BALONCESTO / ACB
El San Pablo Burgos quiere la permanencia
Los azules muestran su mejor versión colectiva en el momento más crítico y logran un triunfo vital en la lucha por la supervivencia / El nivel defensivo y el rendimiento ofrecido por todos los jugadores marca la diferencia / Triple empate con Andorra y Fuenlabrada
El Hereda San Pablo sigue en pie en su dramática lucha por la supervivencia y logró ante el Unicaja un triunfo necesario, obligado y decisivo. El choque era un cara o cruz y los azules mostraron su mejor versión colectiva en este momento crítico para depender de sí mismos a falta de dos jornadas para el final.
El conjunto de Paco Olmos sabía que no podía fallar y ofreció un altísimo nivel en la cancha. Justo a tiempo para dar un paso adelante vital. Todos los jugadores jugaron un papel importante en algún momento del choque y el encuentro del martes en Valencia se ve con otros ojos antes de la definitiva final contra el Fuenlabrada del próximo sábado.
El del Unicaja era un partido de muchas emociones y, por eso, era clave comenzar con buen pie. El Hereda San Pablo saltó a la cancha con la intensidad que requería la situación, pero no tuvo de salida el acierto deseado. El rebote ofensivo jugó un papel clave y la defensa ya parecía mostrar un buen nivel.
A pesar de la falta de movimiento en ataque, las gotas de calidad de Clemmons, Eddie y Benite permitieron al cuadro de Paco Olmos contener el recital de Bouteille.
El francés ya sumaba siete puntos con el 14-11. Fue una pesadilla en bote, en penetración o emboscado en una esquina. Ayudado por el rebote, tras el 16-14 llegó un 0-7 de parcial muy peligroso porque los locales chocaron con el aro. No está el San Pablo para que el menor aspecto le altere su plan y los 15 puntos del jugador visitante en un pestañeo era un problema atajado con el 18-23.
El triple de Phillip fue oxígeno y los de Olmos dieron una vuelta de tuerca en el inicio del segundo cuarto. La defensa permitió a los anfitriones correr y lo agradecieron con una canasta fácil de Nnoko y otro acierto lejano de Renfroe (26-23).
La dinámica debía serenar a los castellanos, impulsados por la energía de Phillip y de Salash. Los locales castigaron cada vez que salieron en transición y abrieron un margen muy importante para la moral de la tropa. El parcial se cerró con un 12-0 sanador, pero todo paso completado era insuficiente con el 30-23 a 7:15 del descanso.
Antes o después sonaría el despertador de Unicaja. Los visitantes cargaron balones sobre Kravic y se apoyaron en los tiros libres para cimentar su reacción.
Por un momento, el guion sonrió a los andaluces. Sin embargo, la aparición de Clemmons fue decisiva. El base mostró todo su talento anotador desde el 32-28, anotando 13 puntos consecutivos que completaron el buen hacer del San Pablo en retaguardia.
Tres triples y dos acciones individuales coronaron al americano y propulsaron al equipo de Olmos. Los burgaleses aseguraron su ventaja y alcanzaron una nueva máxima con el tiro libre anotado por Lalanne a 16 segundos del final.
Ese 46-37 del intermedio ya era muy interesante, pero el 5-0 de salida del tercer periodo situó a los castellanos en el escenario soñado. Benite selló el 51-37 y el Unicaja entendió que debía subir el nivel para crear dudas en los locales.
Esta vez los azules aguantaron el arreón con cabeza fría. El listón defensivo siempre fue una ayuda y en ataque aparecieron las respuestas correctas. Rabaseda y Eddie aparecieron para evitar un problema, aunque el partido entró en fases de correcalles que también podían sonreír a su poderoso rival.
Bouteille regresó a escena para firmar el 58-49. Olmos no dudó en pedir tiempo muerto y la medida tuvo el efecto deseado. Una acción personal de Renfroe y dos tiros libres de Nnoko fueron un alivio, pero fue Phillip quien marcó la diferencia con su energía sin balón.
Sus manos rápidas y el trabajo realizado en línea de pase permitió a los azules correr de nuevo y con ello llegó un nuevo tope a pesar de un nuevo acierto del máximo anotador andaluz. Los tiros libres funcionaron por un día y el 68-52 debía ser suficiente renta con 11 minutos por jugar.
Nada hacía pensar en un descalabro como el vivido en Andorra. Por si acaso, ahí apareció Salash para abrir la brecha definitiva con dos triples consecutivos que situaron los 20 de ventaja (74-54). El bielorruso cuajó un enorme partido y ha asumido la responsabilidad ante la sensible baja de Dani Díez.
Marc García y Lalanne tiraron del carro en los últimos minutos para contener el protagonismo de Mooney en el Unicaja. Los verdes no anduvieron finos en los lanzamientos liberados y los burgaleses se quitan un gran peso de encima.
El San Pablo convirtió la angustia en alegría y se dio el gusto de tener un día tranquilo en el mejor momento posible, ya con la mente puesta en el encuentro frente al Valencia. A este nivel, por qué no soñar con una gesta que valga media permanencia.
HEREDA SAN PABO 89
UNICAJA 74
Hereda San Pablo:
Clemmons (18), Benite (7), Rabaseda (5), Eddie (7) y Lalanne (9) -quinteto inicial- Queeley (-), Salash (10), Phillip (9), Marc García (7), Renfroe (7), Nnoko (10).
Unicaja:
Díaz (8), Brizuela (5), Bouteille (21), Oliver (9) y Kravic (7) -quinteto inicial- Fernández (2), Maint-Supery (-), Mooney (12), Guerrero (6), Nzosa (-).
Árbitros: Castillo, Pérez y Sánchez.
Eliminados:
No hubo.
Parciales:
21-23; 46-37 (descanso); 68-54 y 89-74 (final).