El Correo de Burgos

Tres puntos de oro para el Mirandés en el arranque de Liga (1-0)

El gol de Reina en el minuto 25 y las paradas de Raúl Lozano evitaron que el Córdoba malograra la importante victoria de los rojillos

Reina festeja con sus compañeros el gol que anotó en la primera parte, el único del partido.

Reina festeja con sus compañeros el gol que anotó en la primera parte, el único del partido.LALIGA

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El Mirandés abrió la Liga Hypermotion con una meritoria victoria en casa ante el Córdoba, recién ascendido pero que afrontaba el estreno liguero en mejores circunstancias que los de Anduva. Alessio Lisci contaba con solo catorce jugadores del primer equipo para este estreno, pero los de Miranda supieron hacerse fuertes en la adversidad y, pese a ser dominados por los andaluces en el tramo final del primer tiempo y prácticamente todo el segundo, supieron conservar la mínima ventaja cosechada en el minuto 25 por medio de Alberto Reina, tan decisivo con su gol como el portero Raúl Fernández con sus intervenciones.

Superados los minutos iniciales de tanteo, fue el Córdoba el primero en acercarse con cierta intención al área contraria. Al paso por el minuto 8 de juego Obolskiy vio la incursión por la derecha de Carracedo, que tras recibir el balón del ruso resolvió con un disparo que se marchó alto para tranquilidad de Raúl Fernández.

La misma suerte corrió dos minutos después el primer intento de disparar a puerta del Mirandés. Sergio Postigo vio que Urko Izeta le ganaba la espalda a la defensa blanquiverde, pero tras aguantar en el forcejeo con su marcador el delantero cedido por el Athletic se pasó de largo en una vaselina que terminó perdiéndose por encima de los tres palos del marco de Carlos Marín.

Los diez minutos iniciales sin un dominador claro dieron paso a una fase en la que las mejores intenciones para hacerse con las riendas del juego fueron de los de Alessio Lisci, que sin embargo no tradujeron sus posesiones en ocasiones de gol.

Sí tuvieron en cambio dos aproximaciones de cierto peligro los de Iván Ania, que primero lo probaron con un disparo desviado desde el exterior del área de Genaro y poco después pusieron a Anduva con el corazón en un puño en un remate de Álex Sala a la salida de un córner que se fue por encima del travesaño burgalés.

Los dos destellos cordobeses no amilanaron a un Mirandés que a su buena disposición sobre el césped añadió los duelos individuales que empezó a ganar. Fruto de ello llegó el primer gol del partido, cuando a los 25 minutos de juego Urko Izeta controló un balón, ganó metros hacia el área y vio a su derecha a Alberto Reina. El guipuzcoano asistió al chiclanero y este, con un remate a la altura del punto de penalti si bien algo más esquinado, mandó el esférico lejos del alcance de Carlos Marín.

Verse por delante en el marcador dio tranquilidad en los minutos siguientes al Mirandés, pero la pausa de hidratación tuvo efectos de un tiempo muerto bien aprovechado por el Córdoba, que retomó el juego tras el breve parón con aires renovados.

Así, los diez últimos minutos del primer tiempo fueron de los andaluces, que por primera vez de manera diáfana en el partido se hicieron con el mando del juego y obligaron a ir a remolque al Mirandés. Los de Ania tradujeron estos minutos de supremacía sobre el verde de Anduva en dos claras ocasiones, pero por suerte para los locales apareció la calidad bajo palos de Raúl Fernández para resolver con dos buenas intervenciones. La primera, un paradón para evitar que un disparo de Jacobo González a la salida de una falta encontrara la escuadra que pretendía. Y la segunda, un balón blocado a ras de suelo tras un amenazador remate en el interior del mismo Jacobo a pase de Adilson Mendes.

Un remate de Obolskiy que rechazó la zaga del Mirandés y la primera tarjeta amarilla a Sergio Postigo por juego peligroso fueron los últimos coletazos de un primer tiempo que arrojó la primera propina generosa de la temporada con cinco excesivos minutos de alargue.

Tras el paso por los vestuarios, no tardó en quedar claro en Anduva que los minutos postreros del primer tiempo tenían continuidad en el segundo. El Córdoba salió también con la intención de llevar la iniciativa en un segundo tiempo en el que Lisci se vio pronto obligado a hacer su primer cambio. Julio Alonso se retiró lesionado y su puesto lo ocupó Víctor Parada.

Pese a tener más el balón, tardaron los cordobeses en tener sus primeras ocasiones de gol, pero cuando llegaron lo hicieron por partida doble. Primero Álex Sala obligó a la zaga local a despejar su disparo, y dos minutos después Jacobo González se enciontró con la primera de las diversas intervenciones de mérito que Raúl Fernández hizo a lo largo del segundo tiempo.

Hubo réplica por parte local, si bien el intento de Urko Izeta en el siguiente ataque del Mirandés encontró también la efectiva respuesta de una defensa visitante atenta a cortar la jugada.

La entrada de Gabri por Tachi con veinte minutos todavía por delante trató de ser el primero de los cartuchos que le quedaban a Lisci para refrescar fuerzas de cara al tramo final, pero que el propio Gabri se lesionara catorce minutos después y tuviera que ser reemplazado de urgencia por Asier le dejó sin más ventanas de cambios tras haber hecho ya tres en la segunda mitad.

Para aquel entonces, Raúl Fernández se había vuelto a lucir para evitar que un potente disparo desde fuera del área de Jacobo González, el más peligroso del Córdoba, se convirtiera en el empate. No fue la última, ya que en el minuto 84 el guardameta bilbaíno volvió a ser decisivo en un remate de Álex Sala.

Lo último remarcable del partido fueron dos discutibles decisiones del colegiado asturiano Miguel González, que en el minuto 87 dejó en tarjeta amarilla una dura entrada del visitante Antonio Cases que bien pudo tener un castigo de otro color y, poco después, decretó que el alargue del segundo tiempo también fuera de cinco minutos, mismo tiempo que en el primero pese a haber habido bastantes más interrupciones.

Pero ya le fue bien al Mirandés que el alargue no fuera mayor. Los de Alessio Lisci resistieron hasta el pitido final sin conceder ya más ocasiones y, con una victoria tan sufrida como meritoria, dieron a su afición la primera alegría de la temporada. El sábado 24 de agosto, segunda estación del trayecto ante el Málaga en La Rosaleda.

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