Una oda al baloncesto con final amargo

Una oda al baloncesto, pero con final amargo. El Hereda San Pablo Burgos no pudo con el Movistar Estudiantes en un intensísimo intercambio de golpes disputado a la carrera sobre la pista del WiZink Center (104-96). Un duelo de play-off, todavía en liga regular, que se resolvió en la segunda prórroga en favor de los escolares y que pospone el factor cancha para la última jornada.

Con un sólo cambio en el cinco inicial de Segura (Suárez por Kacinas), Burgos arrancó el encuentro consciente de que un triunfo en el WiZink era mucho más que un triunfo. El factor cancha estaba ahí y solo había que ir a por él, siempre y cuando el Estu lo permitiera, porque el mate espectacular de Smith que inauguró el marcador fue una declaración de intenciones en toda regla.

Los ataques superaron a las defensas en un primer cuarto eléctrico con un gran baloncesto de ambos. De la mano del veterano Carlos Suárez, siempre con una buena idea en la cabeza, el Hereda aceptó y aguantó el reparto de golpes hasta los primeros movimientos de banquillo (13-15).

La segunda unidad mantuvo la electricidad del choque, aunque la aportación ofensiva de Burgos bajó, permitiendo que la paciencia de los escolares cerrara el cuarto con el 25-19.

La máxima de cinco puntos dolió en el bando burgalés. Una renta, producida por la alta, pero inusual, efectividad escolar desde el exterior (4/8). Ante eso, el plan azulón fue elevar el nivel defensivo y correr y así, Álex López, puso el empate con un triple, y Rodrigo San Miguel confirmó el parcial de 0-8 con su sutil bandeja. Alberto Lorenzo paró el partido (25-27).

Al Estu se le acabaron los triples, pero apareció Kevin Larsen para sostener a su equipo ante los contraataques de Burgos y su brillante juego interior, ‘made in Norelia’. Con el partido de nuevo empatado (38-38), Segura apostó de nuevo por Suárez, aprovechando que Larsen se fue al banquillo exhausto. Decisiones desde el banquillo que no fueron determinantes al descanso, pero que permitieron a Burgos irse dos puntos arriba con el triple del Kacinas, previo paso por el madrileño 42-44.

Con un nuevo cambio de mando empezó el segundo tiempo (45-44). Sin embargo, Burgos estaba decidido a continuar con las buenas sensaciones defensivas y el compromiso por evitar las segundas oportunidades que tan buen resultado le acostumbra a dar al equipo de Segura. No obstante, la intensidad y transcendencia del encuentro llevó a ambos conjuntos a errores que el rival aprovechó para seguir anotando. 

En el ecuador del tercer cuarto, Burgos encontró un parcial de 0-6, gracias a la conexión Rupnik - Van Zegeren y el mate de póster de Corbalán, que obligó a Lorenzo a pararlo todo. Aunque como en todo partido grande, todo se decidiría en el último cuarto (60-61). 

Sin un gran porcentaje en el tiro de tres puntos, prueba de ello es el rosco en el casillero de un ‘metepuntos’ como Berrera, Burgos centró su juego en la defensa y el rebote. Los azulones arrollaron a su rival en los aros con el 31/24 en segundas acciones.

Pero el arreón final del Estudiantes empató el encuentro a falta de un minuto para la conclusión. Una igualdad que cerca estuvo de romper Thomas sobre la bocina, pero su canasta entró con el tiempo cumplido. Estu y Burgos, a la prórroga. 

Cinco minutos no fueron suficientes para resolver el duelo y exhaustos, se marcharon a la segunda prórroga. Dos triples consecutivos de los madrileños enviaron a la lona a Burgos, a falta de tres para el final. Y aunque Segura lo paró para tratar de reconducir el rumbo, malas decisiones en el momento clave y falta de puntería desde la línea de tiros libres hicieron que el WiZink fuera demasiado.