El derbi castellano aleja al San Pablo del ascenso

El Longevida San Pablo Burgos cayó derrotado en el mítico polideportivo Pisuerga 91-84 y deja escapar una de sus últimas oportunidades para poder soñar con el primer puesto y el regreso a ACB. El conjunto de Lolo Encinas no estuvo a la altura en el derbi castellano y en momentos claves siempre se dejó comer el terreno.

 Pese a estar dentro del partido a falta de un minuto con empate a 84, unas últimas decisiones erróneas, fallos en tiros libres y una defensa blanda permitió un 7-0 letal. Y es que, el banquillo visitante no supo leer el partido en los momentos decisivos tras unos comienzos de periodos desastrosos.

El partido arrancó con optimismo para el cuadro de Lolo Encinas. Una buena defensa con fuerza y con intensidad permitía mantener una renta aceptable. Sin embargo, poco tardó en coger el truco el entrenador local Paco García a la defensa burgalesa que defendía por delante del 6,75 y fallaba en los bloqueos ciegos.

 Así se pasó de un 7-12 (minuto 4) con un Mica Speighet efectivo a un 13-14 (minuto 7). El UEMC Real Valladolid hacía daño con la misma jugada en varias acciones en un duelo táctico de banquillos que ganaba el vallisoletano. La entrada de Lapornik y Ristic dio oxígeno al equipo burgalés que en el intercambio de canastas ganó una renta de tres puntos al final del primer cuarto 23-26.

Un parcial de 2-6 con de nuevo defensa férrea atrás e inteligencia atrás permitió pasar a un 25-32. El conjunto local se agarraba al juego interior de Nwogbo al que costaba frenar a los pívots burgaleses. 

El nigeriano y una antideportiva señalizaba por la colegiada Paula Ema redujo de nuevo la diferencia a tres (29-32). Lástima que una buena efectividad en ataque no se viera respondida con una mejor actitud defensiva, ya que como hace siete días contra Guipúzcoa, había importantes huecos y desconexiones que los pucelanos no desaprovechaban. 

Un intercambio de triples con el serbio Ristic como héroe dejaba claro que el choque iba a estar muy entretenido y donde las defensas no estaban muy inspiradas (36-42 minuto 16). Cuatro puntos en contra provocaron que Lolo Encinas tuviera que parar el partido con un tiempo muerto. Kasibabhu no estaba muy inspirado en la pintura y era el San Pablo Burgos el que metía en el choque a los del Real Valladolid. Por suerte, un triple de Millán amplió la renta hasta los cinco puntos al descanso 43-48.

El tercer cuarto, como suele ser habitual en los burgaleses, arrancó con dudas y con pereza tras el vestuario. Hasta el punto de que el UEMC Real Valladolid logró un 7-0 para dar la vuelta al marcador (primera renta tras el 3-0 inicial) dando la vuelta a cualquier atisbo de optimismo. 

Había que corregir muchas cosas y Lolo Encinas tuvo que pedir tiempo muerto. Nadie podía con Nwogbo que se hacía el rey de la pintura. El juego era desastroso con jugadas de cinco segundos y sin cabeza. Mica rompió un sonrojante 9-0 de parcial en contra y tres minutos y medios sin anotar que llevó al 54-50 minuto 25. Mica era el único que salvaba los muebles ante la ausencia de jugadores como Corbalán o Barrera. 

La defensa seguía siendo la cruz mientras que Laportnik, con un triple, mantenía la esperanza. Un pésimo tercer cuarto y pese a todo 67-64 antes de la última entrega con un canastón de Schmidt desde su campo sobre la bocina, y de nuevo con Burgos sin defender.

Sin embargo, otro comienzo terrorífico de 5-0 (72-64) para los pucelanos dejó noqueado a un Longevida desconocido en defensa y seco en ataque. Corbalán era el único que se atrevía a hacer algo y sus puntos permitieron romper la sequía hasta a un 72-69 cortado de raíz por Paco García con un tiempo muerto. 

Ahí comenzó un nuevo partido donde el que supiera controlar mejor sus nervios se llevaría la victoria, mientras las decisiones de los colegiados tampoco lo ponían fácil con algunas decisiones. Por ejemplo, una antideportiva de Kasibabhu, que se sumó a los tiros libres fallados por Corbalán (79-75 minuto 37). 

Un nuevo triple de Jaime Fernández dejaba la diferencia en seis y ahora sí, por fin, Encinas pedía tiempo muerto. Y cuando más falta hacía llegó el triple de Lapornik y la canasta de Gonzalo (82-82 minuto 39).

Los últimos minutos no se supieron jugar. Con una jugada absurda en ataque con fallo de Lapornik que dejó escapar el rebote Kasibabhu, un lanzamiento de tres en vez de dos y en el contragolpe dos puntos más de Schmidt. Al final, una derrota merecida en el derbi castellano ante la pasividad del banquillo visitante.