Supercampeones: Recoletas Caja Rural Burgos vence en una final para la historia

Supercampeones. Con todas las letras. Después de una prórroga agónica, cuando se rozaba el título en los 80 reglamentarios, Recoletas Caja Rural Burgos suma su tercer título, su segunda Supercopa, tras un encuentro extraordinario, una fiesta del rugby regional en Palencia, y con final feliz tras un partido que ya está en la Historia del rugby español con letras mayúsculas.

El Ayuntamiento de Burgos y sus grupos municipales, así como multitud de aficionados burgaleses felicitaron al equipo gualdinegro por la victoria, a los que se unió el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, quien transmisitó su enhorabuena al equipo burgalés por la victoria en la Supercopa de España de Rugby. "Gracias también por este espectacular partido, emocionante hasta el final y resuelto en la prórroga, al VRAC", añadió Mañueco, quien resaltó en su cuenta de X que ambos equipos dieron "un ejemplo de esfuerzo y deportividad dejando claro, una vez más, que el rugby de CastillayLeón es líder en España".

Salida fuerte de las dos escuadras en la soleada matinal palentina y en un ambiente extraordinario en la Nueva Balastera, con el zaguero Arnau Andrés rompiendo la líena defensiva aparejadora en la primera jugada destacable para VRAC, y que acabó n avant con melé para Burgos. Una touch ganada por Recoletas permitía la primera fase ofensiva y Marcel Sirvent buscó a palos la infracción pucelana. Conseguido, cero a tres y ventaja gualdinegra.

Hermosas alternancias de posesión en la medular en un intercambio de patadas profundas, con Burgos queriendo meter ritmo al encuentro, con una defensa perfecta que provocó un par de infracciones por retención del VRAC antes del minuto diez. Tani sirvió con picardía y rapidez la segunda, llegando Recoletas a la línea de 22. Nueva infracción y Sirvent a palos, fácil y centrado para poner el cero a seis, con cuatro castigos para los pucelanos a esas alturas tan tempranas.

Una gran patada de Miejimolle para el VRAC suponía un 50-22 y peligro serio, con una touch y el maul de los azules a cinco metros de la marca, con varias fases yendo hacia la derecha hasta que Arnau Andrés ensayaba pegadito al banderín. Se estrechaban los márgenes, pero cada fase ofensiva de Burgos era una infracción de Quesos Entrepinares y Sirvent volvía a ampliar la distancia con una patada sencilla y centrada desde unos 35 metros.

Golpe de castigo con respuesta idéntica para los de Valladolid muy poco después, cuando una infracción de los aparejadores cerca de la medular la enviaba a palos con pericia Baltazar Taibo para recortar al mínimo las diferencias. El encuentro se movía sin dueño, con alternancias y patadas altísimas ya que la sobriedad de las dos defensas impedían progresar a la mano a los dos ataques.

Partido peleado en cada milímetro de césped, y a los 34 minutos gran jugada de Recoletas entre Facundo López y Tani Bay, quien se fue como una flecha pero, tras su patada, cometía avant justo antes de posar el primer ensayo burgalés que no fue. Sirvent y Taibo, atentísimos, ganaban cada patada alta del rival.

La última jugada del primer periodo, tras una melé para VRAC, era un golpe de castigo que Taibo transformaba para dar la primera ventaja a los pucelanos justo antes del descanso. Balón a palos, 11-9 para el VRAC, y al intermedio.

Pero tras el descanso salieron dormidos los queseros. En el primer minuto, error que dejaba el oval a tres metros de la marca. Tampoco estuvo muy hábil la ofensiva aparejadora, perdiendo la oportunidad del ensayo a dos pasitos de la línea. Maul y balón injugable con suspiros de alivio en los vallisoletanos.

Pero apenas cuatro minutos después, la suerte se alió con Burgos cuando una patada defensiva rebitaba en Facundo López y le caía en las manos a Sirvent, cerca de la marca y desmarcado. Ensayo a placer y conversión para un Sirvent autor de todos los puntos del equipo, sumando poco después otro puntapié de castigo para ampliar a ocho la renta de un Recoletas que había arrancado como un huracán el segundo periodo.

Se refrescaban las primeras líneas y Recoletas Burgos Caja Rural mantenía un alto nivel, jugándose más en el campo del VRAC que en el propio. Tani Bay sacaba la batuta en las melés y los de García y Basso movían bien el balón a la mano, sin dar opciones a los pucelanos. A los 56 minutos Feta entraba como cuchillo en mantequilla, jugada que acababa en la 22 del VRAC con pick and go para los gualdinegros forzando el enésimo golpe de castigo de la zaga azul. Sirvent machacaba desde cerca con una patada que suponía el 11-22.

El encuentro era un recital burgalés, sabiendo aprovechar además los errores de un VRAC, como otro retenido para la patada precisa de Sirvent en el ecuador del segundo acto y desde unos 45 metros. El catalán no fallaba una patada y llegaba a los 25 puntazos en su haber. Se olfateaba un nuevo título, pero el rugby... ay, amigos, el rugby.

VRAC Quesos Entrepinares se lanzaba con todo, jugando a la mano las infracciones porque a los de Diego Merino sólo le valían los ensayos. Así un viejo conocido como el valenciano Marc Sánchez lograba una marca a base de empuje y el marcador se estrechaba, con un error de Boronat en la recepción de un puntapié dando ocasión a los pucelanos a buscar otra jugada dinámica en ataque. Nervios para Burgos, que se defendía alejando los ovales de su 22 como podía ante el empuje de un renacido VRAC.

Una gran jugada a la mano entre De la Lastra y Alonso llegaba a Martiniano Cian, quien asistía pegado a la cal a González del Pino. Ensayo precioso del 13 pucelano y empate en la patada de Taibo. 

Minutos de pesadilla para los aparejadores, aunque una infracción de Marc García permitía la patada a palos de Iñaki Mateu, ya sin Sirvent en el césped. Minutos finales agónicos y ventaja de tres para Recoletas Caja Rural, con VRAC buscando la infracción en cinco minutos de fases de lado a lado sin buscar el ensayo. Al final encontraron ese puntapié centrado, lo anotaba Taibo en el 88´, y a la prórroga.

Dos tiempos de diez minutos y pura agonía, con mucho cansancio y errores impropios como una pérdida burgalesa en una touche producto del agotamiento.

Sucesión de imprecisiones, avants, jugadores en el suelo simplemente destrozados... Melé para Burgos y patada profunda que Cian cubría hasta que se perdía en banda, melé para los pucelanos y al final, descanso en la prórroga sin más novedad.

Los últimos diez minutos de la final obligaba a Recoletas Caja Rural a anotar, ya que VRAC había logrado más ensayos, tres por uno, y ello le daba el título en caso de empate al final del suplemento. Ganaba metros el XV aparejador e Iñaki Mateu intentaba un drop sin éxito, saque de 22 para los de Valladolid y nuevo intento de drop burgalés, fuera por poco. Las fases ofensivas de Recoletas no cuajaban.

Una jugada de coraje aparejador en el 97´ permitía robar el oval y soñar con la anotación. A los 98 y medio, infracción del VRAC y golpe de castigo, el título de nuevo al alcance y con la explosión de euforia en la perfecta patada de Iñaki Mateu. Desesperados los pucelanos en el último ataque perdían el balón, y la contra burgalesa era el ensayo de la confirmación obra de Pablo Rascón. 28-38 final y alirón merecido. Menudo encuentro de rugby.