El Correo de Burgos

Roglic vence en Neila y gana la Vuelta

. El corredor esloveno se lleva la ronda burgalesa en su primera participación / Emirates gana por equipos en una Vuelta en la que sobresalieron, aunque no pudieron doblegar a Roglic / Vlasov fue segundo y Yates, tercero

Roglic entra en meta en las Lagunas de Neila tras imponerse al esprint a Yates.

Roglic entra en meta en las Lagunas de Neila tras imponerse al esprint a Yates.Ricardo Ordóñez

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La Vuelta a Burgos venía sentenciada desde la tercera etapa, pero aún no lo sabíamos. Fue el paso por el Picón Blanco el que dejó cincelados en piedra los nombres de los ocupantes del podio de la ronda burgalesa que ayer recibieron honores tras la última etapa, esa que siempre decide al ganador del maillot morado y en esta ocasión sólo lo ratificó.

Aunque tras su disputa la quinta etapa que finalizaba con la espectacular y decisiva subida a las Lagunas de Neila pueda parecer de trámite, el desarrollo de la carrera evidenció que Primoz Roglic está en un excelente momento de forma y que cuenta con un equipo capaz de controlar la carrera una vez que él ha sido capaz de ponerse por delante con sus destellos de grandeza. 

Lo mismo que ocurre con el UAE Emirates que ha completado una gran Vuelta a Burgos, dominando las etapas de montaña pero sin la suerte de su lado y sin haber podido encontrar una brecha en la fortaleza, concentración y serenidad del esloveno del Jumbo-Visma.

El tercero en discordia tras las rampas de descenso del Picón ha sido Vlasov que a rueda de Roglic y Yates se supo colar en el segundo puesto y mantenerlo tras la última etapa. Los tres fueron los primeros en llegar ayer a la meta de las Lagunas de Neila. 

Primero el esloveno, que repite victoria, seguido del británico y con el ruso a su rueda, impidiendo que los segundos de bonificación que pilló Yates le pudieran haber arrebatado la segunda plaza. 

En cuarto lugar de la etapa y de la clasificación general aparece Jay Vine, que pese a su caída en la bajada del Picón ha derrochado calidad y energía, colándose en la escapada de la cuarta etapa y forzando la máquina en la subida a las Lagunas para tratar de doblegar a Roglic y dar alguna oportunidad a su jefe de filas.

Por tierras de Soria

La carrera transcurrió con relativa calma desde la salida en la localidad soriana de Golmayo, con el Jumbo-Visma y el UAE Emirates mirándose de reojo. Los de Roglic controlaron la carrera a lo largo de la etapa hasta cruzar la frontera burgalesa, cuando tanto el Emirates de Yates como el Bora de Vlasov pasaron a los primeros puestos y el pelotón comenzó a acelerar en dirección a Quintanar de la Sierra.

En la capital de la comarca de Pinares se acabó la aventura de los tres escapados a los que el pelotón consintió la fuga lo justo para que Jetse Bol sumase puntos subiendo el alto del Cargadero y el esprint de Quintanar, tokens que le valieron para subir al podio de Neila a recoger un premio a la combatividad. 

Una vez neutralizados y eliminados de la ecuación otros equipos que pudieran haber tenido que jugar intereses propios en la etapa, los tres de cabeza enfilaron hacia las Lagunas con el Emirates replicando la estrategia que aplicó en el Picón. 

Un fuerte ritmo fuel estirando el pelotón hasta que se rompió y sólo una quincena llegaron en cabeza a los últimos tres kilómetros, el tramo más duro de la subida. En ese punto fue Jay Vine quien hizo de locomotora para tensionar la carrera y, al igual que en la subida al Picón, sólo aguantaron Yates, Vlasov y Roglic, que dejó la iniciativa a sus rivales y viajaba casi cómodo a rueda. Lo único que tenía que hacer el esloveno es no perder de vista a Yates y Vlasov a quienes aventajaba más de medio minuto en la General. 

Metro a metro, el maillot morado se pegaba más al cuerpo del ciclista del Jumbo-Visma, que también en esta subida se quedó sin escuderos que le acompañasen. No hacía falta, su labor desfondándose en el control de la carretera fue suficiente. Lo que pasara en las Lagunas era cosa del líder, que ejerció esa condición más que nunca manteniendo la cabeza fría y las piernas calientes.

Yates decidió acelerar el ritmo al llegar a las rampas más duras y saltó unos metros seguido de Vlasov, a los que al poco alcanzaba Roglic sin levantarse de la bicicleta. Serenidad y ritmo le bastaron para dejar claro que la Vuelta estaba sentenciada y que sólo quedaba por disputar la etapa. Yates la quiso y saltó al esprint a falta de 100 metros para la meta. 

Vlasov se quedó y Roglic respondió inicialmente sentado en la bicicleta, como dando a entender que no era el momento y que tendría margen. A falta de 50 metros y en la última curva, el esloveno metió la directa y sobrepasó con claridad al británico que, pese a finalizar segundo la etapa y obtener bonificación en forma de segundos, se tuvo que conformar con la tercera plaza de la ronda burgalesa. La primera de un debutante llamado Roglic.

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