ESPECIAL TRANSPORTE Y LOGÍSTICA / EVOLUCIÓN
El transporte de mercancías por carretera trata de compensar los efectos del parón de la economía
El estado de alarma de primavera frenó la actividad del sector en la Comunidad entre abril y junio, aunque el primer trimestre prolongó la mala evolución de 2019 que trastocó la recuperación de los años anteriores
La actividad del sector del tranporte por carretera comenzaba el año 2020 con la mismo objetivo que viene persiguiendo desde hace una década: volver a las cifras anteriores al año 2007 y el estallido de la crisis económica. Los profesionales y empresas de este área de la economía parecían haber superaro el puerto más complicado y empezaban a rodar cuesta abajo gracias al notable incremento de la movilidad interior de mercancías de 2018, que prolongaba una tendencia positiva de cinco años. Pero, de nuevo la carretera se llenó de curvas en 2019 con cifras muy por debajo de las registradas en el año precedente. Ese empeoramiento de las circunstancias del sector se habría prolongado durante el primer trimestre de 2020, antes de que se produjera el cataclismo de desatado con la irrupción de la epidemia del coronavirus y la posterior declaración del estado de alarma.A partir de ahí, el sector hace borrón y cuenta nueva y debe empezar a recuperar de nuevo una actividad que siempre está condicionada a la marcha general de la economía. En ese sentido, el transporte de mercancía se coloca en los estadios finales de la cadena de producción y comercialización, de forma que las diferentes ramas del transporte de mercancías sufren las consecuencias de la caída de producción de la industria y la bajada de las ventas de los productos manufacturados; de la misma forma que se ven afectadas por la reducción de la actividad comercial minorista. Complementariamente, además, el sector del transporte de viajeros está pasando una de sus peores épocas, superior incluso a la crisis económica de hace una década con una reducción muy significativa de sus cifras de negocio.Como una bola de nieve que arrastrase a su paso todo lo que encuentra, esta nueva crisis sanitaria y económica, barre en cadena a unos sectores detrás de otros y si el transporte atraviesa un momento complicado con una caída de actividad cercana al 20%, el sector del combustible que engloba a las estaciones de servicio experimenta una reducción en terminos similares de su facturación.La segunda ola de la epidemia del coronavirus ha llegado en un momento en el que el transporte de mercancías y viajeros está bajo de defensas, con menos carga de trabajo y un régimen de precios bajos que limita la facturación.Además, el buen comportamiento del transporte de mercancías por carretera en los últimos cinco años no había sido suficiente para revertir el fuerte descenso experimentado durante los años de recesión económica entre 2007 y 2013. En particular, las cifras de 2018 son un -38,1% y un -9,6% inferiores a las alcanzadas en el año 2007 en términos de toneladas y toneladas-kilómetro respectivamente. Este mejor desempeño de la variable de toneladas-kilómetro se explica por el buen comportamiento del transporte internacional, que ha servido como soporte a la estrategia de internacionalización llevada a cabo por la economía española, según los datos que aporta el informe anual del Observatorio de Transporte y Logística que elabora la División de Estudios y Tecnología del Transporte de la Secretaría General de Transporte del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.2020, a peorLos últimos datos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, consultados por Ical, reflejan un descenso notable en las mercancías que se movieron por las carreteras de Castilla y León entre enero y junio hasta situarse en las 60,6 millones de toneladas, frente a las 72,5 millones del mismo periodo del año anterior. Su comportamiento fue notablemente peor que en el conjunto del país.En concreto, las empresas movieron 711,9 millones de toneladas en los primeros seis meses del año en España, lo que supuso un 6,74 por ciento menos que un año antes. Por tanto, el descalabro del sector en Castilla y León fue mayor, puesto que su actividad se redujo más del doble que en el conjunto del país. También la Comunidad contuvo en el segundo trimestre más el flujo de mercancías, con un 18,9 por ciento menos frente al 11,2 por ciento de la media nacional.La Encuesta Permanente de Transporte de Mercancías por Carretera (EPTMC), elaborada por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, revela que, en la quincena del 15 al 28 de marzo, cuando se decretó el estado de alarma, las toneladas transportadas descendieron un 21,2%, con respecto al mismo periodo del año anterior, y las toneladas-kilómetro producidas cayeron un 15.1%.«Preocupación» e «incertidumbre» sienten los profesionales de este sector en esta segunda ola del COVID-19, según el palentino Óscar Baños, portavoz de la Federación de Empresas de Transporte de Mercancías por Carretera de Castilla y León (Fetracal). Aseguró que la carga de trabajo no se ha recuperado todavía y que la escasez de encargos ha bajado los precios, lo que complica más aún la supervivencia de las empresas, por lo que indicó que algunas ya han echado el cierre«Si el país está en movimiento, nosotros, que somos imprescindibles, nos movemos», expuso Baños, vicepresidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales de Transporte por Carretera (Conetrans). Aunque los transportistas dedicados a la alimentación sí que están teniendo una mayor número de trabajo, en general, el resto ha visto disminuida su actividad notablemente por el coronavirus y por sus brotes actuales.Además, Óscar Baños indicó que el cierre de las térmicas en Castilla y León, la reducción de la producción de la industria del automóvil y la menor demanda de carburantes deja un panorama complicado este 2020. También, indicó, sufren los «altibajos» en la actividad y la ausencia de viajes de retorno, lo que reduce sus beneficios.Asimismo, el portavoz de Fetracal aprovechó para reclamar a las administraciones que no eleven los impuestos al sector, así como que se mantenga el gasóleo profesional, que se aparque el pago por uso de las carreteras y mejoras en la carga y descarga y en los tiempos de espera.Más información en la edición impresa