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ESPECIAL TRANSPORTE Y LOGÍSTICA / viajeros

Autobuses sin pasajeros

La línea de Burgos a Madrid pasando por Aranda ha perdido el 33% de viajeros

Un autobús de la línea a Madrid con el aforo reducido. / L. V.

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LORETO VELÁZQUEZ / ARANDA
Burgos

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El grave impacto que la crisis del COVID-19 está suponiendo para el sector del transporte de viajeros por carretera en nuestro país se resume en dos cifras, la pérdida de 1.500 millones de euros, tan solo en el primer semestre del año, y la posible desaparición de unos 30.000 puestos de trabajo, lo que supondría el cierre de muchas de las empresas que en estos momentos están operando en toda España. Con esta valoración de la Confederación Española de Transporte en Autobús (Confebus) coinciden el responsable de la empresa Aisa, adjudicataria del servicio de autobús entre Aranda de Duero y Burgo de Osma y Madrid, que califica el impacto del coronavirus como una «hecatombe», que ha llevado a una pérdida de viajeros del 33% a esta línea, según explica. «Vamos a esperar para ver si el Ministerio toma alguna medida porque somos muchos operadores afectados», confían.

«Pediría al Gobierno que obligue a los bancos a que nos den un año de carencia y nos retrasen un año los pagos»

En ese sentido, Confebus ha presentado al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana un Plan de Recuperación y Resiliencia del Transporte de Viajeros por Carretera basado en cuatro ejes, transformación ecológica, digitalización, empleo y servicio público. Este último eje busca no solo compensar directamente a las empresas más afectadas por el reciente parón económico, sino también actuar sobre las infraestructuras del transporte de viajeros por carretera, trabajar en la mejora de la imagen del sector, así como en el avance en planes específicos para el turismo y otros con enfoque territorial. 

Por su parte, la responsable de Autocares Bayo, Yolanda Bayo, propone desde su experiencia en la Ribera del Duero que «pediría al Gobierno que obligue a los bancos a que nos den un año de carencia y nos retrasen un año los pagos», señala. La situación advierten es límite. «Vamos directos a la ruina», lamenta. Por su parte, el gerente de Autobuses Patri hacía hicapié en que el sector ha «perdido la época más fuerte del año, la de primavera», una circunstancia que ha generado «mucho daño», por lo que para Fernando Dávila, de Autobuses Clemente, la única opción es que los bancos y el gobierno se den cuenta de que si no ayudan ahora desaparecerán muchas empresas, y con ellas, miles de empleos.

Esta situación de pérdidas hace que Aisa no descarte  pedir al Ministerio de Fomento un reequilibrio económico por las pérdidas acumuladas.

Desafíos del sector a corto plazo

El pasado lunes 26 de octubre, Confebus celebró su asamblea anual y vino a concluir que el sector del autobús se encuentra en un momento de gran incertidumbre por la restricción de la movilidad, que ha sido, es y será la principal medida adoptada por los gobiernos para evitar la propagación del COVID. Por tanto, toda la industria de la movilidad está siendo una de las actividades más afectadas por la crisis sanitaria, junto con la actividad turística.

Además, los profesionales del transporte de viajeros hicieron un llamamiento al Gobierno a levantar la limitación de aforos en el transporte, como ya ha ocurrido en Aragón y Murcia. Una medida que carece de sentido, según Confebus, ya que «el nivel de contagios en el transporte público es inferior al 1%, como atestiguan todos los estudios existentes hasta la fecha». «El autobús es un espacio seguro y así se ha trasmitido al Gobierno», explicaron. «El sector tiene futuro. De eso no tengo ninguna duda. El papel del autobús ha sido esencial en la movilidad y el bienestar social, y creo que lo será aún más cuando todo esto termine y se reactive la movilidad y el turismo. Por su flexibilidad, capilaridad y respeto por el medio ambiente, el autobús jugará un papel capital en la recuperación, estoy convencido”, declaró el máximo responsable de Confebus, Rafael Barbadillo.

Por otro lado, la patronal del transporte de viajeros ha reaccionado ante la posibilidad de que se les aplique una subida de impuesto y ha solicitado al Gobierno que el transporte público de viajeros por carretera quede excluido de este incremento del IVA, al ser un sector económico que es de primera magnitud y que, además, se encuentra en una crítica situación económica, como consecuencia de la fuerte disminución de la demanda