Un triple imposible de Guipúzcoa cuando ganaba el Tizona fuerza el quinto partido

Un triple desde once metros y sobre la bocina del local Oroz evitó una prórroga que parecía ya cantada y dio la victoria en el cuarto partido de la eliminatoria al Guuk Gipuzkoa Basket ante el Grupo Ureta Tizona Burgos. 

Los de Diego Ocampo fueron superiores en líneas generales y comandaron el marcador durante muchos más minutos que su rival, pero el marcador nunca se rompió y en un último cuarto embarrado y de mucho contacto los guipuzcoanos consiguieron imponerse en el último instante.

El partido comenzó intenso y plagado de imprecisiones, viéndose durante el primer minuto varias pérdidas y un par de jugadas extrañas que evitaron que se jugara con ritmo y de manera fluída. Sin duda a los guipuzcoanos les interesaba un duelo movido y pronto cogieron una buena ventaja tras triple de Barceló (7-2) que no llegó a más porque Parrado respondió de manera inmediata también desde el perímetro.

 El Tizona había tardado un par de minutos en asentarse sobre el Arena pero en cuanto cogió ritmo y gracias a su buen desempeño ofensivo, con mucho acierto en el lanzamiento y un incisivo Parrado, conseguiría hacer mucho daño a su oponente en las pinturas y eso le llevó sin tardanza a tomar la iniciativa en el electrónico (11-13 en el ecuador del cuarto).

Con las primeras rotaciones, en las que entró Saint-Supery, el choque no hizo sino ganar en vistosidad porque la velocidad del juego de ambos se mantuvo altísima, peleando de tú a tú sin tregua alguna para regalar a la grada un precioso toma y daca en el que el luminoso bailó a un lado y otro sin descanso alguno (17-18 en el 8´) antes de entrar en un final de manga mucho más táctico donde las faltas, el bonus y los tiros libres cobraron casi todo el protagonismo. Y es que todo estaba tan ajustado que cualquier detalle podría resultar decisivo. Al final 22-20 a favor del conjunto dirigido por Mikel Odriozola gracias a un triple sobre la bocina de Savkov.

La dureza defensiva que se había habido en las postrimerías del primer acto, donde se vieron más contactos físicos que nunca, desapareció en el inicio de un segundo cuarto de menos puntos en el que los dos buscaron el triple sin apenas éxito (24-25 en el 3´). Entonces Savkov metió uno de gran belleza y Parrado daba respuesta en segundos, pero en este encuentro todo se peleaba y el local Ansorregui también hacía otro. 

En menos de un minuto el marcador se disparaba pero alcanzado el ecuador de la manga estaba tan ajustado como siempre (34-33).

Justo entonces, en gran parte por la alta presión de los de Ocampo y el acierto de un Jofresa que sumó 5 puntos seguidos, los burgaleses consiguieron firmar un parcial de 0-9 para una nueva máxima con el 34-42 que obligaron a Mikel Odriozola a parar el juego. De nuevo en juego los suyos siguieron gastando demasiado tiempo para superar la presión en campo propio, pero Gipuzkoa Basket tiró de garra y al poco era Ocampo quien pedía un TM (41-44) antes de alcanzar el descanso con todo muy ajustado (44-47).

Seña de identidad propia, el Tizona no aflojó en el reinicio confirmando las buenas sensaciones que había dejado antes y obligando a los vascos a un sobre esfuerzo físico para mantener el ritmo de un Tizona que ni siquiera tuvo gran acierto en la primera parte de esta tercera manga pero que seguía mostrando tener más recursos (51-53 en el 4´). 

Los recurrentes problemas ofensivos de los azulones persistían y en cualquier momento la cuerda podría romperse (51-59 minuto y medio más tarde y TM de Odriozola).

De vuelta a la pista y pese a estar en bonus, el Tizona no paró de presionar arriba, de incomodar a un Gipuzkoa Basket con peores ideas que recurrió de nuevo a la garra para seguir en la pelea. Así, se entró en un final de muy pocos puntos y con el duelo más embarrado que nunca. Al final 58-66.

Una actitud todavía más agresiva de los guipuzcoanos y un parcial de 9-2 pusieron a prueba a un Tizona ahora con muchos problemas en su pintura (67-68 en el 3´). Ocampo paró el juego, pero la grada también jugaba su partido y los locales al paso por el ecuador habían remontado (72-70).

En ese momento tan delicado el equipo no tuvo reparos en arremangarse el mono de trabajo y ya sin el talentoso Saint-Supery al mando, fuera por una fuerte torcedura, rebajó de golpe la euforia vasca con un parcial 0-5 que a falta de tres minutos obligaba a Odriozola a pedir un TM.

 De nuevo en juego el local Vrankic empató con un triple abocando el choque a un final de infarto con mucho juego brusco y gran trabajo para los colegiados (77-77 en el 9´). En ese último minuto las faltas fueron decisivas, las que se pitaron y las que no, pero especialmente un Oroz que metió un triple desde once metros y sobre la bocina para llevar la eliminatoria al quinto partido. A la conclusión 82-79.