Segunda victoria en Anduva para un Mirandés que sigue en racha

Segunda victoria de la temporada para un CD Mirandés que fue capaz de imponerse al Albacete Balompié en Anduva firmando un comienzo de campeonato notable pues disputadas cinco jornadas ligueras todavía no conoce la derrota. En una primera mitad bastante igualada y de pobre espectáculo, el equipo de Alessio Lisci consiguió golpear rápido en su primera llegada clara al área con un tanto de Urko Izeta y alcanzó el descanso en ventaja ante un oponente sin respuesta. En la segunda mitad el equipo manchega ni apareció y el Mirandés jugando al tran tran sentenció en el tramo final con un gran gol de cabeza de un incansable Panichelli en una estrategia a pelota parada.

Con un equipo titular ya bastante reconocible por habitual, el once de Alessio Lisci comenzó ambicioso en su planteamiento ante un Albacete dubitativo que al igual que los locales se mostraría impreciso con el balón en este inicio de encuentro poco atractico en el que durante demasiados casi nada sucedió cerca de las áreas. donde incluso había bastante comodidad a la hora de inicarse las jugadas. Sin que ni Lisci ni el entrenador visitante Alberto González parecieran disconformes con el discurrir del encuentro, apenas si hubo alguna hostilidad y el pobre bagaje ofensivo cumplido el cuarto de hora se reducía a un cabezazo lejano de Laucher que no cigió palos y un par de saques de esquina botados por un conjunto manchego cada vez más cómodo sobre el pacífico césped de Anduva. Sin embargo el Mirandés, por muy dormido o tranquilo que pueda parecer, se caracteriza por su mucha electricidad, por su velocidad y capacidad de dinamitar los partidos. Y en el 18´ con un simple patadón arriba a la frontal del rival y mucha pelea de efectivos rojillos más una pared final entre Panichelli y Reina de cabeza, la pelota acaba llegando blanda al área chica para que un listo como Urko Uzieta se adelante a la salida desesperada de Raúl Lizoain y con la punterita aloje el cuero en las redes. El conjunto jabato se adelantaba en el marcador en su primera llegada.

El gol no le sentó nada bien a un Albacete ya con muchas dudas que seguro entonces recordó que llegaba a la cita tras perder sus dos últimos partidos ligueros y después de haber ganado los dos primeros. En mal momento de juego y ánimo que se reflejó en Anduva de forma visible durante el siguiente tramo, con el Mirandés jugando muchos minutos frente a su área y amenazando con un segundo tanto. De esta manera hasta que no se cumplió la media hora de partido los manchegos sólo consiguieron tener algo de posesión y siempre en campo propio muy lejos de Raúl Fernández e incluso con ciertos problemas. Después, lograrían igualar la batalla en la medular pero nunca acercarse con peligro al área, lo que sí prosiguió haciendo el Mirandés a través de un Panichelli que estaba en todas pero no tenía suerte en la finalización.

La primera nota discordante de la buena composición de los de Lisci se vería en el 35´ tras un primer cambio obligado por lesión, en un saque de esquina en contra muy mal defendido donde, en el segundo palo y a medio metro del gol aunque forzado, el visitante Rai Marchán llegó a rematar el envío, pero tan flojo y mordido que a Raúl Fernández le dio tiempo a rectificar y atraparlo. Una ocasión clarísima para un equipo con muy pocos argumentos. En el tramo final el Mirandés tuvo algún que otro pequeño susto y además ya nunca se presentó ante Raúl Lizoain, pero apuros apuros en realidad no pasó.

Con cambios en ambos onces en el reinicio el Albacete buscó de nuevo un ritmo bajo que al Mirandés no le interesó, pues se fue a por el segundo como demostraron Panichelli, Urko Izeta o Hugo Rincón con tres buenas ocasiones en apenas diez minutos. De nuevo el cuadro manchego se quedó sin respuesta y sólo a través de la pelota parada conseguía estar cerca de portería, incluso el recién ingresado Álvaro Rodríguez parecía jugar por eso pues se hinchó a sacar de banda directamente al área. En todo caso poco bagaje para inquietar a un Mirandés que mantuvo el control con comodidad y que además siguió apuntándose las llegadas de mayor o menor peligro pero de manera regular.

Ante tal panorama el visitante Alberto González agotó dos cambios más en el ecuador del periodo, pero su grupo seguiría siendo el mismo equipo plano de siempre y eso ante un Mirandés que ya no arriesgaba nada era más que insuficiente. Así en el 75´ tras una larga jugada combinativa de los rojillos ante un Albacete contemplativo, Jon Gorrotxategi rozaba el gol de la sentencia con un buen chut tras asistencia de Reina y en el 79´ Tomeo casi acierta en un córner pleno de rechaces. En el tramo final no sólo las mejores llegadas siguieron siendo jabatas, es que la escuadra manchega no tendría ni media y sólo en el 93´ cuando ya perdía por 2-0 fue capaz de chutar a palos por primera vez en esta segunda mitad, aunque el cuero se estrelló en la madera.

Finalmente la sentencia llegaría poco antes de la conclusión, en el 84´ cuando a pierna cambiada Alberto Reina bota una falta lateral al área y un Panichelli incansable durante todo el duelo se impone por arriba para marcar de cabeza colocando la pelota muy cerca de la escuadra. Un golazo para rubricar la segunda victoria burgalesa de la temporada.