BALONCESTO
El campeón acepta el desafío
La expedición del Hereda San Pablo viaja a Egipto para defender su corona en la Copa Intercontinental / Aunque el plan de trabajo esté enfocado a remontar el vuelo en la liga, los azules quieren el trofeo / «Estar aquí es un orgullo»
La grave situación que atraviesa en liga obliga al Hereda San Pablo a buscar soluciones y las urgencias impiden que el conjunto azul disfrute de su participación en la Copa Intercontinental como merece la ocasión.
La expedición burgalesa viaja a El Cairo para defender su cetro internacional en un momento muy delicado. La prioridad es confirmar la esperada evolución en la cancha para afrontar así con garantías el reto de la permanencia, pero el club azul está en Egipto para alzar de nuevo la copa como hiciera hace un año en Buenos Aires.
«Jugar la Copa Intercontinental es una satisfacción», señala Albano Martínez. Y es que el director deportivo tiene claro que esta posibilidad no se da todos los días. «No sé si tendremos más oportunidades de competir en este torneo. Ojalá, pero lo cierto es que llevamos dos consecutivas y hay que ponerlo en valor», explica.
El ejecutivo muestra la satisfacción del club por estar entre los cuatro semifinalistas de un evento tan especial y particular. «No sé cuántos equipos podrán jugar dos ediciones seguidas de la Intercontinental. Tenemos que estar muy orgullosos», insiste.
Esta experiencia no supondrá una distracción. Al contrario. El cuadro azul confía en sacar el máximo rendimiento desde el punto de vista deportivo y psicológico para superar el profundo bache que atraviesa en ACB. «Está claro que tenemos un problema en la liga. Por eso debemos aprovechar este torneo para desconectar, para limpiar las cabezas y para intentar que sirva de arranque», señala Albano Martínez.
El equipo volverá a la acción mañana -viernes para el lector- después del aplazamiento del partido contra el Gran Canaria. Los azules lamentaron esa circunstancia, pero todo tiene su parte buena. «Eso nos permitió entrenar con continuidad. Llegamos bien a la Intercontinental y los jugadores tienen ganas de desarrollar todo el juego que llevan dentro», apunta.
El campeón del mundo FIBA defiende su corona en un sistema de competición diferente al del pasado curso. Entonces se jugó una final directa frente al Quimsa argentino y la cita de El Cairo plantea ahora dos rondas, con la semifinal ante el anfitrión como primer obstáculo.
«Solo pensamos en el Zamalek. Ellos han fichado a muchos jugadores para este torneo con experiencia en España o en otras ligas europeas», advierte.
Los egipcios no parten como favoritos, pero han formado un bloque «competitivo» y explotarán el factor cancha para llegar a la gran final. «Jugar en casa del anfitrión es difícil por su plus de motivación», señala el director deportivo, centrado en la labor de su equipo. «Debemos hacer nuestro partido porque es un torneo muy importante para nosotros», comenta.
El Hereda San Pablo Burgos deseaba albergar en el Coliseum esta edición de la Copa Intercontinental y ahora toca adaptarse a las circunstancias con la misma ambición. «Hemos tenido muy mala suerte con todos los aspectos que ha provocado la pandemia», lamenta el ejecutivo local. «Nos hubiera gustado jugar en Burgos, pero eligieron Egipto en una decisión más política que deportiva. Hay que aceptarlo y esperar que algún día se pueda jugar aquí», zanja.