BALONCESTO / ACB
El San Pablo se autodestruye
Una vez más el conjunto burgalés se descompone con un parcial de 2-24 a caballo entre el segundo y el tercer cuarto / El 32% de acierto en tiros de campo remata a un equipo que repitió el guion para encajar una nueva derrota
El Hereda San Pablo se jugará su plaza en ACB en una ruleta rusa que puede salir bien si cumple en los duelos directos, aunque para ello debe rearmarse cuanto antes porque la esperanza de hace tres jornadas vuelve a convertirse en frustración.
Si algo ha quedado claro es que el conjunto azul no es de fiar. No importa el rival, ni la situación de partido. En cualquier momento los burgaleses pueden apretar el botón de autodestrucción para echar por tierra cualquier esperanza de victoria. Para ello no necesitan firmar un 32% de acierto en tiros de campo, si bien frente al Baskonia fue otro motivo para perder el control.
Esta vez la desconexión llegó en 10 minutos a caballo entre el segundo y el tercer cuarto. En ese interminable espacio de tiempo los locales se llevaron una canasta a la boca para encajar un parcial de 2-24 que dejó sin efecto el buen trabajo realizado hasta el 34-31.
A veces basta con ver el lenguaje corporal del equipo tras dos malas acciones para intuir que todo puede volar por los aires en cuestión de segundos. Y en ACB nadie perdona esas fases de histeria colectiva. Sobre todo si duran 10 minutos.
Los burgaleses cumplieron con la primera premisa innegociable: entrar en el partido con la intensidad y el ritmo que exige la pelea por la permanencia. El bloque de Paco Olmos se mostró sólido cerca de canasta y gobernó la situación en pintura con Nnoko para cimentar una buena puesta en escena.
Tras el 4-3 de salida, Eddie tuvo una de sus clásicas erupciones para dar un impulso extra a los azules. Sus ocho puntos consecutivos, con dos triples, llevaron el 12-3 completado por un Nnoko omnipresente.
Para entonces, los locales habían alcanzado su segundo objetivo: asegurar el rebote. Esas buenas sensaciones, culminadas con un acierto de Rabaseda, llevaron el esperanzador 17-7 al marcador.
Todo iba bien, pero los locales no aseguraron la tercera clave: el triple alavés. El Baskonia se agarró con las dos manos al lanzamiento exterior y, mazazo tras mazazo, se metió en partido.
Fontecchio, Peters, Giedraitis... los visitantes comenzaron a enchufar y la renta castellana se diluyó con un parcial de 0-10 en una fase en la que Olmos situó a un quinteto poco habitual con Queeley y Kullamae en pista.
Los locales fueron activos en defensa, pero los de Spahija siempre encontraron al hombre abierto para hacer daño y culminar la remontada con el 20-21. El Hereda San Pablo dudó por un instante con ataques forzados y pérdidas innecesarias, pero el rebote ofensivo fue un tesoro que sirvió para mantener la inercia.
Cada segunda opción fue una bombona de oxígeno para contrarrestar el acierto de un Baskonia que ya estaba en un 7/14 en tiros de tres con la aparición de Marinkovic. A pesar de dejarse tiros libres por el camino, el 34-31 era una buena noticia diluida en una mala gestión de los últimos tres minutos previos al descanso con un 0-7 de parcial duro desde el punto de vista psicológico. Y lo peor estaba por venir.
El regreso al partido tras el descanso era clave porque la brecha abierta podía conducir a un nuevo desastre. Los peores presagios se cumplieron porque los burgaleses firmaron un ciclo de pérdidas y de canastas falladas a un centímetro del aro para trasladar esas malas sensaciones en defensa.
Con ello, se acabó el partido en el tercer cuarto. Nnoko desapareció de la foto y Enoch campó a sus anchas en la pintura para catapultar a un Baskonia que ya no necesitó el favor del triple.
El San Pablo perdió el sitio y el norte. Cada fallo en situaciones sencillas se convirtió en una bandeja sin la menor oposición de Baldwin a campo abierto. Sin rumbo y entregado a su suerte, llegaron errores injustificables en la elite y en un pestañeo los burgaleses estaban una vez más 20 abajo con un terrible parcial de 2-24.
Con 36-55 en el marcador, los burgaleses habían anotado una canasta en los diez minutos transcurridos desde el 34-31. Aparecieron Benite y Gamble para romper la dinámica gracias a un 7-0 liberador, aunque ya no había nada que hacer con 13 eternos minutos por delante.
Ese 43-55 solo evitó un desastre mayor y ayudó a subir el nivel defensivo. El liderazgo de Benite fue el único recurso en ataque de un equipo que, como en tantas y tantas ocasiones, despertó demasiado tarde después de entregar la victoria a su rival.
Con un cuarto aún por disputar, poco podía sacar en claro el equipo de Olmos. Baldwin volvió a estirar la cuerda hasta el 49-66 y se trataba de salvar un resultado doloroso. El triple tampoco ayudó a un San Pablo estrellado en el aro y sacudido por unos pésimos porcentajes.
Con todo, en la lucha contra el destino el 57-69 abrió una pequeña grieta a la esperanza taponada por los tiros libres y un triple de Fontecchio tras pérdida. Ya solo queda pasar otra página del calendario y pensar en la siguiente final frente a la Penya, otro rival de altos vuelos.
HEREDA SAN PABLO 62
BASKONIA 78
Hereda San Pablo:
Phillip (-), Rabaseda (5), Benite (14), Eddie (12) y Nnoko (8) -quinteto inicial- Queeley (-), Kullamae (3), Díez (2), Marc García (-), Renfroe (4), Gamble (14).
Baskonia:
Baldwin (13), Fontecchio (17), Costello (-), Peters (16), Giedraitis (9) -quinteto inicial- Barrera (-), Sedekerskis (4), Marinkovic (8), Granger (-) y Enoch (11).
Árbitros:
García González, Serrano y García.
Eliminados
: No hubo.
Parciales:
20-18; 34-40 (descanso); 47-61 y 62-78 (final).