Copa del Rey
Regalo de Navidad en el Montecillo: La Arandina expulsa al Cádiz de la Copa
Los blanquiazules desarrollaron un partido con mucha entereza, capacidad y fútbol y fueron justos vencedores de la eliminatoria
Salta la sorpresa en la Copa. Esa frase hecha, tan típica en las crónicas deportivas del torneo del KO, se vuelve a emplear en Burgos y esta vez más que sorpresa se puede hablar de milagro. También de explosión de alegría y de chaparrón de aplausos para los jugadores de la Arandina y de naufragio para el Cádiz a orillas del Duero.
Un grupo de jugadores que militan en la Segunda Federación en el equipo que está en último lugar de la clasificación y que llevan mucho tiempo sin cobrar, fueron capaces de eliminar a un conjunto de Primera División con tanta tradición como el Cádiz CF.
No sólo eliminar, sino mandar en el partido. La arenga del técnico local, Alex Izquierdo, antes del partido hizo efecto. Esa apelación "al niño de 10 años" que cada jugador blanquiazul lleva dentro y que soñaba con jugar contra un equipo de Primera y eliminarlo de la Copa sinsufló bravura en los corazones de los once que saltaron al encharcado césped arandino.
Los blanquiazules -aunque ayer jugaron de azul completamente- se adelantaron en el minuto 4 de partido con un gol de Haji a pase de Santa y fueron capaces de navegar en el embarrado césped del estadio municipal Juan Carlos Higuero -antes Montecillo-.
La alegria se disparó desde el banquillo local a las gradas donde los sufridos y empapados espectadores empezaron a creer en que su equipo les iba a dar la algría del año.
Empata el Cádiz
La Arandina siguió mandando en el marcador hasta que el Cádiz empató la contienda en el minuto 34 de por obra de Fede San Emeterio que aprovechó un rechace para firmar el empate.
Desde ese momento hasta la finalización de la primera mitad los jugadores locales siguieron jugando con propensión de irse al ataque y pusieron en apuros al meta visitante en más ocasiones de las que hubiera querido el técnico y la afición del Cádiz a los que se les atragantó el escenario, encharcado a más no poder pero para ambos equipos, y las ganas de una Arandina que circulaba el balón más con la cabeza que con los pies, arriesgando lo justo.
Intercambio de oportunidades tras el descanso
Tras la reanudación, ambos equipos salieron al penoso césped del Juan Carlos Higuero con impetu y mirando a portería. Primero el conjunto andaluz, que cambió su tradicional indumentaria amarilla por una equipación de color negro, que tuvo una ocasión clara nada más comenzar la segunda mitad.
La Arandina devolvió el susto en el minuto 52 con un centro del soriano Santa que el delantero hispanomarroquí Ayoub no pudo rematar por muy poco.
El toma y daca siguió con una ocasión del Cádiz que transicionó rápido en un contragolpe de Negredo que acaba en córner gracias al oportuno corte de Jaime Marquez.
Poco a poco, la Arandina se iba sintiendo más cómoda sabiendo que estaba atajando con solvencia las urgencias del Cádiz y empezaba a mirar a la portería rival con ganas de firmar un milagro a las puertas de la Navidad.
Llega la apoteosis
Una falta peligrosa cerca del área del conjunto local recordaba que las jugadas de estrategia suelen ser fundamentales en esta fase de la Copa del Rey en la que el equipo que gana pasa la eliminatoria. Dicho y hecho, el gol de la victoria de los ribereños llegaba a continuación, en el minuto 63.
Un golazo de Jorge Gonzalez que remató de cabeza en un saque de falta lateral desde la banda izquierda que cabeceó al base del poste derecho haciendo inútil la estirada de Aznar.
La épica del fútbol se derranó ayer con tanta fuerza como la lluvia sobre el estadio que lleva el nombre del genial atleta arandino Juan Carlos Higuero. El 'León' que nunca se rendía puso gasolina en las piernas de los jugadores locales y toda el hambre de triunfo que siempre tuvo. Y tuvo que ser Jorge Gonzalez 'Pesca' quien marcase el tremendo gol que apea al Cádiz de la Copa. Un joven que no vive del fútbol, sino que trabaja en una pescadería -de ahí el mote 'Pesca'- y que el día de este partido se había levantado, como tantos otros, a las cuatro de la mañana para cumplir con su obligación en el trabajo.
Un equipo de davides contra un Goliat que se defendió pero que ayer no pudo con tanto corazón blanquiazul.
Dos a uno para la Arandina y 27 minutos por delante para cerrar la eliminatoria.
Ambos entrenadores se pusieron de acuerdo para refrescar al once sobre el terreno de juego con jugadores de refresco para afrontar el tramo final del partido en busca de la victoria o la remontada, en cada caso. Sin embargo las sucesivas sustituciones sólo mantuvieron la dinámica del partido que se adormecía en favor de la Arandina, que, además, ponía velocidad y peligro en las botas del recién entrado Raly Cabral.
De hecho fue el berciano quien, ya en el descuento, después de varias oportunidades en las cercanías de las áreas rivales para ambos equipos, quien estuviera a punto de marcar el 3-1 para la Arandina. Ya a punto de que el árbitro pitara el final Aznar detuvo un disparo raso de Alfredo Sualdea que se colaba en la portería.
Con el final del partido se desató la apoteosis de la alegría blanquiazul con los jugadores lanzándose a los charcos como si fueran piscinas y deslizándose en las balas de agua con una sonrisa en sus caras.
Un espectáculo de partido que algunos criticaron que se jugara por el estado del campo y que acabó como un monumento al coraje, al empeño y al futbol modesto.