Calidad por bandera

Con la calidad por bandera, late orgulloso el corazón amarillo de Tierra de Sabor, grabado ya en la retina de los consumidores de todo el país. Ese era, de hecho, el propósito con el que allá por 2009 nacía esta marca de garantía que ha crecido al calor de una región que mira y mima a su entorno natural, origen de su riqueza y razón para presumir.

Impulsar la notoriedad y el prestigio del sector agroalimentario de Castilla y León era el objetivo desde el principio. Aún hoy lo es. Pero hay más. 

Y es que Tierra de Sabor «permite garantizar a clientes y consumidores la identificación del origen y autenticidad del producto, asegurando un alto nivel de calidad, defendiendo la labor de los productores y diferenciando nuestras enseñas en un mercado cada vez más globalizado y competitivo», explican desde el Instituto Tecnológico Agrario (ITACyL) dependiente de la Consejería de Agricultura y responsable de la gestión de este sello.

Las mismas fuentes subrayan el efecto vertebrador de un proyecto que aglutina a todo el sector agroalimentario y que potencia la cohesión territorial con un impulso simultáneo de las viandas de cada rincón en el resto de la Comunidad. Da pie esta apuesta, por tanto, a una nutritiva retroalimentación en el más puro sentido de la palabra.

En definitiva, «es una suma de esfuerzos que nos permite crear una marca de dimensión nacional, ocupar un espacio único de productos que tienen tradición, historia y nombre y apellidos de los productores de las materias primas con los que están elaborados y ofrecer una respuesta conjunta a los profesionales y compradores que exigen conocer al detalle aquello que adquieren y consumen».

Catorce años después de iniciar su camino Tierra de Sabor se ha convertido en la mayor despensa de productos de calidad de España. En la actualidad, hasta 6.000 lucen el corazón amarillo en su envase, de 900 empresas diferentes, datos que elevan a este sello a referente nacional. 

Así lo acredita de hecho el último estudio elaborado por la consultora Nielsen sobre la imagen y el posicionamiento de la marca en cuestión. Concluye este informe que el castellano y leonés es el marchamo de calidad «más conocido por los consumidores españoles, contando además con el cariño y el compromiso de sus productores adheridos, que valoran a Tierra de Sabor con 7,4 puntos sobre 10». Notable resultado, pues, obtiene el esfuerzo de la Administración regional para «conjugar tradición e innovación en continuo desarrollo, para disfrutar de los sabores de siempre como nunca antes había sido posible».

Más allá de una calificación, avala el éxito consolidado de la iniciativa la acogida de la industria agroalimentaria con miles de productos autorizados desde su lanzamiento hasta la fecha. La diversidad manda: «Dentro de la cartera de alimentos y bebidas que aglutinamos destacan las carnes, tanto frescas como transformadas, seguidas de vinos, derivados de cereales, lácteos, frutas y hortalizas o legumbres», explican desde ITACyL.

Sobre las empresas adheridas, cabe remarcar la resiliencia que exhiben, así como su apuesta decidida por la calidad como factor competitivo: «El primer rasgo que hay que poner de relieve es que se trata de industrias que a pesar de la crisis y de la erosión de los márgenes que han experimentado en los últimos años mantienen este empeño de excelencia tanto en sus materias primas como en los procesos de transformación».

VALORES

En relación con el tamaño, abundan las pequeñas y medianas firmas ubicadas en el medio rural, aspecto que subraya el papel de este sello como revulsivo ante el reto demográfico que afronta la región y la provincia de Burgos. Dentro de ellas sobresalen aquellas dedicadas a la artesanía alimentaria (una de cada cuatro) cuya singular producción requiere de apoyo específico para poder plantar cara a productos rivales. Es ahí especialmente cuando Tierra de Sabor marca la diferencia.

El desarrollo económico sostenible que facilite fijar población en el medio rural y el apoyo a pequeños y medianos productores ya citados forman parte del listado de ocho valores que rigen el rumbo de la iniciativa. 

A ellos se suman otros ya sugeridos en los objetivos establecidos desde su puesta en marcha: sumar esfuerzos para definir una gran marca, responder a la exigencia de origen y autenticidad de los consumidores, impactar positivamente en el medio ambiente al reducir los costes del transporte, aplicar innovación a la materia prima que respeta los modos tradicionales, brindar garantía para todos con estrictos controles de calidad e identificar un estilo de vida basado en la seguridad alimentaria.

PROYECTOS VINCULADOS

Consolidados sus efectos en el sector primario, Tierra de Sabor abría su paraguas a otros ámbitos estrechamente relacionados, tales como el comercio, la hostelería y la restauración. Este paso se concreta en varios proyectos vinculados.

Restaurantes de la Tierra es uno de ellos y está inspirado «en la calidad de los alimentos de una de las regiones más grandes Europa». «Su finalidad es distinguir en el mercado a los negocios que regularmente se proveen de productos originarios de Castilla y León autorizados para usar su sello de calidad», explican desde la Consejería de Agricultura. Actualmente 17 restaurantes de la región y de Madrid cuentan con esta distinción.

Club Selección es un modelo de negocio «con alto grado de diferenciación» al que se cede el uso de la marca ante la apertura de dos posibles establecimientos, gastrobar (incluye degustación) o tienda (solo venta).

Otra línea de actividad, pensada en concreto para «todos los que viven fuera de España y quieren disfrutar de nuestra famosa dieta mediterránea», es la bautizada Heart of Spain. Distintivo internacional que señala a los productos agroalimentarios de Castilla y León que se comercializan en mercados internacionales, así como a tiendas gourmets y restaurantes ubicados en distintos países del mundo. 127 productos de 16 empresas cuentan ya con la mención específica y hay dos establecimientos operativos, uno en Cork (Irlanda) y otro en Tampere (Finlandia).