iban a conformarse. No fue así, a pesar de que el Mirandés tuvo más balón. Fue un dominio estéril y el Cartagena fue el que más peligro generó al contragolpe, sobre todo en acciones de Rubén Castro.
Entonces apareció de nuevo el ariete para matar el partido en el minuto 59. El goleador firmó un gran tanto desde la frontal del área, un potente disparo directo a la escuadra izquierda de la portería de Lizoain. El balón, tras rebotar en el larguero, terminó dentro de las mallas.
El Mirandés trató de rehacerse, pero lo cierto es que los de Lolo Escobar estaban completamente anulados. El Cartagena no entregaba el balón, al revés, controlaba el partido con posesiones largas, presionando mucho la salida de los rojillos e impidiendo así cualquier atisbo de jugada del conjunto rojilo.
Aun así, el Mirandés no bajó los brazos y Riquelme probó en el 70 con una internada por banda izquierda que despejó la defensa local. En el 73 fue Rementería el que fallaba incomprensiblemente tras un centro de Hassan al área.
Eran las últimas balas del cuadro burgalés, que sabía que el tiempo se le acababa y que tenía una buena ocasión en el 83 en un remate de Camello con la izquierda que le salió flojo y detuvo sin excesivos problemas Marc Martínez en la última oportunidad del partido. Los rojillos llegan a las vacaciones lejos de sus objetivos iniciales, pero mantienen la distancia con respecto a los puestos de peligro.