Victoria casi sin oposición para el San Pablo Burgos

No hubo partido. El Longevida San Pablo Burgos se encargó, durante la primera parte, de cerrar cualquier opción a su rival, aunque solamente en los primeros minutos de la segunda mitad lo pasó realmente mal. Luego vino de nuevo la calma y la victoria nunca peligró. Los de Lolo Encinas toman la directa con la sexta victoria consecutiva.

El partido empezó con mucho retraso debido a un problema con una de las canastas del Coliseum. Y cuando empezó, el San Pablo de Burgos arrancó el duelo a lo grande. Un triple de Millán Jiménez puso los tres primeros puntos en el marcador. El alero riojano siguió sumando (5-0). Luego, el armenio Fischer se sumó a la fiesta castellana aportando en ataque. 

El parcial en los primeros tres minutos había sido de 10-2. A partir de ahí, el Clavijo despertó. Kevin Torres y Nicolau lideraron la reacción riojana (13-8). Sin embargo, su reacción no tuvo continuidad en el juego, lo que dio aire a los burgaleses para volver a aumentar las distancias en el luminoso (17-8).

Un triple de Nicolau volvió a apretar el marcador (17-11). Los locales continuaron castigando la canasta de su rival y un parcial de 9-3 puso el 26-14 -máxima diferencia hasta ese momento- a poco menos de dos minutos para la finalización del primer cuarto. Y es que el San Pablo de Burgos estaba muy entonado desde la larga distancia. El visitante De Pablo puso el definitivo 26-16.

Ya en el segundo cuarto, el gaditano Nacho Rosa firmaba el 28-16. El técnico del equipo riojano se decidió por dar movilidad al banquillo después de comprobar que la dinámica no cambiaba en los primeros compases del período. Un triple de Adala trastocó los planes de Jenaro Díaz (33-18). 

Todo seguía igual, con clara superioridad burgalesa que estaba dando una auténtica exhibición de baloncesto. Fischer, con un mate, puso el 37-20.

Parecía rendido el Clavijo, que no era capaz de ninguna forma de revertir la situación. Lo estaba pasando realmente mal ante un ‘rival galáctico’. Con 40-20, Jenaro Manuel Díaz detuvo el partido ante la impotencia de su equipo. 

El entrenador buscaba un revulsivo en el minuto que dispuso. Todo siguió igual, aunque con una más que pequeña mejoría visitante (42-25). Nicolau, uno de los más destacados del Clavijo, selló el definitivo 44-28 al final de la primera mitad.

El decorado cambió por completo tras el paso por los vestuarios. El descanso le fue de maravilla al Clavijo que salió como una auténtica apisonadora. Así un parcial de 0-13 puso el marcador en un 44-38. Los de Lorenzo Encinas, aún dormidos, anotaron su primera canasta casi a los cinco minutos. 

Ni el tiempo muerto pedido por el técnico local hizo frenar a los visitantes. Los visitantes Nicolau y Norris habían cambiado totalmente la cara a su equipo y devuelto la ilusión de acabar con su mala racha de resultados. Pero todo fue un espejismo, Vene puso las cosas en su sitio (51-40). 

Los castellanos habían pasado sus peores minutos, con una defensa débil y un ataque sin pólvora. Jiménez y Lapornik dieron la tranquilidad definitiva (55-40). Un nuevo parcial favorable para los burgaleses de 9-3 acabó con la resistencia riojana, que veía cada vez más lejos poder competir y optar a la victoria (64-43). Nicolau hizo la última canasta del periodo (64-45). Aflojó el San Pablo de Burgos, pero supo sobreponerse a tiempo.

Los últimos diez minutos de partido fueron de puro trámite. Con 19 puntos de ventaja, los de Lorenzo Encinas jugaron con la tranquilidad necesaria por el gran colchón que tenía a su favor. Los primeros minutos fueron un mero intercambio de canastas que no ponía en peligro la estabilidad burgalesa (67-49). Se pasó por el ecuador del último cuarto con 75-54. Ya todo estaba bendecido. 

El Clavijo se atascó en los 61 puntos y el San Pablo lo aprovechó para hacerle un parcial de 5-0 (83-61) coincidiendo con un triple de Jiménez, superlativo durante todos los minutos que estuvo en pista. Sin embargo, fueron los mejores minutos de los de Jenaro Díaz, ya que lograron equilibrar el balance defensivo-ofensivo aunque aprovechando el respiro que se dio su rival. Y es que la desventaja era insalvable. Al final, 83-66.