El Correo de Burgos

FUTURO INCIERTO PARA LA CORONA

La reina en jaque

La marcha de Enrique y Meghan abre una nueva crisis, en el drama permanente de la familia real británica

La reina Isabel II de Inglaterra.-EFE / ANDY RAIN

La reina Isabel II de Inglaterra.-EFE / ANDY RAIN

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BEGOÑA ARCE
Burgos

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En su discurso tradicional el día de Navidad, Isabel II habló del 2019 como un año “lleno de baches”. Se refería al país, dividido por el ‘brexit’ y a su propia familia. Un mes antes se había reavivado el escándalo del príncipe Andrés y su peligrosa amistad con el billonario pedófilo Jeffrey Epstein. Desgraciadamente para la soberana, el 2020 ha comenzado con otro “bache”. La marcha sin previo aviso de Enrique y Meghan ha roto los esquemas de la Corona, aunque la sorpresa quizás no fue tal. La distancia del matrimonio venía siendo patente desde hacía meses. En aquel discurso de la regia abuela hubo un signo de que la pareja había caído en desgracia. En la mesita al lado de la monarca había varias fotos de la familia, pero la de los duques de Sussex había desaparecido.FIN DEL REINADO “Se sentían cada vez más lejos de la familia real y creo que pensaban que iban a ser expulsados de algún modo”, ha declarado el periodista de la cadena de televisión ITV, Tom Bradby, amigo de los duques. Bradby fue el autor del documental emitido este otoño, 'Harry y Meghan: un viaje por África', en el que el príncipe confesaba públicamente, por primera vez, las discrepancias con su hermano Guillermo. Meghan taciturna, hablaba de sus problemas con la prensa y su papel en la realeza. El periodista da a entender ahora, que el matrimonio decidió marcharse, antes de que le empujaran. A los 93 años, Isabel II se enfrenta a una nueva crisis, en el drama permanente que es su familia. En coordinación con el príncipe Carlos y su nieto Guillermo, ha pedido a los consejeros reales que den con una salida al nuevo desafío, inmediatamente. “La reina es una mujer práctica y va a tratar de encontrar una solución que funcione”, declaraba el viernes el experto en protocolo real, William Hanson, en un encuentro con la prensa extranjera en Londres. “Está al final de su reinado y quiere dejar la monarquía en buen estado”, subraya Hanson. Pero el de Enrique y Meghan no es el único frente abierto actualmente en la familia real.     ANDRÉS Y EL FBIMucho más difícil es la situación con el príncipe Andrés, apartado de cualquier responsabilidad oficial. El duque de York está a la espera de lo que suceda con las investigaciones que realiza el FBI en Estados Unidos, sobre la red de abuso de menores organizada por Epstein, quien apareció muerto en su celda este verano. Una de las víctimas, Virginia Roberts, volvió a repetir en noviembre, en un documental de la BBC, que el príncipe Andrés la obligó a tener relaciones sexuales con él, cuando era menor de edad. Otras denunciantes recuerdan haberle visto en varias de las mansiones de Epstein.  MONARQUÍA Y 'BREXIT'Como cada vez que estalla una crisis en la familia real, los republicanos creen que el nuevo fiasco les acerca a su objetivo de abolir la monarquía. “La reina y el príncipe Carlos parecen sentirse a gusto con todos los elementos y formalidades de las obligaciones reales, pero cada vez está más claro que la generación más joven no es tan entusiasta”, afirmaba Graham Smith, al frente de la organización Republic, tras los acontecimientos de esta semana. “La familia real tiene problemas y, con la próxima sucesión en el horizonte, esos problemas sólo van a empeorar”. Pero los republicanos siguen siendo una pequeña minoría en Gran Bretaña. Quieren ignorar el apego de los ciudadanos a una institución, que potencia su sentido de identidad nacional. Ese sentimiento va a ser presumiblemente aún más intenso cuando el ‘brexit’ sea una realidad y el país trate de reforzar sus esencias frente al resto del mundo. La línea de sucesión al trono está asegurada. La marcha de Enrique, sexto en esa línea sucesoria, puede crear un vacío, hacer mucho ruido, pero no abre una crisis constitucional. “La monarquía va a sobrevivir. No la va a dañar”, afirma Hanson. El desplante de Enrique y Meghan, “no es tan malo como lo del príncipe Andrés”, añade, sin más comentarios sobre este caso, “por razones legales”. Un asunto cuyas consecuencias pueden ser graves para la reputación de la Corona.  

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