BALONCESTO / ACB
El San Pablo pasa página
Los azules compiten a remolque del Madrid desde el salto inicial lastrado por sus bajos porcentajes / Rota la racha positiva, el equipo se alimenta de los pinchazos de sus rivales y confirma el cambio de mentalidad en un partido en el que nunca se entregó
Cada partido es una oportunidad, pero bastante tiene el Hereda San Pablo con lidiar con los equipos de ‘su liga’ en la lucha abierta por la permanencia. A pesar de la mejoría mostrada en las últimas semanas, el proyecto aún no está preparado para competir de tú a tú con los favoritos.
El Madrid gobernó la situación de principio a fin ante un equipo que ve el vaso medio lleno. Las derrotas de Unicaja, Andorra, Zaragoza, Fuenlabrada y Betis permiten pasar página con facilidad porque luego les tocará a otros bailar con los blancos.
Llegaba el Hereda San Pablo con la flecha hacia arriba, dispuesto a hacer el más difícil todavía y multiplicar sus opciones de permanencia a costa de un grande de Europa. Sin embargo, para sorprender al Real Madrid se necesita una serie de factores y ninguno sonrió a los azules.
Resulta imposible soñar con la proeza con un 39% de efectividad en tiros de campo. Los burgaleses no anduvieron finos en los lanzamientos a canasta y el descontrol en el rebote defensivo hasta el descanso tampoco ayudó, al igual que las pérdidas no forzadas en esa fase del choque.
El Madrid huele la sangre y navegó a favor de corriente desde el salto inicial. El 0-7 de salida obligó a Olmos a pedir tiempo muerto porque en minuto y medio todo el plan fue papel mojado.
Yabusele hizo un destrozo. El francés impuso su físico y tuvo el acierto que no disfrutaron los locales para allanar el camino a un rival tan poderoso como cómodo.
A pesar de la pelea de Gamble y del protagonismo de un Phillip que amasó el balón, los esfuerzos castellanos fueron insuficientes. El Madrid siempre respondió con contundencia a los intentos de reacción de un Hereda San Pablo que sudó tinta para sumar cada punto.
Por eso, el 9-12 fue un espejismo convertido en el 11-21 en un pestañeo. Los de Laso funcionaron a arreones, conscientes de que el partido sería suyo a medio gas. Mientras los locales perdonaban en situaciones cercanas al aro, los blancos aseguraron el margen de seguridad reducido por Dani Díez con un chispazo (14-22).
Era imposible encadenar dos acciones positivas. Si la defensa funcionaba, el rebote arruinaba el esfuerzo. Si el ataque encontraba una situación cómoda, los bajos porcentajes castigaban a un equipo que sí ha cambiado su mentalidad.
Los de Olmos nunca se vinieron abajo en su particular lucha contra la lógica. La goma se estiraba (16-26) y encogía (21-28), pero lo cierto es que tendía a romperse. Los triples revitalizaron al Madrid con una nueva máxima de 12 puntos (21-33) y ni siquiera la tercera personal de Tavares fue un alivio suficiente.
Jugadores como Renfroe o Benite (1/13 en tiros de campo entre ambos) estuvieron muy incómodos sobre la pista. A buen seguro, los azules contarán con su mejor versión en otras citas decisivas por la permanencia, mientras que los contados momentos de inspiración de Eddie aún no responden a su importancia para el proyecto.
Randolph, Llull, Abalde... el Madrid sumó de tres en tres y el guion ya estaba escrito, a pesar de que Kullamaee minimizó pérdidas sobre la bocina con el 30-41.
Aún quedaba por comprobar la puesta en escena de los burgaleses en el tercer cuarto, uno de sus lunares en la reacción protagonizada en el campeonato. Y ahí acabó el partido.
Los azules fallaron sus cuatro primeros lanzamientos y sumaron una nueva pérdida, un lastre definitivo cuando enfrente está el Real Madrid. Los visitantes firmaron otro 0-7 de salida y llegaron a los 20 de diferencia con el 33-53 a 5:25 del final del cuarto.
El partido dibujó una proyección muy dura para un Hereda San Pablo que encontró respuestas en la defensa. Los locales subieron su energía e intensidad sin balón y ello trajo una mayor soltura en ataque. Fue solo un momento de lucidez, un soplo de aire fresco traducido en un 7-0 que obligó a Laso a pedir tiempo muerto.
Después de todo, el 40-53 era un alivio. Sea como fuere, el favorito respondió con contundencia y aseguró la distancia con un 2+1 de Hanga y un nuevo triple de Yabusele. Fue entonces cuando Eddie quiso asumir el protagonismo, sin el acierto deseado para contener el nuevo arreón merengue.
El último periodo comenzó con un 47-63 que era definitivo para la suerte del partido. Esta vez Eddie sí encontró la red, pero la pequeña llama de esperanza se apagó en un soplido. Yabusele volvió para liderar un parcial de 2-11 que aclaró el panorama.
Ese 52-71 reflejó la realidad del momento, pero el Hereda San Pablo siguió su plan hasta el final y volvió a encontrar aire en la defensa para acumular buenas sensaciones para el futuro.
Los azules pudieron correr y con el 64-76 ganaron confianza, aunque un triple de Randolph y una técnica sobre un Rabaseda harto de la actuación arbitral completaron un partido que los burgaleses ya han olvidado para centrarse en sus próximos compromisos.
HEREDA SAN PABLO 70
REAL MADRID 85
Hereda San Pablo:
Phillip (10), Benite (-), Dani Díez (5), Eddie (14), Gamble (12) -quinteto inicial- Kullamaee (2), Salash (1), Rabaseda (4), Marc García (5), Renfroe (3), Nnoko (14).
Real Madrid:
Núñez (-), Abalde (13), Deck (7), Tavares (6) y Yabusele (20) -quinteto inicial- Randolph (10), Heurtel (4), Hanga (7), Poirier (12) y Llull (6).
Árbitros:
Conde, Manuel y Martínez.
Eliminados:
El local Rabaseda (min. 39).
Parciales:
14-22; 30-41 (descanso); 47-63 y 70-85 final.