El Correo de Burgos

BALONCESTO / ACB

Victoria catártica de un San Pablo que sigue en pie

Los azules levantan 15 puntos en el último cuarto y se imponen al Bilbao en la segunda prórroga para mantener el pulso en la lucha por la permanencia / Marc García y Gamble levantan a un equipo que se libera de su pesada carga emocional

Dani Diez celebra una canasta. SANTI OTERO

Dani Diez celebra una canasta. SANTI OTERO

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DIEGO ALMENDRES

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HEREDA SAN PABLO  104

BILBAO BASKET 97

Hereda San Pablo Burgos:

Renfroe (15), Phillip (11), Rabaseda (1), Eddie (10), Nnoko (8) -quinteto inicial-, Benite (16), Salash (-), Díez (9), Kullamaae (-), Gamble (15), Marc García (19).

Surne Bilbao Basket:

 Luz (5), Goudelock (19), Inglis (23), Walker (9), Withey (7), -cinco inicial-, Hakanson (10), Bigote (-), Rouselle (5), Delgado (10), Masiulis (6), Reyes (3).

Árbitros: 

Castillo, Jiménez y Fernández.

Eliminados

: Los locales Gamble (min. 38), Benite (min. 45) y el visitante Ángel Delgado (min.49).

Parciales:

20-20; 37-44 (descanso); 57-69; 81-81 (final minuto 40); 91-91 (final primera prórroga); 104-97 (final segunda prórroga).

Lo necesitaba y lo consiguió. A la heroica, en un partido dramático en el que salió la cara de la moneda cuando más lo necesitaba. Cuando todo estaba perdido. Ganó en la segunda prórroga y después de levantar 17 puntos (15 en el cuarto periodo), con sufrimiento y con acciones para el recuerdo como la canasta de Marc García desde el logo que forzó la segunda prórroga. Este es el camino que le espera al Hereda San Pablo Burgos si quiere alcanzar la orilla de la permanencia, pero merece la pena intentarlo.

El proyecto se libera el día más oportuno. Justo cuando todo indicaba el principio del fin, el equipo local siempre encontró la capacidad de respuesta que requería la situación para salir a flote. Y, cuando lo tuvo en la mano, no falló.

La quinta victoria sabe a gloria bendita. Por fin, el equipo azul ganó. Por fin, lo hizo en casa. Y, por fin, entendió qué se necesita para salvar los muebles a final de la temporada. Los castellanos siguen últimos, pero el objetivo está ahora a dos victorias de distancia con dos partidos menos disputados que sus rivales directos (Obradoiro, Fuenlabrada y Betis).

El Hereda San Pablo encontró en este duelo decisivo el chute de energía que no consiguió en la Intercontinental. Y eso que durante gran parte del encuentro volvió a mostrar los defectos que le hacen tan vulnerable.

El Bilbao se hizo con la iniciativa de salida con un Inglis demoledor en ataque. Los locales, fallones en situaciones a un centímetro del aro, mantuvieron el tipo a pesar de su irregularidad y su falta de acierto.

 

Marc García fuerza la penetración. SANTI OTERO

Marc García fuerza la penetración. SANTI OTERO

Al menos, la intensidad defensiva mejoró con respecto a otros partidos. Eddie, marcado por las faltas y su inconsistencia, selló el 25-24 y ahí empezó otro partido. El tradicional golpe no tardó en llegar y un parcial de 0-10 obligó a los azules a jugar una vez más a contrapelo.

A pesar de los intentos de un Benite voluntarioso pero aún lejos de su mejor versión, Goudelock asentó la diferencia al descanso con el 37-44 y lo peor estaba por venir.

Solo en el primer minuto del tercer cuarto los burgaleses fallaron un ataque cómodo, encajaron una canasta y sufrieron una antideportiva tras otra mala selección de tiro. En un abrir y cerrar de ojos a desventaja creció hasta los 17 puntos gracias a Masiulis (44-61) y todo estaba listo para vivir otra noche de pesadilla.

En ese momento, la tendencia cambió de la mano de Marc García. Sin protagonismo en la Intercontinental, el exterior impulsó el ataque azul con su verticalidad. Cuando más se encoge la mano, el catalán le echa morro y su equipo lo agradeció para seguir con vida tras un triple de Benite sobre la bocina.

Era el 57-69, pero aún quedaba un mundo por conquistar y el Bilbao, ya en el cuarto periodo, volvió a estirarse hasta el 61-76. Buen momento para otra acción que cambió el rumbo del encuentro. Un 3+1 de Marc García levantó a un Hereda San Pablo que creció en defensa y se apoyó en la aparición de un Gamble que, por fin, jugó un partido consistente en las dos zonas. Entre los dos y el rebote ofensivo alimentaron la esperanza de un Coliseum que creyó en el milagro con el 70-78 con cinco minutos por jugar.

Mientras el Bilbao Basket se desangraba en la línea de tiros libres –otra clave dentro de un partido tan loco-, el San Pablo no dejó de apretar. Gamble acercó hasta 77-78, pero un triple de Hakanson y la eliminación del pívot volvieron a poner el partido cuesta arriba.

 

¿PERO QUÉ LOCURA ES ESTA? pic.twitter.com/KzsljR905R

— Hereda San Pablo Burgos (@SanPabloBurgos)

February 16, 2022

 

Era un cara o cruz al límite. Los visitantes no supieron rematar desde la personal y Benite situó el 81-81. La última fue para el Bilbao y Goudelock, sin oposición alguna, falló.

El Hereda San Pablo tuvo una vida extra, aunque el rival se hizo con el control en la prórroga tras el chispazo de Dani Díez. El madrileño hizo el 86-85, pero nadie pudo imaginar lo vivido en el último minuto con el 88-89. Los locales robaron un balón de oro y Phillip falló el tiro que pudo ser la victoria. Para colmo, tras el rebote Benite cometió una antideportiva y, con 8 segundos por jugar, no había margen.

Walker y Goudelock dispusieron de cuatro tiros libres para sentenciar y solo anotaron dos. Nueva bola extra con 88-91 y, sin tiempo, Marc García se sacó de la manga un triple desde nueve metros para llevar el partido a la segunda prórroga.

Una derrota en estas circunstancias hubiera supuesto la puntilla para la moral del proyecto. Sin embargo, el Hereda San Pablo había esperado su oportunidad y la aprovechó en cuanto la tuvo. La defensa y el control del rebote defensivo dieron aire a un equipo que dio el golpe de efecto con sendos triples de Dani Díez y Phillip.

Gracias amigos Este verano más https://t.co/KtRi2pGOr7

— dani diez (@danidiez11)

February 17, 2022

Ahora sí, con 97-91 1:16 por jugar el cuadro de Paco Olmos necesitaba una buena defensa. Y llegó otro lance inesperado que decidió el duelo. Nnoko hizo falta sobre Delgado, quien perdió los papeles y acabó eliminado para dejar el triunfo en bandeja a los locales. Renfroe y el propio Nnoko acertaron desde la personal y con el 100-92 el Coliseum por fin pudo respirar. El San Pablo sigue en pie y, si bien la situación aún es crítica, este partido debe marcar un antes y un después.

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