Julián Calero: «Va a ser un partido de trabajo y sacrificio»

«Antes de la devoción viene la obligación. Y la obligación es competir bien». Con esta declaración de intenciones de Julián Calero, viaja el Burgos CF a Elda para medirse al conjunto de Fernando Estévez, un viejo conocido del banquillo burgalés, en la segunda ronda de la Copa del Rey. Además, el encuentro, que se disputará en el Estadio Nuevo Pepico Amat el jueves a las 19 horas, será el reencuentro de Cristian López y Guillermo Vallejo con su pasado.Para el choque copero, el técnico blanquinegro tiene muy claro que las circunstancias de este partido son muy distintas a otras eliminatorias. En cuanto el colegiado señale el final del partido, sus hombres estarán de vacaciones. Por lo que no quiere oír hablar de relajación. «Antes de la devoción viene la obligación. Y la obligación es competir bien. Luego tenemos una semana de vacaciones y ahí tendremos que disfrutar, pero siempre se disfruta más con el trabajo bien hecho».

Y mucho menos de rotaciones. «No es mi intención, porque no hay partido el domingo. Cuando intentas controlar las cargas (de minutos) siempre estás pensando en el siguiente partido, pero aquí lo próximo son las vacaciones. Vamos a intentar hacer un equipo competitivo. Va a entrar gente que ha jugado menos minutos, pero no es un partido en el que pensemos que deba haber una gran rotación, ni llevamos gente del filial, porque es el último partido del año y debemos intentar competirlo de la mejor forma posible, porque el rival nos lo va a exigir».Y ese rival es el CD Eldense, líder del Grupo 2 de la Primera RFEF, y que llega tras endosarle un 4 a 0 al Calahorra en su feudo. Los alicantinos han encontrado el rumbo gracias a la dirección de Fernando Estévez, quien ocupó el banquillo burgalés durante la temporada 18/19 y parte de la 19/20, hasta su destitución en octubre. Como la mayoría de equipos entrenados por el ‘doc. granadino’, el Eldense «trata bien el balón y hace bien las cosas», por ello, para Calero, era «uno de los rivales más difíciles que había de Primera RFEF». Entre sus filas, cuenta con dos viejos conocidos de la parroquia burgalesa: el delantero Cristian López y el portero Guillermo Vallejo. Mientras que el ariete a penas está contando para el técnico (1 gol en 17 jornadas), el guardameta es indiscutible en el once de Estévez.Calero reconoce que «es un proyecto hecho para intentar ascender» y seguro que entrañará muchas dificultades. «Es un equipo muy peligroso en todos los sentidos. Capaz de defenderte bien, de atacar y cerrar los partidos. Tiene individualidades y, por tanto, la igualdad va a ser clara, creo que va a ser un partido de mucho trabajo y sacrificio».Como ya es habitual en las previas de Julián Calero, el madrileño prefiere hablar de lo que debe hacer su equipo para superar el rival y en esta ocasión, pasa por ser protagonistas del encuentro. «Si les dejamos demasiada incitativa o se encuentran cómodos en el partido, podemos sufrir. Tenemos que intentar no diferenciar entre un partido de liga o de copa. En el fútbol de hoy nadie te permite bajar tu nivel de concentración, intensidad y tus características de equipo. Si las perdemos, no será buena noticia y no pasaremos la eliminatoria».Julián Calero, se ha caracterizado siempre por ser un entrenador sencillo, cercano y muy preocupado por la moral de sus jugadores. Una variable muy importante en el fútbol y que cuida al milímetro en su vestuario. «La gente, a veces, no se da cuenta de que este deporte es muy sacrificado. Desde el aspecto psicológico, los jugadores, por momento, tienen una carga mental importante después de viajes, entrenamientos y no parar. Eso requiere un sacrificio, un esfuerzo y los jugadores que están más dispuestos a pagar ese peaje les va mucho mejor. Tenemos que hacer bien nuestro trabajo. Intentamos que el día a día aquí sea amable y que aunque se vayan de vacaciones, tengan ganas de volver».Parafraseando a Luis Enrique, «han entrenado mil penaltis, pero no vale para nada», Calero le resta importancia a la preparación de una hipotética tanda, que los suyos lo han previsto, dada la idiosincrasia de la competición. «Entrenar un penalti sin presión ambiental, no vale. Si te pones a 10 mil personas y el pase de una eliminatoria de Copa en tus pies, ahí es cuando realmente se ve si estás capacitado para ello. Puedes entrenar el golpeo, pero no la presión».