La imparable ola del rugby femenino burgalés
El club Pingüinas Rugby Burgos busca la consolidación en División de Honor B / Sella un acuerdo de colaboración con Fundación Caja Rural Burgos
Han pasado algo más de siete de años desde que se dieron los primeros pasos para crear una estructura deportiva en torno al rugby femenino burgalés y los resultados avalan ese crecimiento que busca la consolidación. El club Pinguinas Rugby Burgos cumplirá este año su segunda temporada en la División de Honor B después de ser una de las sorpresas de la categoría, al conseguir la salvación antes de Navidad.
Para este temporada, el objetivo pasa por "asegurar" esa presencia en la categoría y dar también más pasos para escalar posiciones en la clasificación, según explica la Araceli Bermejo, secretaria del club, que explicó junto a Laura Maestro, jugadora, la situación del club. Estuvieron acompañadas por Tomás Fisac, presidente de la Fundación Caja Rural, entidad con la que el club burgalés ha firmado un convenio de colaboración.
La temporada se presenta como un nuevo reto, en una categoría en la que "de los ocho equipos cinco se incorporan", por lo que "no los conocemos". No obstante, la aspiración del Pinguinas Rugby Burgos es estar "entre los primeros puestos".
Del mismo modo, Bermejo indicó que "el segundo equipo debe dar un paso, ya que hay más madurez y puede hacer un buen papel en la liga regional". Además, "habrá muchas de este equipo que se pueden incorporar al primer equipo".
Sobre la plantilla, hay que destacar la marcha de las jugadores holandesas, aunque por el momento se mantienen las jugadoras locales, han llegado "jugadoras de fuera para echar una mano y cada vez más vienen del segundo equipo". La previsión es que puedan llegar dos jugadoras nuevas.
La directiva del club burgalés constataba la progresión del rugby femenino burgalés. "Estar aquí es una muestra de poner las cartas sobre la mesa", apuntó Bermejo. El crecimiento del rugby masculino en los últimos años ha podido influir en la atracción por este deporte. "Nos da algo de visibilidad, pero nos lo estamos ganando", ya que la mayoría de las jóvenes que acuden a probar esta disciplina deportiva se quedan.
Afirmó que es un deporte sobre el que aún pesan algunos clichés, como que "nos pegamos de leches, pero es mucho más". Por ello, animó a las jóvenes, sobre todo entre 13 y 17 años, que se animen a practicar este deporte, ahora en septiembre, en San Amaro, donde se entrena el equipo.
Acuerdos como el firmado con Fundación Caja Rural ayudan a dar esa visibilidad a este deporte. Aunque sean ayudas pequeñas sirven para paliar los grandes desembolsos del equipo, al que solo en los desplazamientos en autobús se les va una gran cantidad de dinero de su presupuesto, por lo que esperan seguir sumando más patrocinadores.
El presidente de la Fundación Caja Rural indicó que con este convenio "cerramos el círculo" de apoyo al rugby, tras la firma de convenios con Aparejadores y Rugby Aranda. "Es un granito de arena, pero es una muestra de nuestro compromiso con el trabajo en equipo, la disciplina, el respeto y el compañerismo", valores que representa este club de rugby femenino.