LA REFORMA DE LAS PENSIONES
Del Pacto de Toledo a la búsqueda del «equilibrio» entre la Seguridad Social y las pensiones privadas
Octavio Granado y Juan Carlos Aparicio analizan la última reforma del Gobierno y las posibilidades que brindan los planes de empleo en el debate organizado por El CORREO DE BURGOS e Ibercaja
Se conocen desde hace tiempo y les encanta debatir sobre el pasado, presente y futuro de las pensiones. Burgaleses de pro y exsecretarios de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado (PSOE) y Juan Carlos Aparicio (Partido Popular) se vieron de nuevo las caras este jueves para desgranar las últimas medidas promovidas desde el Gobierno de Pedro Sánchez y exponer su opinión, coincidente en lo elemental, acerca de los planes privados. Invitados por EL CORREO DE BURGOS e Ibercaja para hablar sobre La reforma de las pensiones en el sistema público y en el sistema privado, no dudaron en reivindicar una vez más el Pacto de Toledo, que como bien recordó Aparicio sirvió para que «la Seguridad Social pasase la ITV».
A la hora de abordar la última reforma pero sin pasar por alto las anteriores, quien fuera ministro de Trabajo y alcalde de Burgos subrayó que los cambios deben ser «graduales». Es decir, «no conviene dar volantazos, frenazos ni acelerones» sino «marcarse un rumbo e intentar mantenerlo». Además, no dudó en hacer hincapié en varias ocasiones en la cautela a la hora de gastar, ya que las pensiones se deben gestionar «sabiendo que hay épocas de vacas flacas». Y dentro de lo que cabe, considera que España es un país «bastante bien posicionado» dentro de Europa a la hora de destinar recursos en este ámbito.
Si en algo insistió Granado, totalmente en sintonía con Aparicio, fue en la necesidad de garantizar un «equilibrio» entre el sistema público y los planes privados. Hablando en plata, el político socialista esgrimió que el Estado ha de ser «solidario» con «alguien que enferma o enviuda», pero no tiene por qué serlo con «otras personas que no quieran pagar o que en función de una decisión que han tomado pagan menos».
Respecto a la edad de jubilación y las previsiones de que cada vez se retrase más, Granado remarcó que «por primera en la historia de la Seguridad Social, este año más de la mitad de los trabajadores por cuenta ajena se van a jubilar después de los 65 años». Las razones, más allá del plano económico, obedecen según su criterio a una cuestión eminentemente sociológica. De entrada, porque la esperanza de vida ha aumentado considerablemente en las últimas décadas. Además, la maternidad suele llegar más tarde y «todas las profesiones no son iguales». Por lo tanto, defiende la aplicación de «incentivos para que (los trabajadores) se jubilen más tarde pagándoles mejor».
Aparte de indicar que el «maremágnum» de ayudas gubernamentales que han proliferado de un tiempo esta parte generan un «problema» de «plantillas debilitadas» en la Seguridad Social, Aparicio sentenció que «las prestaciones no contributivas habrá que pagarlas con impuestos generales y no a través de los cotizantes». Por otro lado, alertó de que «se ha disparado el gasto en incapacidad temporal» porque la mayoría de diagnósticos que culminan en bajas laborales dependen de una «España descentralizada» en materia de salud. Por eso, y porque los sistemas complementarios «no están funcionando adecuadamente» al presentar «problemas estructurales», el exalcalde hizo un llamamiento tanto al Gobierno central como a las comunidades autónomas para «olvidar las rencillas» y buscar el bien común.
Sobre la complementariedad del sistema público y el privado, Granado cree que «lo lógico es que todo el mundo tenga acceso a los planes de empleo». Algo que en su opinión acabará sucediendo por el «efecto tractor de atracción» que ya se intuye en sectores como la hostelería, cuya patronal se ha planteado el objetivo de que «en 2024 haya planes de empleo en todos los convenios provinciales». Para ello, eso sí, Aparicio puntualizó que «no podemos hacer trampas al solitario» porque «no se trata de repartir y repartir, se trata de crear».
Si algo quedó claro durante el debate es que Aparicio y Granado coinciden en mucho pese a defender diferentes siglas políticas. Una de las conclusiones del socialista, seguramente compartida por su amigo ‘popular’, fue que hay que intentar que «la Seguridad Social siga siendo nuestra seña de identidad», ya que «si algún día se debilita nuestra seña de identidad es porque nuestro estilo de vida se debilita».