PERSONAJES ÚNICOS / JOSÉ FRANCISCO SANZ REQUENA
El intérprete del universo frío
Un profesor de la Universidad Europea Miguel de Cervantes investiga las peculiaridades de la mayor corriente en chorro del planeta Saturno que ayudan a comprender fenómenos atmosféricos en la Tierra / Difunde la ciencia por todos los puntos de la sociedad
Creció con los pies en la tierra, pero con una fuerte conexión con el aire. Este amante del universo frío estudió Ciencias Físicas «por placer». De hecho, reconoce que lo volvería a hacer «una y mil veces». José Francisco Sanz Requena es un viajero espacial de laboratorio. Con su telescopio recorre los planetas y descifra los fenómenos atmosféricos.Es verdad que no siempre fue así. Tras doctorarse en la Universidad de Valladolid (UVA), tuvo que hacer la mili, ya que no podía solicitar más prórrogas. «Aún así», asegura, «me gustó mucho la experiencia». De esa etapa guarda un inmenso cariño. Con el Servicio Militar superado, trabajó en varias empresas, sobre todo relacionadas con el medioambiente.El siguiente paso en su camino vital fue la docencia. Recaló en el colegio Maristas de Palencia, donde impartió clases de Física en Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato. Su carácter inquieto le llevó a investigar. Daba igual el lugar, la hora o el día. Y, sin buscarlo, lo que siempre fue su pasatiempo –«o mi vicio», sostiene– se convirtió en su sustento.La llegada a la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC) cambió su vida. Ahora, además de formar parte de la cantera de profesores, pertenece al grupo de Ciencias Planetarias de la Universidad del País Vasco. Su actividad investigadora se centra en el estudio observacional y teórico de la dinámica, meteorología y las nubes de las atmósferas planetarias con especial interés en las de los gigantes gaseosos –Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno–.La base de su trabajo, según cuenta, reside en los datos suministrados por diferentes misiones espaciales y de numerosos observatorios en tierra. Además, su grupo de investigación ha participado en el instrumento Virtis en la misión Venus Express de la Agencia Espacial Europea.El equipo en el que colabora Sanz Requena también ha dejado su sello en una cámara planetaria de alta velocidad para su uso en telescopios de la clase 1-2 m. Las misiones forman parte de su currículo. La más importante a la que se ha enfrentado es la Mars 2020 Rover Mission dirigida por la NASA con el propósito de lanzar un astromóvil en 2020.En esta tarea, destaca el investigador de la UEMC, el grupo de Ciencias Planetarias ha participado en el desarrollo de MEDA, una especie de estación meteorológica que irá en el robert y que caracterizará los ciclos diurnos y estacionales de las propiedades del polvo ambiental (distribución de tamaño y formas, función de fase, etc.) y la respuesta temporal a los cambios y fenómenos meteorológicos. Asimismo, también registrará y caracterizará la presión ambiental al nivel de la superficie, las temperaturas del aire y del suelo marciano, la humedad relativa al entorno, los vientos y la radiación ultravioleta, visible e infrarroja.El grupo de la Universidad del País Vasco también coordina una red que ha desarrollado el software PVOL para ayudar en la búsqueda y selección de las observaciones planetarias realizadas por astrónomos aficionados.A nivel particular, el vallisoletano está inmerso en una investigación del Polo Norte de Saturno, en concreto de una formación nubosa «un tanto rara» que es el Hexágono. «Hace poco la ha pasado por el Polo Norte y ha sacado unas imágenes espectaculares de este fenómeno», señala.
Sanz Requena es un divulgador nato. Por este motivo, imparte charlas en colegios, participa en la Universidad de la Experiencia y difunde sus conocimientos a través de las ondas. En la UEMC también deja su sello en actividades como Café y Ciencia, un ciclo dirigido tanto a universitarios como al público en general, en el que se tratan diversos aspectos de la ciencia desde un punto de vista diferente.Según reconoce, su mayor conquista es trabajar en lo que le gusta. «Para mí ir a trabajar no supone ningún esfuerzo». Sí que es verdad, considera, que a veces se sufre y hay disgustos, pero, en su opinión, es «algo intrínseco» a la docencia y a la investigación.La publicación de un artículo sobre la atmósfera de la región ecuatorial de Saturno en la revista Nature ha supuesto un antes y un después. «Supongo que me siento como cuando un futbolista gana la Champions», señala el vallisoletano, que comenta que publicar en un medio de comunicación de este nivel es «muy difícil», ya que hay que pasar un montón de filtros. Eso sí, aunque no quiere resultar vanidoso, apunta que su grupo de investigación es conocido a nivel mundial y organismos como la NASA o la Agencia Espacial Europea tienen muy presente su opinión.Para Sanz Requena, la investigación y la innovación son dos caminos distintos que se entrecruzan para cambiar el mundo. «Da la sensación de que quien no innova no investiga y viceversa, y nada más lejos de la realidad. Hay que hacer buena ciencia básica para que después tenga su repercusión a nivel tecnológico, que parece ser la parte más relacionada con la innovación. Pero hay que empezar la casa por los cimientos no por el tejado», recomienda.Sobre el reconocimiento del talento por parte de la sociedad, comenta que hay que cambiar el chip, puesto que, tal y como explica, la televisión «vende» un concepto que nada tiene que ver con la realidad. «Llega un momento en el que pierdo la perspectiva de lo que realmente es. En cualquier caso pienso que el talento es algo que hay que desarrollar y cuidar día a día y si no lo hacemos de nada nos sirve», sentencia Sanz Requena.