«Es muy importante que todos los polígonos estemos unidos»

Nadie imaginaba lo que estaba por venir hace 25 años. Ni la crisis económica de 2008 y mucho menos una pandemia mundial. Sin embargo, el polígono de Villalonquéjar no ha dejado de crecer en todo este tiempo. Sorteando obstáculos, desde luego, pero siempre con el firme objetivo de atraer nuevas inversiones para que Burgos siga siendo, de lejos, el referente industrial de Castilla y León. 

La presidenta de la Asociación de Empresarios del Polígono de Villalonquéjar (AEPV), Silvia Pereda, echa la vista atrás desde la perspectiva presente. Considera, en términos generales, que «la evolución del polígono ha sido espectacular». Sobre todo en los últimos años, marcados por el crecimiento gracias a una «industria renovada y dinámica». Los datos, que se los sabe de carrerilla, hablan por sí solos: más de 8 millones de metros cuadrados, 550 empresas y alrededor de 15.000 trabajadores. 

Hubo que lidiar, eso sí, con un periodo de vacas flacas que tuvo un «impacto significativo en el crecimiento de Burgos y de España en general». En cuestión de pocos años, la ciudad sufrió una considerable sangría demográfica y muchos sectores, sobre todo el de la construcción, se vieron seriamente afectados. Obviamente, «la recesión resultante llevó a una disminución de la inversión y a un aumento del desempleo». No fue hasta 2014, según apunta Pereda, cuando «empezó a vislumbrarse indicios de crecimiento económico y mejoras en el mercado laboral». Aún así, todavía «podemos observar desafíos como el desempleo persistente o la deuda pública elevada». 

Unidad de acción

El gran polígono de la Comunidad tiene mucho de lo que presumir y mucho que ofrecer. No en vano, Pereda va más allá de Villalonquéjar porque es consciente de que el empuje industrial Burgos debe potenciarse en equipo. «Es muy importante que todos los polígonos estemos unidos», enfatiza en relación a las «sinergias» ya generadas y las que debieran implementarse. En este sentido, uno de los principales propósitos de la AEPV es fomentar el asociacionismo «con la misma participación» en la Oficina de Economía Circular, en colaboración con la Fundación Caja de Burgos, que entró en funcionamiento a principios del presente año. 

Otro factor clave para que el tejido industrial burgalés se refuerce es el «apoyo y participación activa» de las universidades, tanto la pública (UBU) como la privada (Isabel I). El respaldo «ha estado siempre», pero cree que «debemos pensar en colaboraciones más estrechas entre las empresas locales y las instituciones, incluyendo programas de prácticas, proyectos de investigación conjunta y el establecimiento de cátedras empresariales». También, cómo no, aboga por «promover el emprendimiento» al tiempo que se afianza una «alineación con las necesidades y demandas locales». 

Presente y futuro

No le cabe duda a Pereda que la ciudad hubiese crecido muchísimo más de no ser por la crisis. Sea como fuere, destaca el «impresionante» impulso que ha supuesto la ampliación de Villalonquéjar IV, que cuenta con «una estructura empresarial muy diversificada de diferentes ramas pioneras y punteras en todos los sectores». Se ha revitalizado, por lo tanto, la actividad económica en la zona y es de agradecer «el desarrollo de nuevas infraestructuras y servicios para atraer más inversión y contribuir al crecimiento sostenible a largo plazo». 

Ante esta tesitura, la presidenta de la Asociación de Empresarios de Villalonquéjar apunta que «el polígono se queda sin margen de maniobra para poder crecer mucho más». Por eso, precisamente, le parece de «vital importancia» que se trabaje en determinados aspectos como el Sistema de Certificados de Ahorro Energético (CAE), la «búsqueda de terrenos» y una mayor previsión tanto a corto como a largo plazo. Tampoco hay que olvidar la guinda del pastel que tanto tiempo lleva en barbecho y que, por fin, parece que será una realidad más temprano que tarde: el Parque Tecnológico. 

«Queremos crear una infraestructura de gestión medioambiental que mejore la imagen de nuestro polígono y que favorezca la implantación de nuevas empresas»Silvia Pereda, presidenta de la Asociación de Empresarios de Villalonquéjar

Siempre se ha dicho que Burgos lo tenía todo para consolidarse como enclave industrial de primer orden en el país. Y así es, recuerda Pereda, gracias a su «ubicación estratégica, nodo de comunicaciones, nodo logístico, con accesibilidad y conectividad con el aeropuerto, puerto seco y ferrocarril». No obstante, reivindica el Tren Directo para facilitar la conexión con Madrid haciendo parada en Aranda de Duero y el Corredor Atlántico. Así las cosas, hace suyo el lema de «Burgos exige respeto y futuro». 

Industria sostenible

En una provincia que acapara el 20% de las exportaciones industriales de la región y con dos sectores (metal y agroalimentario) de enorme peso en clave nacional, resulta imprescindible reforzar lo que funciona y, al mismo tiempo, atraer a «sectores innovadores que generen un alto valor añadido». Para lograrlo, la máxima representante de la AEPV hace hincapié en un «elemento diferenciador» que ha situado a Villalonquéjar como ejemplo a seguir en el resto del país: la «sostenibilidad». 

De lo que se trata, según detalla, es de «generar un entorno cuidadoso con el medio ambiente, utilizando de forma óptima los recursos a través de la aplicación de la economía circular». Para cumplir dicho objetivo, la patronal de Villalonquéjar pretende «crear una infraestructura de gestión medioambiental que mejore la imagen de nuestro polígono en este área y que favorezca la implantación de nuevas empresas, incluyendo emprendimiento social y la generación de nuevos empleos».